El Ático 🖤Malec🖤(TERMINADA)

Capitulo 3 "Sospechas"

Cómo dijo Alexander llevó a Magnus al pueblo, obvio no dejaron solos a sus hermanos y los llevaron con ellos.

—Yo no se mucho sobre este lugar. —dijo Alec.

—Vamos, si tu padre vive aquí supongo que te a de haber contado ¿no? —preguntó Magnus.

—Contigo no se puede, durazno. —sonrió mirando por un momento a Magnus. —Y si, mi padre me ha contado algunas cosas de la casa Lightwood, actualmente Bane.

—Es... Es igual a tú-

—Si, es mi apellido, pero eso no es lo más acojonante, te diré lo que se en lo que vamos al pueblo. —Alexander hizo él ademán de acomodarse en su asiento.

—Hace bastantes años, vivía una familia ahí, era la familia Lightwood, tu sabrás, que ellos no son los únicos Lightwood en el mundo por qué Nueva York se peta de ellos, pero aquí en estados unidos solo habían unos, ellos eran una familia unida, cariñosa para el pueblo pero dentro de su casa el padre era un maldito que torturaba, maltrataba, golpeaba y tocaba a sus hijos y esposa, más aparte su padre era el famoso asesino serial ¨Roberto¨ no se si lo conozcas, pero te haré un pequeño resumen de el, el era famoso por haber matado a mas de 68 personas incluyendo niños. — Magnus abrió los ojos como plato.

 —¿Cómo es posible que haya matado a tantos? — preguntó el castaño.

— Ni yo lo logro comprender, Durazno. —  dijo el pelinegro notándose incomodo.  

Pasaron varios minutos en lo que llegaban al pueblo en silencio, Magnus simplemente no podía hacerlo no tenía un tema bueno de conversación y Alexander  tampoco quería hablar. Llegaron al centro del pueblo, muchas personas se paseaban por ahí sonriendo con sus hijos, Magnus al verlos no pudo no sentirse mal ya que él y su hermano casi nunca salieron con su madre a dar un paseo o de a perdis tener una platica amena con ella, sus platicas siempre terminaban con él y su madre gritando y Simon llorando encerrado en su habitación.   

Se bajaron del coche y dejaron a los niños dentro de él, obviamente con las ventanas abiertas para que no se sofocaran.

 —Aquí es el centro de la ciudad, a unas cuantas calles esta la biblioteca, ahí podrás averiguar al cien que demonios paso en tu casa. — dijo Alexander señalando una calle ya caminando hacía otra dirección a lo cuál Magnus lo detuvo enseguida.

— Ni creas que iré solo, estas pendejo si así lo crees. — Tomó de la mano a Alexander y lo arrastró a la calle que el señalo.—  Ésto es escalofriante de cojones y tú quieres dejarme solo en este pueblo que ni conozco no, no, no estas mal mi chavo.  

 —Magnus no seas nena, hay muchas personas por aquí, no creo que el fantasma de la navidad te atormente en este lugar.—  Magnus se detuvo en seco y lo jalo de la camisa para que quedara más cerca de su cara.

— Mira nariz de cotorro mal desarrollado, tú me llevaras a la jodida biblioteca porque yo no me he cagado ya en los pantalones por pura jodida suerte ¿Entiendes?— ordenó Magnus.

Alexander hizo una cara maliciosa.     

 —Así me gustan, dominantes. —Magnus ante ese comentario se sonrojó.

 —No digas estupideces, Cotorro degenerado.— lo empujó lejos de el.

  —Vale perdoname, he visto la oportunidad y la tome.— sonrió el pelinegro. —Pero esta bien, te llevare solo falta poco para llegar.

Con eso dicho caminaron unas calles más y se toparon con la biblioteca del pueblo. Entraron escuchando la típica campanita de entrada y vieron al encargado de ahí.

  — Bien Durazo, aquí solo hablan ingles así que déjame hablar a mi. —dejó a Magnus junto a un estante de libros y comenzó a hablarle al encargado.

—Good morning, sir, I would like to... know where... village history books are? —preguntó el pelinegro.

— ¿Qué? —preguntó el encargado.

—You not speak inglish? —preguntó de nuevo.

—¿Nou? —el encargado no sabía ingles.

Magnus al ver eso casi se cae de la risa  Alexander era muy divertido.

—A ver, Alexander, a un lado. — aparto a Alexander de un leve empujón. — ¿Usted es estadounidense? si es así, un gusto, me podría decir donde están los libros de la historia de este pueblo. —  Le sonrió amablemente.

— Oh, eso era, por supuesto, están en el piso dos, es el pasillo 5, el penúltimo para ser exactos. —  también le sonrió. 

—Gracias. — con ello dijo Magnus buscó las escaleras para ir al segundo piso.

Alexander iba atrás de el sin ningún problema ya que casi se estaba comiendo con la mirada el culo de Magnus mientras subía las escaleras.

— Magnus, no es por ser grosero o pervertido pero, ¿Te puedo dar una nalgada?— preguntó sonando inocente.

Magnus lo volteó a ver totalmente sonrojado deteniendo casi al final de las escaleras cosa que hizo que su culo y muslos se remarcaran en su pantalón más de lo que ya estaba.— Eres un maldito degenerado.— dijo avergonzado el castaño.  

  — Yo no tengo la culpa de que te cargues un culo de puta madre. — dijo echándole la culpa a el castaño.

— Obviamente yo no tengo la culpa, maldita Jirafa mal formada. — lo insultó Magnus.

— Durazno, yo nunca te he insultado y tu siempre me agredes con palabras que hieren mi autoestima.

— Yo solo digo la verdad. —siguió subiendo las escaleras hasta terminarlas he ir hasta el penúltimo pasillo.

Entrando al pasillo se encontró con demasiados libros obviamente, cada uno era distinto, unos eran del lago que estaba cerca de su casa, del bosque que estaba cerca de su casa, de como se creó el pueblo, a que año surgió y todas esas cosas, siguió buscando hasta llegar con los delitos del pueblo. Este era de un color vino oscuro. Revisó con mucho cuidado todo el libro hasta con toparse con una foto de una familia.

"FAMILIA LIGHTWOOD"

La familia »Lightwood« pudo verse normal pero toda ella era fría y ocultaba un extraño secreto.

En 1867 fue oscuro y tenebroso para todo el pueblo que esta en »Sardine Creek R Fork Rd, Oregón«. Justo ese año fue la masacre »Lightwood«, donde toda una familia murió sin dejar un testigo, Roberto, justo con su esposa Mary y sus dos hijos, (»Alexander Lightwood y Jace Lightwood«) ...

Magnus abrió los ojos como plato.

—¡Magnus! ¿Ya encontraste lo que querías? — apareció Alexander estaba caminando hacia el.

El castaño rápidamente arranco esa pagina y la que seguía del libro y las guardo en su bolsillo trasero.

—N-No, ya vamos. —dijo nervioso dejando el libro en el estante.

—De acuerdo, durazno. —le sonrió mostrando sus dientes blancos.

Y Magnus, ya sospechaba algo.

Algo no muy equivocado.

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