❀ | Day 7: Giyuu's Birthday

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No tiene en mente un día de su cumpleaños donde se haya despertado lleno de emoción, no lo recuerda, pero sabe que no le encuentra la razón de emocionarse por tener un año más de vida, simple y sencillamente era otro día más del año. Después de todo, tal y como pasamos todos los años por el día de nuestro nacimiento, pasamos por del día en que moriremos; Doloroso en parte, pero es la triste verdad.

Cuando era pequeño tampoco se hubiera acordado de su cumpleaños de no ser porque Sabito apenas lo veía despierto corría hacía él, soltando el bokken con el que practicaba, para atraparle en un abrazo fuerte. Extraña esos abrazos largos, esas sonrisas ingenuas que se daban el uno al otro tomados de las manos. Pero desde la Selección Final y desde el día en que se convirtió en Pilar, lo único que obtiene en esta fecha es el "buenos días" de Mitsuri, las conversaciones de sus compañeros, a las que es ajeno, y un "en misión" que le decían.

Por eso saltó en su lugar cuando unos brazos le rodearon la cintura en un cálido abrazo por la espalda. El beso suave fue depositado en su mejilla derecha con un amor que extrañó.

— Feliz cumpleaños, 'Yū —Sabito siempre se la pasaba en misiones, llegando a los tres, cinco, hasta siete días después con una sonrisa desanimada, arrepentida; Él le abrazaría luego susurrando una felicitación y unas disculpas con un tono dolido que le mataba de pena. Mas ahora estaba justo aquí, abrazándole con un pacífico y embriagador cariño del cual tan adicto se había vuelto—. Lamento sorprenderte.

— Prefiero esa disculpa que las otras. —con sinceridad le dijo pasado unos segundos, sintiendo la risa baja del chico con ojos lavanda y el abrazo intensificarse sin desanimo una vez lo correspondió dándose la vuelta, apoyando su rostro en el hombro del más alto.

Estaba tranquilo, emocionado luego de muchos años.

Ninguno se separó del abrazo cuando una voz fuerte gritando un largo y potente "¡Oye tú!" cruzó desde el otro lugar de la finca. Todos los Pilares miraron con curiosidad al chico con cabeza de jabalí, quien le apuntó con su dedo índice apenas se recompuso rápidamente de la gran carrera, Zenitsu llegó detrás suyo gritándole alterado que sea más respetuoso y que está demente por llegar de tal forma.

Observando ambos el escándalo que los dos recién llegados tenían, se percataron de la presencia de Tanjirō y Nezuko cuando los dos hermanos Kamado se pusieron a su lado con una sonrisa, para posteriormente unirse en el abrazo.

— ¡Tamoka Gayū! —le nombró el mismo que una vez dejó amarrado colgando de una de las ramas de algún árbol— ¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!! —gritó con todas sus fuerzas alzando los brazos hacia arriba. Comenzó a correr hacia ellos cuatro con fuerza una vez terminó de decir aquello.

— ¡Feliz cumpleaños, Tomioka-san! —Tanjirō, siempre tan dulce y preocupado con todos, le sonrió felizmente rodeándole con sus brazos; Su hermana asintió cerrando los ojos, seguramente queriendo decir lo mismo. Una ternura ambos.

— Feliz cumpleaños. —el bullicioso y alterado chico de cabellos rubios comentó sin unirse al abrazo, manteniendo una cierta distancia debido a lo poco que se conocían el Pilar y él.

Aunque Inosuke no hizo lo mismo.

De no ser porque Sabito consiguió estabilizarse, todos hubieran caído al suelo en cuanto él aterrizó casi sobre ellos con los brazos extendidos hacia su dirección.

De seguro fue el joven Kamado quien le explicó en algún momento el tema del abrazo, y de ley el de ojos verdes lo había hecho por esa parte competitiva, esto último lo confirmó cuando escuchó un "¿Ves, Kentaro? ¡Lo que haces yo lo hago mejor!".

Sabito soltó una carcajada sin soltar el agarre que tenía sobre él al escucharlo.

Rodeado por todos lados en un abrazo, se mantuvo quieto correspondiendo el primero de todos, recibiendo un beso en la frente de parte de su amoroso y protector novio. Ese sentimiento de emoción y felicidad creció en su pecho sin dificultad, no tan solo al recibir aquel abrazo que tantas sensaciones positivas le provocaba, sino también por la participación de los chiquillos que conoció en aquel día nevado.

Finalizado el largo abrazo, notó al resto de Pilares acercársele.

Kyōjurō y Uzui pusieron una mano sobre su hombro felicitándole. Obanai se acercó junto a una contentísima Mitsuri para decirle en voz baja lo mismo que el resto, mientras que ella le saludó con entusiasmo. Sanemi no dijo nada. Shinobu, bueno, ella lo hizo con una desagradable burla, algo que la verdad esperaba. Incluso Muichirō le dijo un "Feliz cumpleaños" con ese tono cotidiano o despreocupado, y Gyōmei comentó el que rezaría para que disfrutara este día y viviera por más años.

Y así han estado todos los que se enteraron.

Pero tiene claro algo importante, y es el que este día solo pudo ser emocionante gracias al que Sabito está aquí para pasarlo a su lado.

『«雨男 | Ame Otoko»』||Demon Slayer/Kimetsu no Yaiba||《SabiGiyuu》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora