La tarde transcurrió lentamente hasta la llegada del atardecer, Will y Thomas se encontraban sentados dentro de la habitación del castaño en espera de que uno de sus juegos improvisados sirviera para distraer y tranquilizar al mayor.
—... ¡Y luego un puño gigante golpeó el pueblo! —exclamó el pequeño antes de golpear sobre el colchón, haciendo que gran parte de los juguetes sobre la cama saltasen a causa del impacto.
Thomas rió divertido ante los efectos de sonido agregados por su hermano menor, posteriormente reacomodó las figuras de acción en su sitio para reanudar el juego. Will lo observó impaciente mientras esperaba, posteriormente se le escuchó hablar.
—¿Ya te sientes mejor? —cuestionó, cosa que el contrario pareció no escuchar del todo, pues seguía concentrado de lleno en volver a acomodar los juguetes.
William simplemente permaneció en silencio, guardándose momentáneamente sus preguntas para cuando el mayor tuviera todo listo; sólo le dedicó una rápida mirada acompañada por otra de sus amables sonrisas. Fue así que, al pasar de un momento más, las cosas parecieron estar listas, dando cabida nuevamente a las preguntas del contrario.
—Y... ¿Qué pasó allá abajo? —preguntó nuevamente—, ¿Te asustaste?, ¿Alguien te hizo algo o…?
Posteriormente, su cuestionamiento sería interrumpido al notar cómo el chico negó levemente con la cabeza. El contrario, por su parte, sólo miró a su hermano mientras una leve preocupación se hacía presente en su rostro.
—¿Quieres hablar sobre eso?
Volvió a cuestionar, recibiendo como respuesta la ya esperada negación del contrario.
Finalmente, el pequeño optaría por dejar el tema de lado y continuar con su juego, pues lo que menos deseaba era tener que forzar al mayor para que hablase si aún no se sentía lo suficientemente tranquilo.
Los minutos siguientes pasaron tan rápido que ninguno de los dos pareció darse cuenta; pues tan pronto como volvieron a revisar por la ventana, pudieron notar que el cielo ya comenzaba a cubrirse con unas cuantas estrellas, señal suficiente para darles a entender que la hora de dormir se aproximaba.
—Oww... Bueno, ¡Hasta mañana! —Willian se despidió luego de tomar sus juguetes, le daría un pequeño abrazo a su hermano antes de proceder a retirarse.
El ojiazul estaba por disponerse a cerrar la puerta cuando sus padres lo detuvieron; pues aparentemente tenían deseos de hablar sobre lo ocurrido esa tarde.
—Thomas, ¿Tienes un momento, por favor? —lo llamó su madre desde el pasillo, el mencionado volteó momentáneamente.
—¿Todo está bien?, ¿Necesitas que hablemos un poco?
El castaño simplemente se limitó a negar con la cabeza al tiempo que inconscientemente dirigía su vista al suelo, cosa que la pareja de adultos notarían, posteriormente se miraron entre sí con una notable preocupación de por medio.
—... ¿Seguro? —Stuart volvió a cuestionar—; Escucha... Si algo pasó, o te molestaste, sabes que puedes decírnoslo... ¿De acuerdo?
Thomas respondió asintiendo ligeramente, no tuvo que pasar demasiado tiempo para que los mayores finalmente se retiraran de la habitación antes de apagar las luces, dejando al chico solo eventualmente; el ojiazul permaneció parado a la mitad del cuarto mientras su mente parecía volver a divagar.
"Ay... Esto no terminará nunca", se quejó mentalmente al tiempo que dejaba escapar un leve suspiro de malestar. Eventualmente se dispuso a ponerse la pijama para comenzar a dormir.
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Against The World [EN EDICIÓN]
Teen Fiction«La vida está llena de giros y sorpresas inexplicables» Tras mudarse en espera de apartarse de todo lo que alguna vez vivió, Thomas no se encuentra del todo confiado al respecto, pues tener que comenzar de cero en una nueva ciudad es algo que lo asu...