Cicatrices.

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Me desperté sobresaltada por el ruido ensordecedor de la alarma a mi lado, lo silencié de un manotazo algo torpe. 

''07:00'' Visualicé. 

Me levanté de la cama como pude, tenía un cansancio físico y mental extremo, la noche anterior me había dormido acompañada de mis lágrimas.

Tomé unos jeans de mi bolso aún sin desempacar, un sweater negro y mi gorro de lana del mismo color.

En el espejo de mi baño, me encontré con mi apariencia, totalmente espantosa, aún tenía las marcas del rímel y delineador esparcidos por mis mejillas, en mis ojos, digno de película de terror. Abrí el grifo dispuesta a lavarme la cara cuando la puerta volvió a sonar en 2 golpes. 

Rayos. No, no y no.

Me negaba a que alguien me viera de ésta forma. 

-¡Un segundo!- Grité mientras corría hacia la puerta, seguido de que pasaba mis dedos por debajo de mis ojos. 

Abrí sin quitar el seguro la puerta, apenas asomándome. 

-Buen día Medley.- La voz masculina perteneciente a Dan me hizo latir el corazón a mil por hora, precisamente porque no quería que me viera de ésta forma. -¿Puedo pasar?-

-Buen día ¿Pasó algo?- Pregunté evadiendo su pregunta.

-Sólo quería ultimar detalles, Aisha me pidió que viniera a ver si necesitabas algo.-Maldije en mis pensamientos a Aisha por ser tan jodidamente hospitalaria.

-Oh- Respondí sin saber que más decir.-Sí, estoy bien, gracias.- Continué.- ¿Qué detalles?-

-Por lo visto no me quieres abrir, pero si quieres te lo grito a través de la puerta.- Sonó bastante descortés. 

Cerré los ojos una milésima de segundo mientras insultaba en todos los idiomas para mis adentros.

-Si, lo siento, pasa.- Abrí el seguro y luego la puerta. -Entra, ahora voy.- Dije sin siquiera mirarlo a los ojos mientras corría al baño. 

Allí abrí el grifo que había cerrado hace 5 minutos y comencé a fregarme la cara, pero había olvidado un pequeño gran detalle. Nunca había cerrado la puerta del baño.

Al mirar hacia el costado, estaba Dan parado, con una mirada que no pude descifrar en el momento, pero algo era obvio: había visto mi cara de maldita psicótica. 

Sonreí por puro compromiso y cerré la puerta con el pie. 

Tomé coraje para salir del baño 10 minutos después, luego de haberme maquillado un poco más prudente, sólo rímel y delineador.

-Lo siento, ya estoy de vuelta.- Me detuve delante de él. 

Estaba paralizado, y en absoluto silencio hasta que emití la típica tos.

-Ah, sí, detalles..- Se sentó en el sofá y me miró como invitándome a seguirlo. Así lo hice.-Bien, no hay muchas reglas, sólo, no llegar tarde, cumplir con el horario, etcétera, etcétera.- 

-¿Sólo eso?- Asintió con la cabeza. -Bien..- Miré el reloj y ya casi era la hora.

-¿Estás bien?- Su pregunta me quitó la vista del reloj para posarla en sus ojos.

-Sí, sí.. anoche me quedé dormida mirando una película emotiva.- Rodé los ojos sarcásticamente.

-Bien.- Hizo una pausa incómoda.-¿Vamos?- dijo mientras se paraba. 

-Claro.- Contesté.-¿Tú también trabajas allí?- Me miró desde el umbral de la puerta. 

-No, sólo me gusta aconsejarle a la gente que sí lo hace.- Lo miré unos segundos mientras elevaba mis cejas y asentía con la cabeza.-Sí Medley, allí trabajo.- 

-No parecías tan gracioso la primera vez que te ví.- Contesté mientras cerraba la puerta. 

-¿Qué te digo?- Respondió soberbio.-Me gusta sorprender.- Continuó.- También soy muy observador.- Dijo colocando el número 0 del ascensor mientras la puerta de la misma se cerraba en frente de nosotros.

-¿Ah sí?- Intenté demostrar interés.

-Sí, sí.- Se detuvo para mirarme.- Sobretodo cuando mienten.- 

-¿Perdón?- Pregunté sin entenderlo. 

¿Me estaba diciendo mentirosa acaso?

-Medley, si vas a decir una mentira como que viste una película..- Se pausó debido al sonido del ascensor que indicaba que llegamos al piso.-Al menos fíjate de tener una televisión primero.- Me miró rápidamente y salió del ascensor.

Claro.

Estúpida, estúpida, estúpida.

Corrí tras de él antes que se cerrara la puerta. 

-¿No pude haberla visto desde el celular?- pregunté sin darme por aludida.

-Cielo.- Ese apodo realmente me causó molestia.- Llegaste con un sólo bolso y con dinero justo, claramente no tienes celular.- 

Touché.

-Pero no te preocupes.- Habló de nuevo.- No tienes por qué contarme nada si no quieres.- 

-Bueno.- Es todo lo que pude decir. 

No sólo había quedado como estúpida, si no que también como una mentirosa. 

  
-Es aquí.- Es lo único que dijo en el transcurso del camino. 

Nos adentramos en aquél lugar para encontrarnos a Aisha y Dina.

-Hola cariño.- Me saludó con un cálido abrazo Dina.-

-Hola!- Contesté amablemente.

-Bien, Aisha te dará tu uniforme ahora y te mostrará el lugar. Bienvenida.- Me sonrió. 

Observé hacia donde estaba Aisha, pero estaba ocupada atendiendo una mesa, así que me tomé el tiempo de observar el lugar. Era realmente grande, tenia dos pisos, la biblioteca estaba ubicada atrás de todo y aunque había algunos asientos, el espacio de bar era apenas entrabas al lugar y allí había una cantidad considerable de mesas y sillas. 

𝕯 𝖊 𝖒 𝖔 𝖓' 𝖘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora