- Si sigues así morirás virgen, Mochi.
Éso y el consolador rosa que acababa de regalarle su amigo TaeHyung fue la gota que rebalsó su inexistente paciencia.
No podía creer que realmente estuviera considerando aquella tarjeta que venía en el paquete...
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JiMin se despertó exhausto, parecía que le dolían músculos que ni siquiera sabía que existían.
Y a la vez, por primera vez en su vida se sentía en paz.
Y a su lobo le sucedía lo mismo.
¿Quién habría dicho que el sexo lograba algo como aquello?
De todas formas, estaba contento de que todo se hubiera dado en base a su decisión, su plan, sus términos, y qué, claramente que Suga le había ayudado, pero seguía siendo por iniciativa propia.
— Yoongi. — Suspiró.
Luego de haberse quedado dormido tuvo la ligera sensación de sentir unos labios posándose sobre los suyos, pero seguro había sido su imaginación.
JiMin no sería tan crédulo como para creer que lo que había sucedido entre ellos fuera algo más que estrictamente laboral para el rubio, y negocios para sí.
Sin embargo eso no quitaba el vacío que sentía en su interior, y es que, así como nada lo había preparado para el calor y la pasión que sintió en los brazos de Yoongi, así como la fiereza con la que había terminado todo, nada le había preparado para aquello que venía después.
JiMin dio vueltas en su cama, la cual le parecía terriblemente grande ahora recordando como ambos habían yacido juntos la noche anterior.
¿Qué se sentiría compartir la cama con alguien?
Era una pregunta para la que no tenía respuesta, así como tampoco tenía una explicación para aquel nudo que tenía en su estómago.
¿Qué se sentiría el despertar con alguien a tu lado?
Ahogarse en su recién descubierta miseria no ayudaría de nada. No había mucho para hacer, y debía de continuar con su vida.
El joven se levantó de su cama, aun quedaban los restos de su propia ropa, sin prestarle atención se dirigió al espejo de cuerpo completo que tenía.
Físicamente se veía casi igual, casi porque tenía algunas marcas sobre su cuerpo, algunos leves moretones que lejos de estaban lejos de disgustarle.
Físicamente podía verse casi igual pero por dentro se sentía completamente diferente.
— Ya JiMin, lo hiciste bien. Ahora nadie podrá seguir cuestionándote.— se animó.
