Diablo: Luzbel ©️✔️

CAPÍTULO:𝟚𝟝 Amarme

"Amarme"

Lilith

El juego ha empezado, se ha convertido en mi hobbit favorito, escucho los rumores del Dios y su Diosa, como la ha vanagloriado, y puesto por encima de la cabeza de todos sus demonios.

Que ha torturado, incluso a su propia gente cada que quieren humillarla o hacerle algún daño, como sin piedad acaba con todos ellos, acción que nunca pudo hacer conmigo.

Es una enorme diferencia, como llegó a tratarme a mí, y el hecho de como la trata a ella.

Es el Diablo, y se está dejando doblegar de una insignificante humana.

Lleva tiempo sospechando lo que estoy haciendo, él y su asamblea me buscan por todos lados, pero me escondo lo suficientemente bien como para que no pueda encontrarme ni adivinar mis planes.

Peino mi cabello rojizo, marcándole las ondas que caen por mis hombros, salgo de la habitación tomando la maleta.

—Es hora de irnos, Samael — le digo al demonio que se encuentra en el sofá esperando por mí.

—Luce impecable, mi Diosa — me halaga, mientras que sus ojos brillan en admiración y deseo por mí, brilló que siempre añoré ver en un ser.

—Rusia es nuestro nuevo destino, debemos buscar a los ángeles caídos que se encuentran en ese lugar — indicó — no se nos puede escapar nadie, crearemos un ejército para destruirlo.

El demonio asiente, tomando mi maleta, y junto a él nos adentramos al auto empezando el recorrido. Diablo siempre se ha considerado ser un veneno letal, y alguna vez fue mi corazón, pero ahora solo es alguien que ha envenenado mis latidos.

Yasbeth.

La rebelión.

Los ángeles leales se apresuraron a llegar ante Dios y comunicarle lo que ocurría con el ángel rebelde.

El creador se ausentó algunos días para determinar el mejor futuro del ángel, y de los ángeles leales, podrían fin para siempre a la autoridad que había asumido Satanás.

El Dios excelso pudo haber expulsado inmediatamente del cielo al engañador, pero ese no era su propósito. Les daría a los rebeldes una justa oportunidad para que midieran su fuerza con él y sus ángeles leales.

En esta batalla cada ángel escogería su propio bando y lo pondría de manifiesto ante todos. No había sido conveniente que permaneciera en el cielo alguno que se hubiera unido a la rebelión.

Si Dios hubiera ejercido su poder para castigar al jefe rebelde, los ángeles subversivos no se habrían puesto en evidencia. Dios tomo otro camino con el fin de demostrar a toda la hueste angelical su justicia y juicio.

Rebelarse contra la orden de Dios constituía en un crimen enorme.

Todo el cielo parecía estar en conmoción. Los ángeles fueron organizados en divisiones, cada una con un ángel comandante al frente.

Lucifer hizo una guerra contra la ley de Dios por su ambición de ser el Dios, por su belleza y adoración. Se convocó a la hueste angelical para que cada paso quedará decidido.

Lucifer expuso osadamente su descontento. Se puso de pie orgullosamente y sostuvo que debía ser igual a Dios, los ángeles leales lloraron al escuchar las palabras del ángel que fue en un momento luz para el mundo.

Dios afirmó que los rebeldes ya no podían permanecer ahí. Lucifer afianzo su rebelión y expresó el desprecio por la ley de Dios.

¡No lo podía soportar!