Little Demon ™/ Taekook

16 - Amigos

Lunchbox Friends- Melanie Martínez

-漫~*'¨¯¨'*·舞~ K ~舞*'¨¯¨'*·~漫-

Hace unas horas las grandes puertas del castillo habían sido abiertas. Mi padre me dijo que esto se hacía cada año y era para ver que es lo que más necesita el pueblo y mejoras que puede hacersele.

Los niños me veían mucho, pareciera como si los intimidara o algo así; hacían la reverencia, me miraban en lo que sus tutores hablaban con mi papá y al final volvían hacer otra reverencia agradeciendo al Rey y a mi.

Prácticamente yo no hacía nada.

Solo estaba ahí sentado escuchando todo lo que los campesinos necesitaban o querían.

Pronto sería el festival y con ello la cena, después todo acaba y las personas reciben lo que hayan pedido.

En el lapso que preparaban todo para el festival hice un pequeño escape a los jardines, donde los hijos de las sirvientas y guardias jugaban solo por hoy y los animales corrían libremente. Pasé a varios niños y me metí en el laberinto hasta llegar a la fuente de un arcángel, me senté en una de las banquillas y me relajé un poco.

Taehyung dijo que vendría a la hora de la cena ya que tenía algunos asuntos por resolver.

Tenía heridas.

Las ví.

Se quejaba mucho al intentar sacar o extender sus alas y también tenía cubierto uno de sus brazos.

Él no me ha dicho nada pero por supuesto que voy a preguntarle, eso no es normal aunque pensando en el lugar donde vive, asimilo que es el infierno, supongo que ahí son un poco bruscos y salvaje.

Quiero creer eso.

Mientras pensaba en cómo cuestionar aquella duda hacia Taehyung uno de los niños me llamó.

Me confundí puesto que ninguno de ellos me ha hablado en mi vida. Nunca. Una pequeña chispa de felicidad se instaló en mi; me estaba invitando a jugar.

Asentí alegremente y me encaminé al pequeño grupo de niños que estaban sentados cerca de las flores en el pasto tan verde y natural que tanto me gustaba, detrás de la fuente. Me saludaron y yo a ellos, me preguntaron mi nombre, mi comida favorita, mi color favorito, algún libro que me gustara e incluso si tocaba algún instrumento.

Respondí pacientemente sus preguntas mientras jugábamos, todo iba bien hasta que empezaron a preguntar cosas como:

¿Qué se siente vivir en un castillo?

¿Qué se siente no tener hermanos?

¿Es tan genial como dicen poder comer lo que quieras?

¿Cuántas clases tienes al día?

¿Cómo son los otros príncipes?

¿Cómo estar rodeado de cosas tan valiosas?

¿De qué están hechas tus ropas?

¿Puedes bañarte todos los días?

¿Qué se siente saber que tu vas a ser el próximo Rey?

No. Ni siquiera lo preguntó así. Lo sentí más como si hubiera preguntado: "¿Qué se siente saber qué tu eres el próximo a maltratarnos?"