Little Demon ™/ Taekook

12 - La Reina

Dollhouse— Melanie Martínez

Ella se crió en un lindo inicio de primavera, en Marzo, se dice que cuando ella nació las mismas flores la envidiaron y hasta la fecha lo hacen.

Su belleza es etérea, con un aspecto delicado y fuerte que hace suspirar a cualquiera, por su posición suele ser callada, fría y con un toque de seriedad pero solo es lo que aparenta, porque su mirada filosa puede decirte más de mil y un palabras pero jamás algún tipo de ambición o maldad, solo era una mirada seria que intentaba expresar a través de sus ojos lo que sentía aunque muchos no lo notaban.

No es huérfana, sin embargo, su hermana mayor fue la heredera al trono cuando encontró un lindo esposo y su única opción fue buscar un príncipe para desposarlo y salir de aquel que era su reino para gobernar otro y, al hacer esto, es como si sus padres se hubiesen olvidado de ella.

Pero cometió un error.

La ambición a veces suele ser demasiada, intenta manipularte llevando de la mano a la envidia; su hermana encontró y creó una familia en el reino, con uno de esos príncipes que son difíciles de encontrar, esos que realmente te aman y no te usan para su complacencia, su historia de amor fue como la de un cuento y a tan solo tres años de conocerse ambos por fin se unieron en una hermosa boda donde su hermana sonreía bonito y el príncipe cuando la miraba sus ojos brillaban como un verdadero sol.

Ella estaba segura que el sol no podía compararse con eso.

Oh, como la envidiaba.

A ella le hubiera encantado tener un esposo así, un matrimonio así, y ni hablar de los pequeños príncipes que nacieron tiempo después que su hermana se convirtió en Reina, esos niños eran los más preciosos uqe había visto en su vida, por supuesto, antes de tener a su hija.

Cuando sus padres le dijeron que ella tenía que encontrar un esposo para cumplir su deber no perdió el tiempo, eligió al mejor pretendiente sin haber amor de por medio, se casó y le dieron su título oficial como Reina de Seoul, casi al instante se fue a vivir al castillo de ese Rey para jamás regresar a su reino natal, no volvió a enviar cartas, no volvió a visitar a sus sobrinos y ni siquiera se dignó a invitarlos a las hermosas festividades que Seoul organizaba todos los años llamadas Otoñales.

Solo los reinos pertenecientes al Mando Superior podían asistir, el mismo reino de Seoul tenía que mandar la invitación y la Reina se encargaba de mandar la mayoría pero cuando llegaba el turno de su lugar natal esa tarea se la dejaba a su esposo, así de simple y así de sencillo.

Y los ignoraba, porque ellos no hacían ni el esfuerzo por querer hablarle y ella tampoco lo haría porque esa ya no era su familia, su única familia era su esposo, su hija y Seoul, no más.

Extrañamente no se sentía mal por ello simplemente era mera incomodidad cuando se encontraban en el mismo espacio, jamás sintió que les debiera algo más que la vida porque fue educada por diversos maestros y atendida cuando era pequeña por sirvientes u otras personas, desde pequeña fue muy independiente y nunca les faltó al respeto por nada.

Nunca se llevó bien con ninguno, mucho menos con sus padres, su hermana ya era demasiado mayor aparte estaba concentrada en otras cosas, aveces le partía el alma ver como se sentaban y hablaban, reían y hasta cotilleaban como lo haría una verdadera familia, todo eso sin ella.

La decisión de irse no fue nada, ya estaba acostumbrada al dolor y también por ello tiene esa actitud arisca, pero hay una razón muy aparte de su hija por lo cual no se arrepintió de esa decisión.

La primera vez que pisó el castillo de Seoul fue cuando tenía aproximadamente doce años de existencia para celebrar que habían vencido en la guerra contra un reino extranjero, su habitación asignada era un poco más grande que la propia y ella estaba encantada, no se caracterizaba por ser muy sociable por lo que prefería quedarse en aquel espacio y salir cuando su presencia fuera necesitada.