Corazón Roto, labios Partidos (Retomando Edición)

Capítulo 24: Heridas

Ninguno de los equipos ahí reunidos podía negar que karasuno había crecido, eran más habiles y adaptables, los miembros de primero tenían buen potencial, los de tercero destacaban; sin duda terminarían haciendo historia como grandes jugadores del equipo de voleyball de su escuela, y los chicos actualmente de segundo eran unas bestias, el octavo día del campamento era el día en que los tres más destacables estaban dando a conocer el 100% de su habilidad.

Kageyama en el momento que Nishinoya le envío en buena posición un pase; hizo relucir su especilidad, colocando en lo alto una limpia y fácil para rematar.

Kei miro a Shoyo, ambos se retaron con la mirada, chispas salieron de sus ojos, pero en obviedad por ser más veloz el que robo el pase y anoto un punto con todas sus fuerzas fue Hinata.

Al avanzar el juego y el equipo contrario al rematar, la mayor parte del tiempo era bloqueado por el rubio, que se aseguraba de bloquear y lograrlo bien, cada buen bloqueó lo celebraba lanzado una mirada al pelirrojo, el cual chistaba molesto por el acto de superioridad.

Todos notaron como esos tres estaban como en una clase de competencia por quién se esforzaba más, parecía y era algo personal pues hasta el de lentes sobrellebaba aquello, Ninguno daba su brazo a torcer, los tres defendían, no parecía y estuvieran en equipo pues ellos eran los que participaban más, Yamaguchi y el capitán Enoshita estaban pintados pues el Setter no les daba pases que rematar, el bloqueó no incluía a kageyama ni a Hinata, lo cual arriesgaba su victoria pero el rubio estaba con la necedad encima, Hinata saltaba lo más alto posible analizaba las fintas y engaños los resolvía por su cuenta, y avisaba solo a si mismo para salvarlos, Lo único que pintaba el resto del equipo eran los saques y recepciones pero nada más, la mayoría de fallas que tenían era por culpa de Shoyo y Kei que por su pequeña competencia saltaban para robar el pase al contrario, aveces chocaban y el balón caía, El moreno no estaba mejor pues cuál rey de la cancha no consideraba a los middle blocker, hacía los pases rápidos y altos para ver quién era "digno" de llevarlos, la concentración era buena pero su trabajo como equipo acabo llevando a karasuno a perder su primer partido.

Todos creyeron que el juego acabaría ahí pero no, lo llevaron en el castigo por quién corría más, quién hacía más vueltas, Nadie intervenía, la primera vez que su actual capitán lo intento fue frenado por un "No" sincronizado por parte del trío, en los demás partidos fueron suplantados por Momotaro, Fran y Kinoshita pero aún así parecían estar en su propio mundo, los tres en lugar de animar a su equipo se encerraron en un triángulo donde intercambiaban miradas asesinas.

Algo traían aquellos tres, su comportamiento de esos días era extraño, pero nadie se atrevía a acercarse , sea lo que sea estaban seguros y no duraría mucho, y estaban en lo cierto, pronto el final del día llego y con ello la reunión entre los tres chicos de segundo para saldar cuentas pendientes.

.

.

.

Después de una ducha refrescante y de estar horas a solas en la azotea "prohibida" a la cuál no debío entrar, Tsukishima tomo rumbo a la cafetería del edificio, pasaba de las dos de la madrugada hacía el frío usual pero solo podía dedicar su atención a su monólogo interno.

"Debes superar eso ya, la cagaste pero no puedes seguir con ese ciclo de me dañas te lo regreso"

Las palabras de Tetsuro recorrían su mente cada dos por tres, sus manos se mantenian en puño en los bolsillos de su pijama, estaban tensas y algo húmedas, su nerviosismo era enorme a tal grado de sudar, y eso no le gustaba, debido a eso la mueca en su rostro se hacía más severa.

.

La noche de ayer todo había caído por fin en su lugar, las lágrimas habían sido derramadas y evaporadas una llama que creía apagada en su interior volvió a encenderse y se expandió por todo su cuerpo, la mañanas rutinarias de maquillarse y dramatizarse acabaron ese día, si, uso esa maldita base y polvo para ocultar sus moretones pero ya no para ocultar su dolor, ese día la determinación recorrió su cuerpo sin darle respiro.