9 - El Rey De Cristal

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Débil.

Tal vez demasiado, tal vez poco.

Muy diferente a lo normal, varios tonos en su paleta de colores, lo mareaban, lo ahogaban en sus propios colores tan cálidos que lo hicieron quemarse.

No tiene sentido.

Bueno, depende de tu punto de vista.

Él se sentía así. Jungkook se sentía así.

Odiaba ver como una de las personas que más amaba se desmoronaba, como simple ceniza, como las alas de una mariposa agonizante. ¿Qué pasaba?

No lo sabía.

Su cabeza lo obligaba a decir eso, mientras su corazón lo atosigaba por su inutilidad como hijo; su padre estaba muriendo.

Lentamente.

Cómo su alma.

No pensó que por culpa de esa Reina su padre también sufriría, pensaba que todo estaría bien, mejor, habría perfección en todos lados, pero claro...

El amor es un maldito que si se va te arrastra con el.

Que injusto.

Que dolor.

¿Era normal odiar el amor tan derrepente?

¿De esa manera no sufriría más?

Fue egoísta, por quitarle a su padre, al Rey, una persona que el amaba...

Pero discutir no es amor, gritarse no es amor, desearle el mal al otro no era amor. Eso era lo que su madrastra hacía.

¿Lo salvo?

¿Salvo a su padre?

Empezaba a creer que no; El Rey estaba muriendo por dentro, se estaba pudriendo, estaba dibujando en su blanco lienzo puro garabatos negruzcos que ya no contrastaban con la pureza del primer color, el blanco se acababa y el negro permanecía ahí, quieto, sin ganas de borrarse.

Jungkook temía tocar ese color negro, tenía miedo de también llenarse con él. No sería justo.

¿O si?

El fue malo con el Rey, eso le llevaba a pensar que su alma también ya estaba haciendo sus propios garabatos hasta llenarse, no culpaba a Taehyung; si Jungkook no hubiera hablado nada de eso hubiera pasado.

Todos serían felices menos él.

Aunque pensándolo bien, ahora el también estaba siendo infeliz.

Sin su madrastra.

La vida realmente no quería regalarle la felicidad que él tanto añoraba, la vida no quería regalarle algo que atesoraria por siempre, porque sería el mejor regalo que le pudieran dar en, por lo menos, su corta vida. Él lo deseaba y lo quería, lo apreciaba tanto que, las veces que llegaba a vivirlo, se convertían en recuerdos que permanecerán en lo más profundo de su corazón y alma.

Ahí donde nadie puede llegar.

¿Alguien podrá lograrlo?

No quería ahogarse en la falta de color.

Necesitaba alguien que lo sacara de ese profundo océano grisáceo antes de que se ahogara, antes de que diera su último suspiro y se perdiera para siempre.

Necesitaba un nuevo color que coloreara su alma porque el bien sabía que el blanco ya no le correspondía, un nuevo color con emociones bonitas, que lo llevara al borde de la locura, que lo hiciera suspirar de gozo y lo abrazara con todas sus tonalidades cuando alguien no esté ahí para él.

Un color tan hermoso nunca antes visto y como el posesivo que era que fuera solo para él.

Solo así podría ayudar a su padre.

Antes de que fuera demasiado tarde y llegué hasta el límite, tendría que soportar un poco más hasta que Jungkook pueda salvarlo.

Lo haría.

Mucho antes de que su oceano lo tragara y lo escupiera sin alma, solo sería un cuerpo andante, sin emociones, sin latidos acelerados, sin fuerza, sin vida.

Inerte.

Jungkook tenía que apresurarse.

Tenía un debate mental mientras hacía caso omiso a lo que su amiga Yerim le contaba.

Le dio unas repentinas ganas de cerrar los ojos.

Y no despertar hasta que todo estuviera bien.

Hasta que su padre lo abrazara y lo alentara a seguir, que Thulus lo despierte y le regañe por dormir tanto, cuando Taehyung se recueste a su lado y lo mire con enfado por hacer ese tipo de cosas.

Hasta que la vida le regresara su felicidad en una hermosa caja de cristal, la acunaria entre sus brazos para siempre, nunca la soltaria ni la dejaría caer.

Se la daría a su Rey.

A su padre.

Para que fuera feliz cuando, con una preciosa llave lograra abrirla y con facciones sorprendidas toda esa felicidad lo envolveria, con muchos colores.

Sin negro.

Pero tampoco blanco.

Lo envolverian hasta que poco a poco su gran capa y su despampanante corona brillará en un azul precioso y transparente, hasta que su traje tan elegante se tornara cual hielo y su anatomía completa se vea como un precioso diamante tan estupendo y brillante, que reflejara todo a su alrededor y lo hiciera sonreír.

Hasta que por fin pueda ser tan feliz como todos desearían.

Hasta que se convirtiera en un Rey de Cristal.










@lily_army2107

Little Demon ™/ TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora