Alicia en el país de las maravillas.

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El sol se colaba entre los árboles y generaba una luz amarillenta/verdosa tan cálida que podía sentir los rayos del sol en sus pies. 

Allí lejos de la civilización el ruido predominante era sólo naturaleza, ruido de pájaros y demás animales que habitaban el bosque tan hermoso como perturbador. 

—¿Hay más?—Preguntó la niña acercándose a la canasta. 

—Sí.—Contestó Sira. —¿Con qué los quieres?— Preguntó mientras tomaba un waffle. 

—Mmm, miel.— Contestó mientras se levantaba para seguir corriendo y jugueteando con una ardilla, que parecía jugar con ella también. 

—Sin duda es un lugar muy hermoso Sira.—Habló Medley con una mirada lejana y melancólica. 

—Sí, la vista es increíble.—Respondió sin dejar de mirarla. 

De repente un pájaro se posó en la tapa del canasto y la miró directamente a Medley y luego a Lucy quien ya estaba a su lado mirándolo asombrada. 

—Qué lindo.—Susurró para que no se vaya.

Aquél pájaro pareció oírla ya que giró la cabeza hacia un costado y luego se posó en uno de sus hombros. 

—¿Puede verla?— Preguntó Medley a Sira.

—Claro, los animales sí.— Dijo mientras agarraba sus rodillas con los brazos. 

—Mira Med, está en mi hombro.—Sonrió emocionada.

—Lo veo Lu.— Contestó Med sonriendo. 

Lucy tocó su plumaje con suavidad y el pájaro no mostró ni una pizca de temor, pero al cabo de unos segundos, salió volando hacia la cresta del árbol. 

—Adoro este lugar.—Gritó la niña saltando y corriendo. '

Sira y Medley compartieron una mirada y luego una carcajada. 

—Horus.—Dijo sin más Medley.

—¿Qué pasa con él?—Preguntó Sira mientras observaba a Lucy jugar a lo lejos. 

—No está.— Miró hacia el suelo. 

Él no dijo nada, simplemente siguió contemplando el paisaje. 

Medley tomó el colmillo que colgaba de su collar y lo apretó con firmeza, deseando que su amigo podría sentirla en la distancia, casi como abrazar su alma. 

Lo soltó al cabo de unos segundos y casi como efecto inmediato comenzó a sentir el calor que emanaba el colmillo. Como si respondiera a sus estímulos. 

Lo sentía, casi podía sentir lo que él sentía, como una completa conexión. Él la había notado y respondido a su llamado. 

—Ya viene.— Le dijo a Sira, quien la miró algo extrañado, pues el no sabía nada del colmillo.

No tardó demasiado ya que de repente Lucy venía corriendo en dirección a Sira y Medley desenfrenada. 

—¡HAY UN..—no terminó de contestar debido a la agitación.—Hay un lobo, allí, allá..— Señaló. 

—Tranquila Lucy, es amigo.— Respondió Medley.—Iré a ver.—Le dijo a Sira. 

Emprendió su camino hacia donde la niña había señalado, cuando miró hacia atrás, ya no pudo verlos debido a la distancia en la que se encontraba. 

—Horus.— Habló y sólo oyó el aleteo de pájaros. 

De repente le pareció oír hojas de árboles crujir y un viento terrible se presentó. Como si un huracán azotara de repente. 

𝕯 𝖊 𝖒 𝖔 𝖓' 𝖘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora