Capitulo cuarenta y seis

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Se quedaron unos momentos en silencio total. Llegaron las tres jóvenes de la hermandad,

-¿Y si vamos a la taberna oscura?-propuso Rubius.-Tenemos que celebrar la llegada de las jóvenes a nuestro equipo.

-Doblas-dijo Vegetta con algo de celos.-¡Deja a las señoritas en paz!

-Ay, mi Vege-suspiro-Sabes que solo te quiero a ti.

-¿En serio nos vamos a ir a dar unas buenas copas mientras que el pueblo está en peligro?-todos asintieron al comentario de Luzu.-Pues vale, andando.

El pueblo estaba vacío. Había guardias por todos lados, en cada esquina. Casi al lado el uno del otro. No lo lograrían sin salir fusilados ¿Y las alcantarillas de Karmaland? ¿Habría seguridad? Y llevaban a la Taberna Oscura. Bueno, cerca de ahí. Las alcantarillas podían ser el único sitio seguro por el momento, hasta que AlexBy consiguiera un avance con Merlon, en pocas palabras, hasta mañana.

Encontraron la forma de entrar a las alcantarillas, por las afueras del pueblo. Estaba medianamente alumbrado. Así que caminaron. Había ruidos extraños, de animales, monstruos y más. Caminaron lentamente por las alcantarillas, con temor a hacer algún ruido de más y que los guardias fueran a por ellos. Estaban rompiendo más de 10 leyes de Merlon en menos de 5 minutos.

Tardaron mucho en llegar, se perdieron unas tres veces o más. Pero por fin, estaban en la Taberna Oscura. Había unos cuantos hombres más, el equipo de héroes camino hacia la barra.

-Buenas, jefe-saludó el cantinero.-¿Que va a querer para usted y para sus acompañantes?

-Solamente una botella de tequila-pidio Willy.- Y gracias, pero si quieres tomate la noche. Traemos a tres bellas jovencitas ahora ¿a que si, Frank?

-Eh... ¡si!-dijo entre risas Frank.-¿Estas bien, Guillermo?

-¡Venga!-exclamó Willy tomando la botella.-Dime Willy.-sirvió las copas y le entrego una a cada uno.

Luzu se negó al trago, y pidió un jugo de naranja. Se lo bebió lentamente mientras veía como sus compañeros se ponían a beber de esa botella, bueno, a excepción de Vegetta.

-¡Venga, Luzu!-pidió Willy.-Si quieren nos marchamos a casa por los túneles.

-¡William!-exclamó Rubius.-¡Calla, ellos no saben nada!

-¿Saber que?-les preguntó Luzu.- Creó que todos guardamos secretos ¿no es así?

Todos lo aceptaron. Y por fin, Luzu y Vegetta aceptaron sólo un trago. Pero bueno, ellos tenían que disfrutar ese momento. Tal vez y mañana no lo puedan celebrar.

Nada será igualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora