• Consolar •

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Al día siguiente de haber llevado a Taehyung pareció que mientras dormía, éste se había olvidado completamente de todo lo pasado porque estaba comportándose extraño, mas borde de lo común y evitándolo a toda costa durante toda la semana en la que él, mantenía sus ojos en la delicada anatomía del contrario.

Jungkook se preguntaba si el castaño gruñón se había arrepentido de haber compartido con él algo tan íntimo, incluso si se arrepentía de aquel particular gesto al agradecerle. Y no quería admitir que de alguna forma se sentiría dolido si el castaño se arrepintiera de algo.

Tenía que concentrarse en la pelea, Taehyung era su rival a vencer y en eso debía concentrarse aunque, siendo sinceros, no podía.

La noche anterior y todas las demás noches estuvo tocando su mejilla reiteradas veces, tratando de adivinar porqué aquel contacto tan efímero se sintió calar en lo mas profundo de su piel, quitándole el sueño un par de noches donde no dejaba de repetir en su memoria aquel especial momento. Seguramente la palma de su mano estaba calcada ahora en su mejilla.

El golpe le llegó de pronto en una de sus mejillas haciéndolo tambalear...

—No estás concentrándote, Jungkook. — le regañó su entrenador.

—Lo siento — se disculpó para luego ponerse en guardia. Pero parecía que su distracción no quería dejarlo pues la voz apenas audible de Taehyung resonó en las afueras del gimnasio, al parecer hablaba con alguien.

«Deja de presionarme» le decía irritado a alguien.

Cayó de nuevo a la colchoneta, luego de un ligero golpe en su rodilla.

—De acuerdo, habla. ¿Por qué estás tan distraído?— Jungkook estaba tendido en el colchón con la mirada a la puerta principal ignorando totalmente al hombre frente a él, que frustrado por la ausencia de atención del pelinegro carraspeó finalmente.— El entrenamiento acabó.

—¿Qué? No.

—Vuelve cuando estés concentrado.

—Lo estoy. Por favor, sigamos.

—Jungkook, te conozco muy bien, hemos trabajado juntos durante mucho tiempo. Cualquier cosa que te esté atormentando debes resolverla, ahora— enfatizó.

El entrenador le había corrido, decidió dar una vuelta y distraerse un poco. Trató de despejar su mente de cierto chico castaño pero obviamente él no era el favorito del universo que parecía conspirar contra su persona porque pudo divisar la linda figura de Taehyung en el solitario estacionamiento.
Se acercó lo mas casual posible para no molestarle, lo que menos quería era que Taehyung huyera de él como solía hacerlo. Pudo verlo hipar mientras pasaba sus manos por su hermoso rostro, estaba llorando y a Jungkook se le partió el corazón porque esos días que ha convivido con él pudo ver siempre a un chico irritable y borde, pero dulce y amable con todos los que no fueran él, verlo llorar era algo nuevo.

—No se te da eso de la discreción, ¿eh?—
La voz quebrada de Taehyung le hizo salir de su ensoñación, pensaba que su escondite detrás del convertible negro había ayudado, al parecer no.
Aún así, el chico seguía hablándole de espaldas.

—¿Como...?— esperó que el castaño le dijera como le descubrió.

—Dios, pisas como Gulliver. Te escuché desde la entrada.

Al menos aún tenía su actitud distante con él. Dolía, pero era mejor que verlo llorar.

Se acercó a él, parándose a su lado.

—Bueno, lo siento por tener los pies grandes.

Le hizo reír, al menos tenía mérito en eso.

FIGTH WITH ME 💢 [KOOKTAE] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora