En lo profundo del alma [RusArg] (En Reescripcion)

Rosas Azules 2/2

Y tranquilamente, se sentó a esperar...
El mayor se retorcía en el suelo, trataba con las pocas fuerzas que le quedaban de arrancar la flor o cubrír una de las tantas heridas que tenía sangrando, no podía con todo. El peliazul sólo miraba serio y se podría decir que algo entretenido, sosteniendo su cabeza con una mano de costado y en la otra la espada, soltaba risitas bajas cada poco tiempo y pinchaba al de monóculo para molestarlo.

-Jaja, acá me falta el mate y las facturas nomas -se acomodo en el asiento y con un trapo empezó a limpiar el filo de la cuchilla- che, al final sos más masoquista que yo, ¡te ofrecí matarte rápido y aun así no decís nada!

-Aggg... No, no te diré nada, aunque me cueste la vida... -se aferraba a la pared con una mano.

-Me digas o no, te vas a morir igual - hizo una mueca levantando las cejas- solo que con o más sufrimiento, a mi me da lo mismo cual elijas...

ya estaba cansado, no quería sentir más dolor, tenía todo perdido y no había chances que pudiera sobrevivir y tener a esas malditas islas de nuevo, aunque juró que jamás lo haría, acepto decirle donde estaban a cambio de paz.

-Agg... Ellas... Ellas están en el segundo piso, en sus habitaciones... -cayó al suelo, ya no aguanto el dolor- solo ma...

Un disparo en seco retumbó por la habitación, Argentina quedo parado enfrente del cadáver con el arma en la mano apuntando a la cabeza, antes de guardarla, decidió dar otro tiro para asegurarse y... Por gusto, la guardo en su bolsillo, se acomodo la ropa y con frustración dijo.

-¿Tan difícil era eso? -pateo la cabeza levemente, miró a un costado, la pluma de condor albino se encontraba tirada en el piso, la tomó y se la llevó en sus cabellos.

Camino por el pasillo viendo la masacre que había hecho, los guardias y sus tripas exparcidos por todas las paredes, las únicas que estaban vivas eran las mucamas, asustadas y arrinconadas en las esquinas para que el latino no les hiciera nada, de todas formas no perdería tiempo en ello.
Una idea cruzó por la cabeza del dictador... Esta casa era enorme, y la verdad le gustaba, se la quedaría y el territorio también.

-¡genial! -grito al aire- mi primera conquista y sin ayuda -aplaudió varias veces- ¡ex mucamas del cadáver! - llamó a las señoras- como todo esto es un chiquero y el otro pirata está muerto, quiero que limpien todo esto antes que yo vuelva, y alguien que me diga donde están las putas escaleras.

Una de las mujeres, más por asustada que otra cosa, le apunto. Camino hacia ellas con seriedad y rápido, 2 escalones por paso, de algo servían las piernas largar, pero algo lo detuvo en el medio de estas, un dolor punzante en su cabeza, justo en el lugar de las rosas, apretó los dientes con fuerza aguantando sus bufidos y refunfuños dolorosos mientras muy lentamente la segunda rosa brotaba de su cráneo y se abría paso entre su pelo azul, estirando sus pétalos, espinas y pistilos. Ladeo un poco su cuello con la cabeza gacha, calmo su respiración agitada y pesada, y siguió su camino, ahora más emocionado.

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Dentro de una habitación mucho más pequeña que las demás, dos niñas de bandera azul con una coleta igual a la bandera de Inglaterra, se encontraban acurrucadas cada una en sus camas, asustadas, tapándose con las sabanas gruesas. Habían escuchado los disparos, el apagón, los gritos de Inglaterra todo, no sabían que hacer.