Capítulo 23: Desbordando los tres vasos

558 54 20
                                    

Recordaba la primera vez que había sentido aquel sabor amargo en su boca,como su estómago dolía y su pecho se sentía vacío, como se sentía triste y enojado al mismo tiempo, similar a estar desnudo en una madrugada de invierno con el hielo quemando la planta de sus pies, el mismo sentimiento de desilusion que sintió cuando Kenma estuvo con él por compromiso, fingiendo amarlo cuando no lo quería de aquella forma, solo que está vez trataba de Tsukishima.

-Me decepciona el hecho de que te guardarás todo...- expreso sin tapujos, de todas las personas...de todas las personas que lo rodeaban, de todos sus amigos, solo cuatro eran a los que consideraba como mejores amigos, entre ellos estaban Yaku, Kenma, su Bro, y Kei, pensaba y no se volvería a repetir de que ninguno de ellos lo haría sentirse así, pero se había equivocado.

De los cuatro mejores amigos que tenía pensó y Tsukishima nunca lo decepcionaría, pensó y era el mejor de los 4 la mejor persona.

Y se había equivocado.

.

Ahí en medio de un jardín opaco, con un ambiente helado y un cielo sin estrellas Diviso a Kuroo que se encontraba recargado en un muro con un pecoso durmiente en brazos, Kei estaba estático, sin aliento y con su corazón latiendo desenfrenado con el terror subiendo por sus piernas cuál enredadera espinoza.

Haber escuchado la palabra me has decepcionado de los labios de Kuroo se sentía incluso igual o peor que haber decepcionado a sus propios padres, y es que una palabra tan pesada salir de una de las personas que más quería era lo peor, ahí se habia dado cuenta que tan mal había obrado.

-Soy tu amigo Kei...- que Kuroo le recalcara eso al inicio le hizo agachar el rostro, su mirada ámbar quedó en dirección a una flor de león con gotas de rocio producto de la húmeda noche más sin embargo apesar de no estar en contacto podía sentir la mirada onix fría escudriñando su alma, como juzgando sus malos actos, se esperaba un regaño, palabras venenosas cargadas de odio y basura hacía su persona pero sin duda nunca se espero escuchar una voz frágil emanar de él, de la persona que se había ganado todo su respeto y admiración, de la persona más alegre y dura del mundo.

-No me tuviste confianza y preferiste tomar todo en tus manos, te equivocaste y ahora no sabes cómo arreglarlo

Tsukishima jamás se había sentido tan desprotejido como ahora, sus ojos escoceaban y no tenía el valor para contradecirlo, pero debía decir algo de no ser así todo terminaría por tragárselo ahí, y terminaría ahogándose con sus lágrimas, implorando el perdón del pelinegro, implorando por que dejara de verlo de aquella manera, debía apaciguar el fuego antes de humillarse, y no estaba dispuesto a tirar su orgullo, lo había hecho con Tadashi y todo había acabado mal.

-Yo...

-¡No me salgas con la mierda de que es asunto tuyo!¡Porque no!- Grito interrumpiendo aquel patetico intento de excusa - Y no, tampoco digas estaba solo ¿que estoy pintando o que carajo? - la cólera no menguaba, Tadashi se removió en sus brazos por lo que tuvo que volver a suspirar para calmarse.

Pero Cuantas ganas el ex capitán Nekoma tenía de arremeterle unas buenas bofetadas al rubio pero no podía solo levantarse tirar al pecoso por ahí y violentar a Tsukishima, debía estar sereno si quería y no todo se fuera a la mierda como su voz en lo que llevaban de conversación que había salido quebrada por todas las emociones que pasaban en él en ese momento.

Tetsuro le indico con su mano libre a acercarse y El rubio obedeció sin chistar, su necedad se había esfumado hace mucho, El pelinegro bufo antes de continuar - Lastimaste a la persona que más amabas en el mundo, separaste a una pareja que nada tenía que ver en tu relación...

Corazón Roto, labios Partidos (Retomando Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora