Tengen Uzui

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-ummm... ¿Tengen?-el albino al escuchar su nombre se dio la vuelta encontrándose con una de sus 4 esposas, la más pequeña (en edad) para ser exactos-recientemente... um... no a tenido sexo conmigo, pero... ¿Tengen, no... esta de humor para hacerlo?-pregunto la muchacha con un notorio sonrojo en sus mejillas y eso lo tomo por sorpresa, recordó que hace ya 2 meses ellos 2 no tenían intimidad debido a sus misiones.

-ahora mismo no estoy de humor-dijo mientras acariciaba su cabeza despeinandola notando después en su rostro incomodidad.

-hm... no está de humor para eso-repitio en un tono un tanto decaído-es... Así. Es mejor hacerlo cuando este de ánimo, Tengen-esta vez le dedico una tímida sonrisa-entonces... vamos a dormir esta noche-.

No era que no quisiese hacerlo, el problema era (que consideraba) que ella era la las activa de las 4. Básicamente Tengen era quien la controlaba más de sus impulsos y podía saber los límites de esta ya que aunque estuviera cansada, mientras estaba con Tengen quería propasar sus limites.

Aunque esta vez quería ver que tanto podría soportar la muchacha sin tener intimidad.

[...]

-te preparé un poco de té-el pilar se sentó frente a su esposa más joven la cual estaba leyendo un libro de medicina y esta con mucho gusto aceptó ante la atenta mirada del albino.

-es dulce y delicioso-dijo mientras tomaba de aquel té-tal vez... Sea porque bebí demasiado rápido, pero estoy empezando a sentir calor-volvio a tomar otro sorbo de su té y Uzui noto como un sonrojo se apoderaba de sus mejillas-No creo que la habitación se allá puesto caliente-.

Algo que le gustaba al albino de ella era que no pensaba para nada, decía lo primero que le venía a la cabeza sin pudor o tabú alguno.

-Tengen ¿qué le echaste?-claramente esta sospechaba del albino ya que su intimidad empezó a dolerle y los jadeos no tardaron en salir de sus labios.

-vi un frasco en tu habitación que decía "flores de Damiana", se veían bonitas y pensé hacerlas como si fuera un te de sakuras-.

-¡idiota eso era par aún cliente!-grito la muchacha sorprendiendolo pero rápidamente colocó una mano en su intimidad por el dolor en esta-¿qué cantidad le echaste?-.

-5 flores...-dijo un tanto preocupado ya que no sabia para que servía aquella flor, su esposa se levantó con cuidado del tatami mientras se recargaba de la pared dejando escapar varios suspiros-(t/n)-este la sujeto de la cintura y luego de su mano para que estuviera más estable-¿qué hace esa flor? ¿estás bien?-pregunto mientras la sentaba con cuidado en el suelo recargada de la pared.

-es un afrodisiaco-fueron sus palabras sorprendiendo al albino, este llevo su mano a la mejilla de su esposa la cual estaba jadeando mientras dejaba salir uno que otro quejido. Poco a poco se fue acercando a su rostro depositandole un suave beso en la frente-¿Tengen, quieres hacerlo? En la cama-pregunto entre jadeos.

Este no respondió y simplemente empezó a acariciar sus muslos sintiendo que estos estaban mojados al igual que las prendas mientras que ahora le daba un beso en los labios, la menor por su parte se aferraba a las prendas de este ya que con el paso de los segundos este volvía el beso cada vez más apasionado hasta que se separó siguiendo unidos por un fino hilo de saliva.

Comenzó que acariciar lentamente sus hombros por encima de la tela del Yukata mientras se acercaba peligrosamente a su cuello empezando a lamerlo y morderlo escuchando varios gemidos de parte de su esposa.

-no solo me toque... Quiero en la cama-mas que pedir fue básicamente una súplica, Tengen dejo de atacar su cuello y se quedó mirándola por unos pocos segundos para colocar su mano en su mejilla y pasar su dedo pulgar en los labios de la muchacha.

kimetsu no yaiba (one-shot) (lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora