Against The World [EN EDICIÓN]

Capitulo 6

Las clases eventualmente llegaron a su fin, aquel dúo de amigos se encontraban camino a la entrada principal del plantel.

—... ¡Hey! —Matthew los llamó de repente— S-Sólo quería disculparme, ya sabes... Por lo de esta mañana.

Pero Thomas ni siquiera se molestó en voltear; en su lugar mantuvo su mirada al frente mientras que un gesto fastidiado se dejaba ver en su rostro. El de cabellos rizados notó ello y, con cierta preocupación de por medio, tomó la palabra.

—Oye, Matt te está pidiendo disculpas —Le musitó amablemente—. ¿Entiendes?, eso significa que no lo volverá a hacer... ¿Por qué no le respondes al menos? —Sonrió.

Thomas se limitó a reflexionar sobre ello un momento; "¿debería hacerlo?", se preguntaba, "bueno... Si con eso no lo volverá a hacer, supongo que puedo confiar en él". Finalmente se volvió hacia el rubio que impaciente lo miraba, dedicándole una pequeña sonrisa.

Matthew soltó un aliviado suspiro al tiempo que igualmente sonreía, con un ademán se despidió. Dedicando ese gesto de igual manera a Alexander, quien se dirigía a la puerta en compañía de su amigo.

Mientras tanto, en su hogar se llevaba a cabo una disputa mental entre sus padres; pues tras lo ocurrido en la reunión que tuvieron en la escuela, no tenían idea de como decirle a su hijo mayor que deberían llevarlo con un mentado especialista.

Stuart golpeteaba la mesa con sus dedos intentando mantenerse lo más sereno posible, inspiró un entrecortado respiro que momentáneamente cortó la tensión entre ambos.

—Todo va a estar bien, calma.

—¿Y si no?, ¿Qué demonios vamos a hacer si él...?

—Ya lo veremos entonces —Claire añadió con una sonrisa— ; Pase lo que pase, él debe saber que nos tiene a nosotros.

Stuart volvió a suspirar, ahora relativamente más tranquilo gracias a aquella charla, finalmente se puso en pie para dirigirse a la cocina en busca de un vaso de agua que le ayudase a despejar su cabeza.

Después de unos minutos, ambos hermanos llegaron a casa; unos cuantos nervios invadieron de igual manera la mente de Thomas en cuanto notó a sus padres esperándolo en la sala. Se detuvo en seco a mitad del pequeño pasillo principal, apenas y les dirigió la mirada, solo rogando a quien fuese para que su potencial castigo no fuera tan duro.

William terminó por subir a su habitación para que los tres restantes pudieran hablar en privado. Mientras que Thomas solo se maldecía cada vez más, cerró los ojos con fuerza aceptando su inminente regaño.

—Escucha, compañero —Stuart añadió finalmente— . Hay algo que tenemos que decirte...

Aquellas  palabras no hicieron más que aumentar el temor del chico castaño; "¡Vamos, maldita sea!, ¡Díganlo de una vez!", se quejó para sus adentros mientras poco a poco sus nervios aumentaban.