El Ático 🖤Malec🖤(TERMINADA)

Capitulo 21 "Magnus Bane"

No les pasa qué hay veces en qué quisieran estar de nuevo en la niñez, jugar, tener amigos, pasar los días sin ver los problemas familiares, sentirse libre mientras juegas en él parque y tal. Sentir él aire fresco en un día de primavera bajo la sombra de un árbol.

Oh, eso sería realmente maravilloso, vivir sin preocupaciones otra vez ser puro e inocente de la vida otra vez.

Yo pensaba qué vivía así, pero, no es así, mi vida es una jodida mierda. Gritos y peleas entre mis padres preocupaciones, cuidar a mi hermano, ver por él. Una mierda absoluta. No tuve una buena infancia a decir verdad, todo eran regaños de mi padre, mi mamá gritándole para que nos dejara en paz. Mi padre golpeandola.

Creo qué por eso se separaron, por qué mi papá golpeo a mi mamá, creo que por eso se superó y se convirtió en la mejor vendedora de vienes raíces en todo él mundo, porque se esmeró. Creo qué por eso se enojó cuando me vió con Alexander ya qué papá también era un trabajador de pueblo, supongo qué ella solo quiere lo mejor para mi, pero realmente ella no sabe expresarse muy bien y por eso soltó muchas palabras hirientes hacía Alexander. Solo quiere lo mejor para mi y no quiere que pase por lo que paso ella.

Pero nuestra comunicación nunca fue buena y por eso aunque no pelee con papá, pelea conmigo, por cualquier cosa. Por mis modales, mi vocabulario, mi forma de vestir, por cómo le contesto, por cosas qué hace Simon, por mis calificaciones qué aunque sean buenas me pide mejores.

Osea un diez o un cien no pueden subir más, señora.

Por su trabajo estamos del tingo al tango, ya qué tiene varias agencias de vienes raíces. Más de diez veces nos hemos mudado, empezó en Indonesia luego, Japón, China, Taiwán, Tailandia, Londres, Paris, Noruega, Canadá y ahora Estados Unidos, en Oregón para ser exactos.

Cuando llegue a Oregón todo extrañamente cambio, no sonreía a fuerza, no peleaba con mamá por teléfono, ya no me importaba nada por él.

Alexander realmente cambio mi vida, aunque un principio no me traía buena espina, pero, él logro cambiar mi percepción con él. Le dió un amigo a mi hermano qué es su hermano Jace y momentos felices, cómo cuando se callo al lago por intentar tomar una pelota de hule que se le fue a Simon y a Jace al lago. Eso fue realmente divertido. O cuando lo cargaba de superhéroe, Simon reía con todo su fulgor.

Alexander ha venido a mi para bien, me hizo ver de otra manera él amor... y él sexo, en él cuál es muy bueno a decir verdad, es todo un semental, tiene el fetiche de apretar y palmear mis nalgas al ponerme en cuatr--... Omitamos eso.

Lo qué quiero decir es que amo a Alexander Lightwood. Mi novio. Aún se me hace raro llamarlo novio pero tengo que acostumbrarme. Ya paso más de medio año desde que conozco a Alexander y solo una semana y media de ser su novio.

Eso me hace realmente feliz, por él momento ya qué realmente no se dónde estoy ahora, todo es oscuro y tétrico, escuchó susurros, hace frío y Alexander no está. Lo último qué recuerdo es qué él me llamó por teléfono, estuvimos hablando unas horas, luego subí al ático, luego... No se qué paso.

Todo es jodidamente borroso en mi cabeza, no logró recordar nada después de haber subido al ático.

—¿Magnus?

Alexander.

Está aquí.

Lo sabía, yo lo sabía.

Vino por mi.

—A-Amor, no se d-dónde estoy-

—¡¿Donde esta Magnus, infeliz?!

Alexander...

¡Aquí estoy, soy yo! ¿Qué no me ves?

—Ja, ya no lo verás.

Esa voz...

La conozco perfectamente pero no recuerdo dónde la escuché.

—Mi Magnus ahora va estar conmigo.

—No digas ridiculeces.

¡Alexander, sácame de aquí.!

—¿Sabes? Mi Magnus era así antes mandón, serio, lindo, sexy, pero mi papá... tuvo qué matarlo.

—¿Y eso qué tiene qué ver con Magnus? Se qué se parece al tuyo pero no lo es.

Alexander...

—Lo mató sin qué me diera cuenta, luego me lo mostró. Era un maldito sin vergüenza.

¿Está llorando?

—Pero sabes que nosotros no tenemos la culpa, tú Magnus murió, él Magnus qué tienes en tus manos, no es él tuyo.

—Pero son tan, tan, tan iguales, la misma voz, la misma actitud, él mismo cuerpo. Todo es igual.

Realmente estaba llorando.

—Si, lo se, pero no es tu Magnus.

Eso es Alexander, aclarale todo.

—Vi la foto de tú Magnus, él no era castaño, su cabello era oscuro.

¿Qué?

—No... N-No... ¡No! ¡Mientes!

¡Alexander aléjate!

—¡Cuando al fin logre encontrar a mi Magnus me lo quieres arrebatar! ¡¿Por qué lo quieres alejar de mi?!

—¡Por qué él no te pertenece!

—¡Claro qué lo hace!

¡ALEXANDER NO!

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Avances del final:

—¿H-Hermano? —preguntó en un susurro él pequeño.

—Mamá, ¿él no es hermano? —

—No... —susurró.

—¿Magnus? —susurró.

—Magnus, despierta, amor. —

—Lo se, amor. Ahora todo va a estar bien. —susurró alegre él menor.

—Ojala y así fuera. —la voz de Magnus fue fría y sin vida.

—¿M-Magnus?  —

—¡Alexander! —

—N-No, ¡Mierda!

—¡¡A-Alexander!!

—M-Magnus, no hay nada en tus manos. —

—N-No, Alexander, t-tengo sangre en e-ellas. —

—¡Alejate! ¡No! ¡No! ¡¿Por qué me pasa esto?! —

—Si... acabo contigo... todo acabara. —

—Alexander, mi amor. No... —musitó entre sollozos.

—P-Perdoname, p-perdoname, p-po-por favor. —