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—¡Son unos sinvergüenzas!

—Mikey.

—Se escucha hasta allá afuera.

Frank con la mirada gacha estuvo a punto de alejarse de Gerard, pero este lo retuvo con las piernas.

—Tú te quedas en lo que estás —habló en un tono demandante, nada parecido al dulce y tierno Gee de siempre— ¡Y tú! maleducado, sal de aquí —le gritó a Mikey.

—Gee...

—¡Sal! —volvió a gritar y le aventó un adorno que estaba en su escritorio, afortunadamente Mikey había cerrado la puerta antes.

—Amor.

—Ignoralo Frankie, sigue —movió sus caderas un poco.

—Pero...

—Olvidalo ahhh yo después hablo con él mmm...

Con un poco de duda Frank volvió a retomar el ritmo, Mikey le había arrancado la inspiración, pero prefería buscar como encontrarla de nuevo a tener a un Gerard molesto por no cumplirle.

—¿Te gusta así? —Frank le susurró en un tono bajo.

—Más duro más mmmm...

—Ahh Gee estás tan caliente ahh —gimió Frank acomodándose un poco mejor.

—Ahhh ahhhh siii Frankie ahhh ahí ahh.

Frank había encontrado su punto dulce y lo estaba haciendo llegar a las estrellas, más con las caricias rápidas en su pene Gerard sentía que pronto acabaría.

Y era lo que Frank quería, que él acabase primero para jugar un ratito más, que más daba ya Mikey había hecho el escándalo y todos sabían en que estaban, pero de lo que si estaba seguro era que no iba a volver en un buen tiempo a Pomodoro, ni loco, que vergüenza que vieran su rostro.

Sintió como los músculos de Gee se tensaban y echaba la cabeza hacia atrás, redujo la velocidad de las embestidas pero no la intensidad, aumentó los movimientos de su mano y pronto sintió en ella la cálida esencia de Gerard, la llevó a su boca y la lamió.

—Tan dulce cielo —salió del interior del pelinegro—. Ahora de rodillas.

Gerard lo miró sonriente y obedeció, con cuidado se arrodilló frente a Frank, quién tomó su erección en su mano derecha y comenzó a bombear, dejando que su puño rozara con la boca de Gerard en el movimiento.

Gee mantenía la boca abierta esperando el momento en que Frank se viniera, cerró los ojos, ansioso, mientras el de manos tatuadas lo tomó del cabello.

Ni siquiera le dio tiempo de respirar cuando sintió que Frank se corría en su boca, tomó todo lo que pudo y con ayuda de sus labios deslizó la cabeza hacia atrás y adelante un par de veces para que Frank terminara de eyacular, dejó pequeñas lamidas en la punta de su pene y se puso de pie con ayuda de su compañero.

—Eres el mejor, lo sabes —Frank le dio un corto beso en los labios, el rostro de Gerard estaba rosado y sudoroso, haciéndolo lucir apetecible.

—Lo se bebé, pero sigamos en casa, te aseguro que Mikey está afuera esperando para empezar su drama —comenzó a buscar su ropa mientras Frank hacia lo mismo—. Y dice que la Drama Queen soy yo, ¡puf!

Después de un par de minutos ambos estaban completamente vestidos, en apariencia nada había ocurrido, pero el aroma que desprendía de los dos y esas caras de felicidad extrema no engañaban ni a un ciego, además no era como si quisieran ocultar algo.

—Gee quiero hablarte de algo antes que salgamos —Frank volvió a tomar asiento en la silla y le pidió a Gerard que se acomodara en sus piernas—. Tengo el nombre para nuestra bebé y quería saber si te parece bien —puso cara de cachorrito regañado y usó su tono infantil, sin duda eso le daría puntos extras con su pareja, además comenzó a realizar trazos circulares en el lugar donde descansaba su bebé.

—Claro que me parece bien Frankie, todo lo que tu decidas está bien —le dio un besito en la mejilla y abrazo su cuello—. Dime ¿qué pensaste?

—Quiero que la llamemos Lily.

—Oíste mi amor, papi Frankie dice que te llamas Lily, ¿te gusta? —le habló a su vientre mientras ambos daban pequeñas caricias.

—Entonces ¿te gusta?

—Si cielo, yo también pensé en un nombre, Mariam, pero como que Lily Mariam no combina, o Mariam Lily —se quedó un momento pensativo.

—La verdad no mucho —Frank sonrió divertido.

—Definitivamente no —mordió su labio inferior y pasó un mechón de su cabello negro detrás de su oreja—. ¡Lo tengo! —saltó emocionado sobre Frank—. Lily Marie Iero Way.

—Es perfecto amor.

—Bueno está decidido si es niña y si es niño, bueno Mikey y Ray están demasiado encariñados con el nombre.

James Manuel no suena tan mal —rió Frank.

Hacía poco Ray y Mikes casi llegan a los golpes por falta de consenso para elegir el nombre de su futuro sobrinito, ambos querían ser el tío número uno, luego de horas decidieron ponerle el segundo nombre de cada uno, Mikey al reclamar sus derechos de tío oficial exigió que llevara su nombre primero.

—Pero será una hermosa niña, lo presiento.

—Yo igual, una hermosa niña igualita a ti.

—No Frankie, se parecerá a ti, tendrá tus bonitos ojos.

—Será muy parecida a ambos entonces, te amo Gerard —estaban a punto de besarse cuando un grito los interrumpió.

—¡Oigan! Sigo aquí afuera esperando —Mikey tan inoportuno como siempre.

—Algún día tendré el valor de preguntarle a Donna que hizo mal con su hijo menor.

Frank rió escandaloso, amaba a su cuñado pero Mikey era especial.

—Lo que yo quiero saber es para que me quiere, vamos amor —Gerard tomó la mano de Frank y caminaron juntos fuera de la oficina de Way.

—Quiero que sepan que tienen que pagarme las terapias con el psicólogo —los atacó Mikey apenas abrieron la puerta.

—Mikey ¿te das cuenta de la importancia de tocar la puerta antes de entrar?

Gerard y Frank rieron, mientras Mikey asentía un tanto avergonzado.

~𝙻𝙸𝚁𝙸𝚄𝙼~ ➛FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora