Capítulo 8

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(Narra Estel)

-¿Y tú como sabes mi nombre?... espera, ¿entiendes coreano?-preguntó esto último en inglés.

Joder, joder, joder. Pensé para mi misma. ¿Qué coño hacía este aquí? Mi casera había asegurado que no volvería en un año, tiempo en el que ya yo habría vuelto a España probablemente, y no me vería teniendo ningún altercado de este tipo.

-Más o menos, sí-contesté en inglés algo cohibida por la situación. Hacía menos de un minuto me había visto en ropa interior. Definitivamente no es la mejor forma de presentarse ante alguien por primera vez.

-Volviendo al tema. ¿Qué coño haces en mi habitación?-frunció su ceño.

-¿Con esa boca dices ''mamá''? Yo no tengo que darte explicaciones, mejor preguntale a la mujer que te dio la vida. Ahora mismo eres tú quien esta invadiendo mi privacidad. ¿No te enseñaron a tocar antes de entrar?

-No te pases de la raya que aquí la que sobra eres tú. Quizás si mi madre estuviera ya me habría explicado por qué hay una extranjera en mi cuarto, pero de momento Guleum no puede hablar, así que no me queda otra que preguntarte a tí.

-La verdad, el tiempo que tengo es limitado y no tengo ganas de perderlo dándole explicaciones a una persona tan maleducada como tú. Parece mentira que seas hijo de esta pareja tan amable. No te pareces ni en el blanco de los ojos-subí mi ceja. -Capaz eres un ladrón y me estás mintiendo.

Sabía que no, había visto fotos de Jungkook adornando las paredes y muebles de la casa, pero honestamente, solo quería joderlo por ser tan maleducado.
Aunque había cambiado y se notaba que esas fotos eran de hace algunos años, sus ojos seguían siendo los mismos que cuando era un completo bebé. Los reconocería en cualquier parte. Tan grandes y redonditos.

-Para ser tan bonita, has dicho demasiadas estupideces en tan poco tiempo-dijo con una pequeña sonrisa.-Fuera de mi cuarto, tengo que instalarme y yo tampoco tengo demasiado tiempo-y la sonrisa desapareció. Ni rastro.

Reí irónica.

-¿Perdón? Fuera tú-enfaticé el ''tú''-de mi cuarto. Le pagué los 6 primeros meses por adelantado a tu querida madre, así que ahora mismo tengo más derecho que tú de permanecer en esta habitación. ¿Contribuyes tú al pago de algo en esta casa? No, ¿cierto? Pues cállate y lárgate. Me estorbas.

Esta vez fue el quién soltó una risa irónica.

-Estás de broma, ¿verdad?

-A juzgar por mi cara, ¿crees que estoy de broma?-me señalé a mi misma.

-Dios, esta mierda es de película-volvió a reír irónico-.

-Mira, como sea que te llames, porque la verdad es que no puede importarme menos. Tienes treinta segundos para abandonar mi cuarto, si no, te echaré yo mismo. Estoy cansado de un largo viaje y lo menos que me apetece es tener que aguantarte, la verdad.

-Atrévete perro-hablé esta vez en español viendo como su cara se transformaba en una mueca al ver que no entendió mis palabras.

-¿Qué has dicho?

-Nada-puse mi mejor cara de niña buena a la vez que me sentaba sobre la cama.-No pienso irme. Por si no viste, me estoy preparando para salir, no sé que ponerme así que tengo que seguir probándome la ropa, que, curiosamente está en el ropero. Sorprendente, ¿verdad? Las cosas de la vida.

-No me obligues a echarte, te estoy advirtiendo y quién avisa no es traidor. Hazlo por las buenas...

-Estel-contesté-me llamo Estel. Y no, Jeon Jungkook, no pienso moverme. Y como me pongas un solo dedo encima te juro que grito y me oye todo el vecindario. ¿Entiendes?-sonreí falsamente para luego levantarme y seguir rebuscando en busca de algún conjunto que terminara por convencerme. El rojo me parecía demasiado llamativo.

Abroad-Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora