21 Leia, Yo No...

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-Narra rayis -

Me desperté en los brazos de Ben, con un fuerte dolor de cabeza y sin recordar nada de lo que había pasado anoche. Me giré a verle la cara, se ve tan lindo dormido...

- Ben... - susurré moviendo su brazo para despertarle, el gruñó suavemente - Uh... Kylo... Despierta... -

- ¿Que... Que pasa..? - preguntó bostezando.

- Lo primero, me estás ahogando - aflojó el agarre, convirtiéndolo en un abrazo cómodo - lo segundo, ¿Que pasó anoche? -

- Anoche el general Huxtúpido te dio de beber más de la cuenta, tuve que ayudarte a llegar a mi habitación e insistías en que querías que te besara, y bueno, lo hice. Te juro que no pasó nada mas allá de eso, no me aprovecharía de ti estando ebria. Eres mi protegida. - explicó apartando un mechón de pelo de mi cara.

- No te preocupes, maestro. Yo se que no eres así. O eso creo. - me abracé a su cuello y permanecimos así durante un minuto que pareció horas, hasta que yo me di cuenta de que debía ir de "misión" a Ajan Kloss.

- Debo irme, Kylo. Pero no te preocupes, tendré cuidado - murmuré con una pequeña sonrisa, él sólo me besó en la mejilla y me deseó suerte.

Me levanté, observando que llevaba otra de las camisetas de kylo y fui corriendo muy disimuladamente /o no tanto/ a mi cuarto, donde me cambié y me limpié un poco la cara con agua helada, a ver si despierto de una vez.

Me dirigí al angar y observé la preciosidad de nave que poseía, me gusta demasiado la verdad. Estaba nerviosa y alegre por ver a todos mis compañeros otra vez, tan hundida en mis pensamientos que no me di cuenta de que Hux estaba detrás de mi.

- Se le olvidaba el casco, señora Ren. - dijo en voz algo baja y me lo entregó en mano, lo miré por un instante y luego me lo puse para volver a mirarle, pero esta vez de forma más amenazante ya que mi casco impone respeto.

- No creas que te librarás de esta, Kylo Ren me lo contó todo. - dije entre dientes enfurecida, y luego me retiré a la nave con la mirada de tontux clavada en la espalda.

Desconecté los localizadores y apagué los transmisores de mi interceptor, luego entré al hiperespacio cuando estuve lejos del alcance de los destructores.

Empecé a manipular cableado hasta ser capaz de conectar el transmisor con el intercomunicador y lo encendí rezando por que Poe no estuviera dormido.

- ¿Que te cuentas, White? - preguntó él al otro lado de la línea.

- Estoy de camino a la base, aterrizaré lejos de ella e iré a pie, no quiero sorpresas... - admití con una sonrisa inconsciente.

- Eh... Si vale, deja que me pongo los pantalones je - bromeó y cortó la conexión.

Suspiré y salí del hiperespacio, dejándome enfrente de la grandiosa vista del planeta desde fuera de su atmósfera. No importa cuántas veces la vea, siempre me parecerá hermosa. Pero hoy no iré a allí, mi destino es una de sus lunas, debo concentrarme.

Aterricé suavemente sobre la luna en cuestión, en un lugar alejado como le prometí a Poe. Dejé el casco sobre el suelo llevándome el pequeño comunicador que llevaba dentro implantado, me quité la capa junto con la coraza y me puse una camiseta de Kylo, gris, con las mangas negras. ¿Cómo me había hecho con ella sin que él se enterase? Ni yo misma lo sé. Le hice un par de agujeros en la espalda para que salieran las alas y eché a volar.

Al estar cerca de la base posé mis pies sobre la tierra y seguí caminando lo que quedaba, para no hacer escándalo.

-Narra Poe-

Esperaba impacientemente a que White llegase mientras tomaba un café, porque sino me dormiría. De nuevo.

La vi llegar de entre unos árboles con una camiseta que le iba grande, gris con las mangas negras y unos pantalones anchos también negros.

-¡WHITE MALDITA PALOMA QUE HICISTE AHORA! - grité mientras me tiraba a abrazarla.

- CASI PECO, POE, CASI - respondió en el mismo tono que yo.

- ¡¿POR QUE CASI TE ACUESTAS CON KYLO REN?! - le seguí el rollo, conversando como si no hubiese nadie alrededor.

- Y ME ENCANTÓ POE, espera, ¿cuántos oyeron eso? - preguntó poniéndose seria de repente, aunque no se esperaba lo que pasaría a continuación.

- ¿Que mi hijo y tu casi QUÉ? - vino Leia algo escandalizada, tuve que reprimir una risa.

- L-leia... Yo no... - empezó a excusarse, la cara de la mayor no tenía precio.

- No estoy enfadada, cariño. ¡Estoy emocionada! Desde aquello creímos que Ben ya estaba perdido pero... - no terminó la frase ya que yo la miré negando rápidamente.

- Desde... Aquello? - susurró confundida.

- No tiene importancia, ven, cuéntame que has aprendido. - me desvié del tema y llevé a White a otro lado.

- Bueno... Soy la aprendiz de Kylo Ren... ¿No es increíble? - se rió muy fuerte, al igual que yo - He ido a Kashyyyk de misión, y liberé a algunos Wookies de una refinería nueva. -

- Wow, si que eres una pequeña rebelde - canturreé mientras caminábamos hacia el comedor, donde le esperaban Rey y Finn.

- MADRE MIA, REYY- gritó como una niña pequeña al verles, y se abalanzó sobre la mencionada.

- White! Te hemos extrañado mucho... Espera, ¿Que llevas puesto? - susurró Rey para no llamar la atención.

- La camiseta es de Kylo, no quería venir con el traje de caballero de Ren- contestó como si nada, el grito de Rey resonó por toda la base, y puede que en todo el planeta.

- Madre mía, es verdad lo que me dijo Poe... ¿No me intentarás matar tu también? - bromeó ella mientras guardaba el sable láser.

- Claro que no, Rey. - la abracé fuertemente, pero no como para hacerla daño.

- Te he echado tanto de menos... Por cierto, leí tus pensamientos, no quiero sobrinos - susurró a mi oído haciéndome reir.

- Tu serías la madrina, aunque no creo que a el le parezca bien la verdad. - contesté irónica, sonriendo inconscientemente al pensar en Ben.

- Has huido de Leia, y andas insinuando hacer cosas inapropiadas con su hijo, por favor White controlate. - sugirió con los ojos puestos en Poe, que parecía una estatua.

- Me estáis dando miedo, chicas. Y eso es difícil tratándose de mi. - empezó a hablar el mencionado, nosotras nos miramos y soltamos una carcajada.

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