Capitulo 24

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Thomas se encontraba sentado en su cama mientras jugaba con Buster entre sus brazos, pues estaba más que emocionado por ir a visitar a su amigo, ocasionalmente miraba el reloj en su pared al tiempo que contaba los minutos.

Curiosamente, no tuvo que pasar demasiado tiempo para que la hora llegara, dejó al reptil en su terrario antes de finalmente bajar rumbo a la puerta para retirarse.

—¡Oh!, ¿Ya es hora de irte? —Su padre cuestionó desde la cocina, el chico asintió entusiasta—. Bien, te veré más tarde.

Stuart se despidió, cosa que el contrario igualmente imitó con un pequeño ademán de despedida mientras se disponía a abrir la puerta.

Irónicamente, la felicidad que inundaba al castaño pareció no durar mucho, pues algo estaba por mandarla a la mierda. O más bien,  "Alguien"; pues rápidamente se percató de que cierto automóvil rojizo se aproximaba desde una esquina.

Quizás no fuera nada para que el chico se preocupara y sólo se tratase de una extraña y no tan agradable coincidencia, pero de igual modo no tuvo otra mejor opción, rápidamente se apresuró en correr devuelta a adentro lo más rápido que pudo, subió las escaleras y sin más se encerró en su habitación, tan sólo implorando que no fuera lo que él ya podía imaginar.

—... ¿Thomas? —Fue lo único que pudo escuchar antes de que cerrara abruptamente la puerta de su habitación, dejando tanto a sus padres como a Will ciertamente desconcertados.

El chico de cabello castaño sólo se limitó a cubrirse enteramente con sus sábanas antes de recostarse en la cama, su respiración poco a poco comenzaba a agitarse mientras los nervios lo invadían enormemente; de sus ojos brotaron pequeñas lágrimas debido al terror de bajar.

Por otro lado, era claro que el niño de gorra no necesitó de más explicaciones para posteriormente comenzar con su "guardia" por el pasillo; caminaba de un lado a otro, poniendo especial énfasis en las escaleras para asegurarse de que al adolescente no se le ocurriera subir.

Mientras tanto, en el interior de aquella casa ya se encontraban los dos amigos en espera de su tercer acompañante, Alexander y Matthew llevaban las últimas dos horas sentados en la sala del lugar mientras aguardaban por la llegada del chico ojiazul

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Mientras tanto, en el interior de aquella casa ya se encontraban los dos amigos en espera de su tercer acompañante, Alexander y Matthew llevaban las últimas dos horas sentados en la sala del lugar mientras aguardaban por la llegada del chico ojiazul.

—Y... ¿A qué hora lo citaste? —cuestionó el rubio en un intento por hacer algo de conversación.

—A las tres... —respondió el contrario, la preocupación en su tono de voz era notable—. ¿Cr-Crees que pudo pasarle algo?, ¿Qué tal si se perdió o...?

—¡Ay, por amor al cielo!, No seas dramático Alex —Brie lo interrumpió—. Estás hablando de Thomas, ¿Qué tanto pudo haberle pasado en dos jodidas cuadras?

—¡Exacto! —añadió el ojiverde—. Solo piensa, el peor de los casos sería que lo arrollaran o algo así... Pero igual lo habríamos notado ya, ¿No?

Against The World [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora