Capitulo 8
Narra Peyton
Noche de luna llena...
En toda luna llena, un sangre de lobo pierde el control sobre su lobo interior. Se transforma quiera o no, y es muy difícil controlar nuestro lado salvaje.
En un año, pueden haber 12 lunas llenas.
Normalmente en una manada cuando hay luna llena, se esconden todos en un refugio, para así no lastimar o asustar a los humanos.
Yo, al no ser parte de una manada, tengo mi propio refugio en el sótano de mi casa. Lo construyó mi madre el día de mi primera transformación, fue una sorpresa y debo de admitir que fue un lindo gesto por su parte.
Nunca pase una noche de luna llena fuera de ese sótano, a pesar de que siempre soñé con poder pasar aún que sea una sola noche de luna llena libre. No lo sé, correr por el bosque, cazar, jugar con otros lobos, bañarme en una cascada, etc.
Pero eso no es posible, a pesar de que se controlar a mi loba demasiado bien, en la noche de luna llena es casi imposible controlarla.
El hambre de carne aumenta, y nos volvemos muy salvajes si no comemos hasta llenarnos.
Por eso mi refugio cuenta con una gran cantidad de carne.
Y por si se lo estaban preguntando... si, esta noche habrá luna llena.
Ahora mismo estoy caminando devuelta a casa, ya que fui a la carnicería a por mas carne, siento que necesitaré más carne esta noche.
Gracias al cielo esta luna llena cayó en domingo, me tengo que ahorrar el ir al instituto.
No hay nada peor que el que una luna llena caiga en día de instituto.
Recuerdo que mi primera transformación cayó un lunes, y además tenía examen.
Fue horrible...
Un sangre de lobo siempre que hay luna llena en el día se siente fuera de control y te sientes algo desesperado.
Y eso es ya que tu lobo interior esta ansioso por salir.
-¡Ya llegue ma! -grite cerrando la puerta detrás de mi.
Deje la bolsa con la carne sobre la mesa de la cocina junto con las llaves.
Mi madre esta noche no podrá estar conmigo como otras veces. Los domingos tiene turno en la noche en el hospital.
Note que mi madre no estaba en el comedor ni en la cocina. Así que decidí comenzar a seguir su olor.
Su aroma me guío hasta el sótano.
-¿Qué haces mamá? -pregunte mientras me recargada en el marco de la puerta.
-Ou, hija, no te había escuchado entrar. -dijo mientras seguía acomodando una caja en el suelo.
-¿Qué es eso? -dije apuntando la caja.
-Amm, bueno. Creí que tal vez, no lo sé... extrañarías a tu familia, ya que yo no estaré esta noche... Así que te traje algunas cosas que tienen nuestro olor. -respondió mientras se acercaba a mi.
Es cierto, un lobo sin manada puede sentirse muy sólo una noche se luna llena, y esta será la primera sin mi madre.
-Gracias mamá, espero que todo salga bien. -respondí mientras que le sonreía.
-Claro que sí mi niña -ella extendió sus brazos para que la abrace, cosa que así hice- ya sabes, si sucede algo, siempre puedes ir a la manada de tu padre ¿si?
-Si.
A pesar de que eso ya lo sé, nunca he recurrido a la manada en la que está mi padre. He pasado muchas lunas llenas sin él, no lo necesitaré esta luna llena.
-Bueno, yo ya necesito irme al trabajo. Volveré mañana en la mañana. -Dijo para luego depositar un beso en mi frente.
-Claro, ve tranquila mamá y ten cuidado. -ella me sonrió para luego salir del sótano.
Me acerqué a la caja que dejó mi madre.
Dentro había una camiseta de mi padre, tenía su olor muy reciente. Seguramente la estuvo usando hasta esta mañana.
También había una sudadera de mi hermano, la cual conozco a la perfección. Esa sudadera se la regale cuando él cumplió sus diecisiete años, yo en ese entonces tenia catorce años.
Y por último había una sábana, esa es la sábana que usa mi madre todas las noches para dormir.
Deje las cosas nuevamente en su caja y mire el reloj, el cual marcaba las siete en punto.
A las ocho y media es cuando todo lobo debe encerrarse, ya que comienza la transformación.
Aún me queda una hora y media.
Decidí subir de nuevo al primer piso de la casa y buscar algo con que entretenerme, pero no encontré nada.
¿Y si salgo un rato al bosque?
Aún falta una hora y media, no pasará nada.
Sólo será un paseo, nadie tiene por que enterarse.
Dicho y hecho, salí de mi casa hacia el bosque a hacer un paseo.
Llevaba tal vez treinta minutos caminando por el bosque cuando sentí ese olor.
-¿Es que acaso tu me sigues o que? -pregunte mientras seguía mi camino mirando al frente.
Escuche su risa ronca y luego sentí como aterrizaba a mi lado para comenzar a caminar al a par mío.
-No te creas tan importante, pulgosa. -respondió Austin con una sonrisa torcida.
-Ajam... ¿qué haces aquí? -pregunte mientras metía mis manos en los bolsillos de mi sudadera, la cual no era mia en realidad... era la de mi hermano.
-Pues disfruto ver como todos los lobos corren de aquí para allá para luego encerrarse como ratas. -respondió imitando mi acción.
-¡Hey! -lo empuje levemente con mi hombro a lo cual él río- No somos ratas, sólo nos aseguramos de mantener a salvo a todos. -dije encogiéndome de hombros.
Él chasqueo la lengua para luego mirarme.
-Excusas, temen de ustedes mismos. De no saber controlarse, es algo estúpido. Le temen a su propio lado salvaje.
-Pues claro, tu no lo entiendes. No entiendes el poder y la fuerza que tiene sobre un lobo la luna llena. -respondí mientras que ambos seguimos caminando a paso lento por el bosque.
Se creo un silencio entre nosotros, pero no era incómodo.
-Y... ¿cómo está Lory? -pregunte mientras que giraba sobre mis talones para poder ver su rostro y comencé a caminar en reversa.
-Pues, aprendiendo a controlarse con los humanos. -Dijo encogiéndose de hombros- luego de que aprenda eso, le enseñaremos todo sobre sus nuevas habilidades.
-Ya...-estaba a punto de decir algo mas cuando de repente mi pie no piso ninguna superficie y sentí como mi cuerpo caía.
Cerré mis ojos esperando el golpe pero nunca llego.
En cambio de eso sentí unos brazos fuertes sosteniéndome con fuerza de mi cintura.
-Para ser una loba eres bastante torpe. -dijo Austin.
Yo abrí mis ojos, él estaba muy cerca.
-Ou... -me aclaré la garganta- gracias...
Solté una pequeña risa nerviosa para luego separarme un poco de él.
En ese momento comencé a sentir todo mi cuerpo extraño.
-A-Austin... ¿Que hora es? -el saco su celular de el bolsillo trasero de sus Jean para luego mirar la hora.
-Son las... ocho y veinticinco. -respondió tranquilamente para luego guardar su celular nuevamente.
-Ay no... me... me tengo que ir al refugio, y rápido.
Estaba a punto de salir corriendo cuando Austin me detuvo.
-Sabes... espérame aquí un minuto. -Dijo para luego desaparecer a una gran velocidad.
-¡Austin! -grite, pero el ya no estaba.
¿Qué le pasa por la cabeza? No puedo esperarlo, en cinco minutos comenzará mi transformación.
Y ya comencé a sentir todo mi cuerpo extraño.
Comencé a caminar de un lado a otro mientras mordía nerviosamente la uña de mi dedo pulgar.
En ese momento Austin volvió a aparecer.
-¿Qué diablos te sucede? ¡No puedo esperarte, me tengo que ir Austin! -le reproche frustrada.
El saco algo de una mochila que tenía en su espalda.
-Se que me lo vas a agradecer, pulgosa.
De su mochila sacó bolsas con carne dentro.
-¿Q-que haces?
-No pasarás la noche de luna llena encerrada como una rata. -dijo para luego sentarse en el suelo tranquilamente.
-¿Estas demente? -pregunte.
Él sólo me quedo mirando atentamente.
Y se por que lo hacia.
Mi transformación ya había comenzado, sentí como mis ojos picaban. Eso quería decir que su color estaba cambiando.
Mire mis manos y mis venas comenzaron a marcarse de un color negro.
Mis uñas ahora eran garras.
Y mi piel ahora era peluda.
Mi loba salió tomando el control por primera vez en una noche de luna llena fuera del refugio.
-Pero miren que perrita pulgosa más olorosa. -dijo Austin con una sonrisa burlona en su rostro.
Yo sólo le di una mirada fría.
Austin soltó una risa ronca para luego ponerse de pie en su lugar.
Lo observé sin comprender.
Una ola de humo negro lo invadió cubriéndolo por completo. Y cuando desapareció. Él ya no tenía cuerpo humano.
Él... ¿era un lobo?
-¿Pero qué carajo? -pregunte por su cabeza.
Escuche como el reía.
-Los vampiros, mi querida pulgosa, nos podemos transformar en lo que queramos. -dijo para comenzar a caminar a mi alrededor lentamente.
Es cierto... los vampiros tienen la capacidad de transformarse en cualquier ser vivo, desde un murciélago hasta un oso.
Literalmente en lo que ellos deseen.
Siempre y cuando sepan manejarlo. No todos los vampiros saben hacerlo.
Yo me acerqué a él para olerlo.
Austin se acercó a mi y acaricio con su hocico mi cabeza cariñosamente.
Luego de eso ambos comenzamos a correr y jugar por el bosque libremente.
Y lo más importante, sin miedo.
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¿A Qué Mundo Decides Pertenecer? [Completa✔️]
FantasyMuchas veces nos negamos a aceptar quienes somos o a donde pertenecemos, no queremos ver nuestra realidad y nos escondemos. Esto le ocurre a Peyton. Una adolescente mitad loba, que intenta tener una vida común como una humana más, alejándose de las...