- Si sigues así morirás virgen, Mochi.
Éso y el consolador rosa que acababa de regalarle su amigo TaeHyung fue la gota que rebalsó su inexistente paciencia.
No podía creer que realmente estuviera considerando aquella tarjeta que venía en el paquete...
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24 años...
Recientemente había cumplido 24 años y no podría estar más feliz por eso sí no fuera por los insistentes comentarios de sus familiares y amigos.
“¿Cómo JiMin?, ¿Porque aún no te conseguiste un buen alfa en vez de jugar a los negocios? Niño que eso de trabajar no es para un Omega tan lindo como tú.”
Su adorable abuela y sus tías iban a sacarle canas verdes en cualquier momento.
¿Tan raro era qué un omega no quisiera formar tener un alfa, formar una familia y todas esas babosadas?
Ahh...no.
Quizás para cualquier omega ese sería un sueño hecho realidad, pero no para Park JiMin, un hombre de negocios, con una importante cadena de diseñadores exclusivos.
Había trabajado tanto para sacar adelante el negocio familiar luego del fallecimiento de su padre, que ni siquiera le importo luchar con todos los alfas retrogrados qué cuestionaban que un omega se convirtiera en el CEO de la empresa.
JiMin con mucho esfuerzo había logrado taparles la boca, pero aún así siempre estaban al pendiente de todo lo que hacía o dejaban de hacer, esperando la menor equivocación para revocarle el puesto.
— Esperen sentados malditos. — Susurró.
Y es que el no se había partido el alma desde hace 5 años como para que éstos se sintieran con el derecho de arrebatarle todo.
El pelirrosa se dirigía furioso a su oficina, debía de controlar balances, gestionar informes, revisar los diseños que entrarían en la próxima colección de verano como para tener que estar perdiendo el tiempo en esas absurdas reuniones que siempre rondaban en cuando JiMin formaría una familia y se dedicaría a su hogar.
— No en ésta vida, cerdos. — Murmuró para sí.
Al entrar en su despacho, se quitó el saco y fue a sentarse en su escritorio, encontrándose con un extraño paquete, estaba seguro que eso no estaba allí cuando llegó está mañana. Con algo de curiosidad abrió la caja, tenía una nota y una tarjeta.
"Querido Mochi:
¡Feliz cumpleaños atrasado! Lamento no haber podido estar ahí pero sabes cómo es esto del trabajo. Espero que mi regalo te guste, se cuanto odias la idea de emparejarte y demás así que espero que esto te sea útil para no morir tan vírgen. Sé creativo y diviértete.
