- Si sigues así morirás virgen, Mochi.
Éso y el consolador rosa que acababa de regalarle su amigo TaeHyung fue la gota que rebalsó su inexistente paciencia.
No podía creer que realmente estuviera considerando aquella tarjeta que venía en el paquete...
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—¡No sé cómo encontrarlo Tae! Además, no sé...
— JiMin, ambos están metidos en esto. Debe de hacerse cargo de sus responsabilidades, además, ¡Mírate!, ¡Mírate cómo estás! Estás muy delicado en tu y tu lobo están muy delicados en su estado actual.
El pelirrosa estaba tan metido en la charla que no vio cuando tropezó con una persona, sintiendo el aroma que tanta falta le había hecho. Un cálido pecho y unos fuertes brazos le ayudaron de no caer al suelo. Subió la mirada para encontrarse con unos suaves cabellos rubios y una mirada... helada.
— YoonGi.
Esos mismos brazos que hacía pocos días le habían estrechado fuertemente, esas manos que habían recorrido todo su cuerpo completamente, ese toque que le hacía hervir...
Todo eso que había parecido tan mutuo, quedó en la nada.
YoonGi le aparto demasiado bruscamente, aturdiendo al omega, quien no supo como reaccionar a aquello.
Por un lado entendía que el alfa estuviera molesto con él, pero no esperaba tal rechazo.
Iba a replicarle hasta que noto que una mujer de cabellos negros, que a pesar de notarse grande de edad, era bastante linda.
Algo quemo en su corazón, de pronto sintió como comenzaba a faltarle el aire.
Demonios...
Ahora era cuando las palabras del doctor más le resonaban en su mente.
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— Señor Park, muchas gracias por haber aguardado.— JiMin solo asintió — Bien, ya tenemos los resultados de sus análisis, y déjeme decirle. Por un lado, efectivamente tiene anemia, nada que no se solucione con una dieta equilibrada y el reposo correspondiente, ahora hay otra cosa que me preocupa más.
