¿Por qué me llamó Izraíl?

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El instinto le decía que debía ir a buscarla, de repente tuvo una visión, pudo volver a tener esa conexión con Medley y la vio ensangrentada, sentía su dolor y confusión. 

No dudó y corrió hacia donde lo guiaba la mera intuición, el corpulento de Sira empujaba el tumulto de gente para llegar a donde sea que estuviera Medley, podía sentirla a la distancia, sentía que estaba en peligro. 


De repente, la vio venir frente a él, corriendo y mirando hacia atrás. 

El corazón de Sira dio un vuelco repentino, al ver que ella se encontró con sus ojos y él con los de ella, pero más le rompió el corazón e invadió de ira, verla con su cara llena de sangre. 

Ella sólo se limitó a decirle que corran y aunque quiso preguntarle por qué y romperle la cabeza a quien sea que le haya hecho eso, decidió hacerle caso.

Corrieron hasta el departamento que Sira ya conocía y se adentraron al ascensor que para su suerte estaba vacío.

El silencio fue realmente incómodo, pero abrazador, aunque ni siquiera lo miró y eso terminó de romper más su corazón. 

Cuando las puertas se abrieron, Sira tomó las bolsas de Medley y ella sólo lo miró por un instante, para volver su vista al suelo. 

Y mientras iban camino a la puerta del departamento Medley se detuvo en seco. 

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Los pensamientos de Medley eran un revoltijo, demasiadas cosas pasaban por su mente, como la mayoría del tiempo últimamente, estaba todo tan desordenado. ¿Por qué aquél hombre la había llamado de esa manera? ¿Izraíl? ¿Qué había querido decir? 

Sólo le vino la siguiente palabra a su cabeza a medida que avanzaban caminando por el pasillo. 

Lucy. 

Dios mío, no podría entrar así sin más. ¿Qué tal si Sira sí podía verla? ¿Qué le diría? ¿Y a la niña que le diría?

—Creo..— Se dio la vuelta para mirar los ojos de Sira, por lo cual tuvo que elevar un poco la vista.—Creo que será mejor que aquí te quedes.— Respondió intentando ocultar la mezcla de emociones que la abordaban en ese instante. 

—Medley, necesito que me expliques, mírate.— Sus ojos se veían cansados y movió leve la cabeza hacia un costado mientras con su mano tomaba la otra mejilla sana de Medley. —Estas golpeada.— Su mandíbula se tensó y se marcó aún más. 

—Luego te explicaré.— Le dijo mientras le corría la mirada intentando no hacer más contacto visual. Mientras colocaba la llave de su puerta en el cerrojo. 

—Luego no, entraré ahí contigo Medley.— Su voz sonó severa y en algún punto Medley sintió que tenía razón, que tenía que ser franca con él, así que sólo asintió con la cabeza y abrió la puerta. 

Rogando que no pudiera ver a Lucy, pero al entrar no la vio sentada en el sillón como siempre estaba. El corazón que por fin se había relajado un poco, comenzó a latir con más violencia. 

¿Lucy, le habrá pasado algo? 

Culpa es lo que sintió en aquél momento, tanta que ni siquiera se tomó el trabajo de cerrar otra vez la puerta, sólo recorrió con frenesí la cocina intentando encontrarla, sin llamarla para que Sira no pudiera sospechar de nada. 

Se limitó a observar por el rabillo del ojo a Sira, quien la observaba extrañado aún con las bolsas en su mano.

—Déjalas dónde quieras, no te preocupes.—Dijo agitada mientras se dirigía con rapidez hacia su habitación.

𝕯 𝖊 𝖒 𝖔 𝖓' 𝖘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora