~𝙻𝙸𝚁𝙸𝚄𝙼~ ➛Frerard

~03~

Era viernes por la noche, apenas se iba a cumplir una semana de que Frank y Gerard habían comenzado a vivir juntos, fue una experiencia tan apacible, convivían de manera armónica, tal como si hubiesen sido creados el uno para el otro.

Frank no podía ser menos meloso para con Gerard al punto de ir a su trabajo, aunque sea un par de minutos para dejarle besos, llevarle de sus chocolates favoritos e incluso en una ocasión lo sorprendió con un enorme ramo de gladiolas naranjas.

A eso de las siete cuando Gerard se disponía a recoger sus cosas para salir de su oficina en el Pomodoro & Basilico, alguien abrió la puerta de golpe, provocándole un susto que casi lo mata.

—Hombre que nuestros padres no te enseñaron a tocar la puerta antes de entrar —le reclamó mientras sentía su corazón latir a mil, Mikey en cambio se retorcía de la risa.

—Por ver esa cara nuevamente entraría así todo el tiempo.

—Eres de lo peor sabes.

—¿Yo? Qué yo sepa no soy un mal hermano, que sé reserva las buenas nuevas para él mismo y no cuenta nada.

—Estás loco Mikey, no hay buenas nuevas —trató de no sonar nervioso, no quería que Mikey sospechara nada, aunque a quien engañaba, moría de ganas por contarle.

—No me habías dicho que te habías mudado a casa de mi cuñadito —lo miró expectante con una ceja enarcada.

—Ah, era eso... —inmediatamente se dio cuenta de su gran error.

—Escúpelo, antes de que te lo saque por las malas —se paró de su asiento y se acercó peligrosamente a su hermano mayor.

—Te lo dije cuando llegaste, pero te lo repito eres de lo peor —lo empujó suave y tomó su bolso y las llaves—. Vamos a otro lugar.

Gerard condujo por las calles de California hablando de cualquier cosa para intentar que su hermano olvidara el tema de lo que estaba escondiéndole, pero la verdad era que estaba tan emocionado que no concebía ser egoísta y privar a Mikey de la dicha de compartir la noticia con él.

Llegaron a El Molino Coffee Shop, la cafetería favorita de Gerard puesto que tenían el mejor café del mundo y también tenían una parte dedicada para la literatura, habían libros viejismos que eran casi imposibles de conseguir, una reliquia para alguien como Gerard, apasionado a la lectura.

—Me trae lo mismo de siempre —le indicó al mesero que ya lo conocía—. Pide Mikey, iré a avisarle a Frankie que llegaré un poco mas tarde.

Su hermano asintió y él sé retiró a llamar a su pareja.

Minutos después regresó sonriente y tomó asiento frente a su acompañante.

—Me quieres dejar de ver así, me intimidas Mikey.

—Entonces habla, que te conozco bien y algo te traes —el mesero volvió con sus pedidos.— Gracias, primero quiero saber cómo fue la mudanza.

Gerard se esmeró en contar con lujo de detalles como fue que acomodó hasta la última prenda que tenía en el departamento de Frank, como se estaban llevando, casi todo excepto por aquellos que involucraban su vida sexual, no quería que su hermanito supiera eso, claro que no.

Cuando se sintió preparado para contarle, tragó nervioso y habló muy rápido.

—Dejedetomarmispastillas —bajó la mirada apenado.

—¿QUÉ TÚ QUÉ?

—Baja la voz Mikey pareces vieja de barrio.

—Espera... —hizo unas muecas raras—. Ósea qué ¿Estás embarazado?

—¿No pusiste atención verdad? —Gerard suspiró—. Dejé de tomar mis pastillas apenas un par de días antes de mudarme con Frank, es que realmente siento que quiero tener un bebé en esta etapa de mi vida y... —fue interrumpido.

—¡Oh Gee! Estoy tan feliz por ti hermano —ambos se abrazaron.

—Frankie aún no lo sabe, quiero que sea sorpresa cuando le diga que estamos esperando, así que ni se te ocurra decir una palabra frente a él.

—Lo prometo, pero ahhh estoy tan feliz.

—Espero quedar pronto, me siento muy emocionado.

La plática continuó y la mente de Mikey divago al punto de decir que iba a comprarle al bebe un traje de unicornio para cuando saliera del hospital; unas dos horas más tarde Gerard lo dejó en su casa y partió rumbo a la suya donde el amor de su vida lo esperaba ansioso, había alquilado una película de terror y había comprado unas boquitas para disfrutar la noche con su Gee.