Los rayos del sol lo cegaban conforme el auto continuaba con su camino, Ethan llevaba ya los últimos minutos ignorando de manera casi olímpica las amenazas y reclamos de su padre. Concentrado enteramente en apaciguar el nudo que con fuerzas le hacía retorcer las entrañas.
"Ese maldito pedazo de mierda", era lo único que sus pensamientos podían esbozar cuando la fastidiosa imagen de Thomas le volvía a la cabeza. Un suspiro cortado salió de sus labios mientras se acomodaba en el asiento, cruzó los pies y se frotó la sien. Un tic nervioso comenzaba a surgir en su ojo derecho, sólo esperando que ese caos acabara cuanto antes.
Para fortuna del adolescente, no tuvo que esperar demasiado cuando la casa de sus tíos comenzó a divisarse entre las calles del vecindario. Aunque luchaba para calmar el desastre que lo atormentaba, nada lo detuvo para escuchar la última amenaza velada de su Paul mientras salía del auto.
—De ti depende arreglar todo esto, ¿Oíste?
—Paul... —Su esposo acabó por llamarle la atención, Robert se volvió a su hijo y con una sonrisa continuó—; Mira, sólo ve y discúlpate, ¿De acuerdo? Seguro que él lo agradecerá.
Y con esas palabras fue que Ethan y sus padres se aproximaron al pórtico de la casa, no siendo ajenos a la tensión perceptible en el ambiente una vez que Stuart atendió su llamado a la puerta. No obstante, Ethan sólo se encargó de hacer lo que se le había ordenado; así, después de un rápido saludo, subió al segundo piso en busca de su primo.
Mas con cada escalón, la mirada impaciente de los adultos se quemaba en su nuca con una fuerza que, sin darse cuenta, volvió a tensar sus músculos. El pulso se le aceleraba, y podía sentir el calor subiéndole hasta las mejillas.
—Carajo —Se quejó en voz baja al ser recibido por un desconfiado y ciertamente molesto William, quien patrullaba el pasillo.
El joven estaba por abrir la boca, cuando su tía se le adelantó desde el primer piso.
—Está bien, cariño —Claire se encargó de aclararle—. Sólo quiere hablar con Thomas, no va a pasar nada.
Y casi como si esas palabras lo hubiesen invocado, el chico de ojos azules salió de su cuarto para encarar a su pariente; firme se cruzó de brazos, aguardando pacientemente cualquier estupidez que Ethan tuviera que decirle. Ya no estaba de humor para seguir escondiéndose.
El adolescente, entre tanto, rodó los ojos con molestia; un suspiro tan pesado como exacerbado se le escapó al tiempo que sus palabras salían casi de forma mecánica:
—Yo... Yo, lo siento si te lastimé antes, no fue mi intención.
Thomas frunció el ceño, "vaya disculpa de mierda, ¿Por qué diablos no se larga?". Dijo para sus adentros, aunque Will no tardó en darle voz a sus pensamientos:
—¿Qué clase de disculpa es esa?
—La mejor que puedo pensar ahora, ¿Okay? —Ethan respondió cortante, miró al piso de abajo y con un susurro añadió—; ¡Y si crees que con otro estúpido lloriqueo vas a lograr...!
Sin embargo, su amenaza se vió interrumpida cuando Thomas dió media vuelta de regreso a su habitación. Ethan estuvo a punto de lanzarse tras él antes de que William bloqueara su camino.
Un gruñido fue lo único que escapó de sus labios mientras sentía cómo la frustración le inundaba por dentro, una mezcla de culpa y rabia que le hacía arder el estómago. Pese a ello volvió hacia la sala en medio de ocasionales pataletas.
A medida que él y sus padres se alejaban rumbo al auto, Ethan se dio cuenta de la culpa que lo empezaba a carcomer, una sombra que no podría ignorar por mucho tiempo.
ESTÁS LEYENDO
Against The World [EN EDICIÓN]
Genç Kurgu«La vida está llena de giros y sorpresas inexplicables» Tras mudarse en espera de apartarse de todo lo que alguna vez vivió, Thomas no se encuentra del todo confiado al respecto, pues tener que comenzar de cero en una nueva ciudad es algo que lo asu...