Volvere a ti (Completa)

Capitulo 8

Al llegar a casa tenía muchas emociones y sentimientos reencontrados primero y lo más importante Tilo, que podría hacer con esta situación? como le iba de  decir a Tilo que ya sabía que tenía cáncer? como le decía que disfrutáramos el poco tiempo que le quedaba? acaso podría decirle que esperemos a la muerte con nuestra mejor cara? Dios mío que debo hacer? estoy perdida en un laberinto y no hay ninguna solución no quiero perder a Tilo, no sabría cómo vivir sin el.

Mi corazón estaba acelerado después de tantos años, tener a Pit frente a mí no me lo creía, el me beso como tantas veces soñé, me abrazo y sentí más de lo que imaginé, se había convertido en un gran hombre habíamos elegido la misma carrera, el sentía lo mismo que yo, estaba muy confusa, amaba a Pit y nunca nadie pudo sustituirlo en mi corazón, estaba más que convencida, aunque este no era el momento. En la conversación con él me dijo que se había contactado con Sarah, eso me dolió profundamente, Sarah más que una amiga era como la hermana que nunca tuve ella me juro que ya no sentía nada por él, pero al parecer posiblemente también lo amaba al ocultarme que el me buscaba, hoy era una día dulce y amargo a la misma vez estaba llena de confusión.

Entre a la casa en silencio, encontré a Tilo en el sofá tomando café y leyendo un libro, me coloque a su nivel con mis rodillas sobre la alfombra, le quite el libro de la mano, y lo observe fugazmente, "por que no he de llorar"  de aveglino starling. la lectura después de la pintura era una de su grandes pasiones, lo mire a los ojos suspendida en el tiempo, hasta que sentí un cocotaso en la frente.

Me sobe la frente cabizbaja, mis lagrimas bajaban en cascada, es que aun así sin esperanza, sabiendo que iba a morir, cargando con esto solo, aun así el se mantenía sereno, era envidiable su actitud.

Se asusto a ver mis lagrimas, beso la zona donde antes me había pegado con su dedos, simulaba sanarla como cuando era niña con sus besos para que yo dejara de llorar.

—No, estoy llorando por tu cocotazo tonto, le dije arrastrando mis quejidos— con un nudo en la garganta y limpiándome las lagrimas.

—No se como duren tanto para venir aquí, lamento profundamente dejarte todo este tiempo solo —No te preocupes  Tami ya nada importa, estoy feliz por que estas aquí y eso es lo importante.

Me abrazo con la calidez que lo caracterizaba, en sus brazos me sentía como una princesa, Tilo busco por muchos años a mi familia y después de tantos año de busqueda fallidas yo misma le pedí que ya no lo buscara, independientemente de lo que me paso, yo era feliz con el y no necesitaba nada mas, ademas tenia tanto miedo de que me pudieran alejar de el que renuncie definitivamente a encontrarlos, prefería mil veces estar con Tilo el lo era todo para mi.

Cenamos, una rica pasta preparada por mi y salimos a dar una vuelta a la playa, Tilo le encantaba hablar de la zona, me decía lo mucho que había mejorado con los años y que prontamente levantaría un complejo vacacional cerca de la casa, era muy efusivo al hablar de sus metas, en la garganta se me formaba un nulo, el ya no tendría tiempo para eso.

Al llegar a casa subimos a nuestras habitaciones, nos cambiaríamos de ropa para sentarnos un rato en la terraza a tomar una tasa de café, el café resolvía todo según el, era la mejor medicinas para múltiples enfermedades, desde niña creí todo ciegamente, hasta que comencé a estudiar medicina y me di cuenta que no era cierto, pero algo en su teoría si era real, era la excusa perfecta para hablar, sin importar la edad.

Al caminar por el pasillo escuche a tilo quejarse, entre en pánico y abrí la puerta de su habitación sin pedir permiso, lo encontré en el borde de la cama con la mano izquierda sobre su rostro y la derecha sosteniendo ligeramente su pecho, su rostro estaba constreñido aduciendo un insoportable dolor, Tilo que pasa gritaba desesperada pero él no decía nada solo se recostó en mi hombre quejándose, yo estaba desesperada, llame a Istil horrorizada para que me enviaran una ambulancia, aun sentada en la cama sosteniéndolo lo mejor posible vi como frente a mis ojos su cuerpo se desplomaba al piso cayendo fulminante, mi corazón estaba petrificado, le cogí él pulsó, lo coloque aboca arriba y comencé a darle reanimación cardiopulmonar pero no había nada que hacer, lo acune en mis brazos y llore amargamente por largas hora.