Memoria invaluable

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El país se encontraba hablando por teléfono, daba más gritos que otra cosa y sonaba frustrado, como si estuviera quejándose o discutiendo con aquel que tenía en la otra línea. No se encontraba en el mejor lugar para hacerlo, después de todo un laboratorio no es un lugar donde se suelen hacer muchas charlas por teléfono.

Dicho Laboratorio se veía bastante moderno a decir verdad, a medida que se movía por el lugar sin desprender su mano del comunicador se podían apreciar las máquinas de avanzada tecnología, tal vez más que cualquiera que un humano normal haya visto, como microscopios, tubos de ensayo llenos de líquidos de colores o transparentes, químicos, papeles con apuntes y notas, más máquinas que sólo aquel científico sabían para qué servían y un que otra rata dentro de una jaula.

Finalmente aquel país de bandera unicolor caminó frustrado hacia un escritorio, lo más normal o no científico que parecía haber en ese lugar, se apoyó sobre la silla y continuó discutiendo activamente.

- 您必须帮助我! ¡Tienes que ayudarme en esto! No puedes dejarme solo, aparta, tu fuiste quien también se involucró desde un inicio y fue en parte tu idea la de crear el gas -dice eso último alargando la S cual serpiente o reptil y soñando con un tono despectivo casi tratando de inculcarle culpa a aquel desconocido-...什么? 但- ¿Qué? PERO-..... -no pudo terminar de hablar que cortaron en seco, dejándolo con la palabra en la boca-

Levantó la mirada el aire, sus ojos rojos con pupila fina de dragon reflejaban enojo y las estrellas en el costado superior de su bandera brillaban en amarillo y dorado, resaltando entre todo su rojo. Echó un gruñido al iré y de su nariz salió humo negro del fuego en su garganta, le quemaba a sí mismo cuando se enojaba.

China se calmó rápido, respiro hondo y pensó en sacarse el enojo de encima, no era la primera y ni sería la última vez que llamaba a ese país, imbécil, como lo describía él mismo, jamás se llevaron bien ni lo harían, se arrepentía cada día de su maldita vida de haberle ayudado a crear este estúpido proyecto de dictaduras, lo peor es que se les había salido de las manos y los hijos de dictadores elegidos no fueron los únicos en probar el efecto del gas.

- ... Ah~... -suspiró y levantó la cabeza, miró varias de sus notas otra vez, una y otra y otra, buscando el cálculo o la fórmula para lo que tanto necesitaba el mundo ahora mismo-... 我怎么找不到笔记?¿Cómo puede ser que no encuentre las notas? -se quejó, es verdad-

El asiático había perdido todo contacto con la ONU cuando le entregó el gas esa noche, le quitó la fórmula y los documentos, creía que no importan mucho en el futuro por lo que tampoco pensó en recuperarlos si era necesario o mínimamente haberles hecho una copia, critico error, nada más había logrado crear algo lo más parecido posible pero no causaba el mismo efecto en las ratas que en los dictadores ¡y perfectamente recordaba que si que lo hacía! Algo estaba fallando.

- 神... Dios... -suspiró cansado- ¿¡Qué está mal!?

- ¿Padre? -una joven voz masculina pero no tan grave y algo preocupada abriendo la puerta del lugar se escuchó- 您是否仍然无法说服他?¿todavía no lo has logrado convencer?

- ¿Jm? Oh, Pekín, ven hijo, pasa...-le indico con gentileza al menor quien entró y se puso a su lado- No, nada... Ese cretino sigue metido en su mundo de dinero y capitalismo -frunció el ceño- pero no importa, seguiré tratando de resolverlo por mi mismo, ya se salió mucho de control como para seguir esperándolo.

El adolescente torció su labio.

- Claro...como al americano no le afectan y no gana beneficio con las cosas no piensa ayudar -se quejó rodando los ojos hasta que terminaron en el suelo- ... 您担心日本吗? ... ¿Estás preocupado por Japón? Ella fue una de las afectadas primordiales... -cambió totalmente su voz, ahora se sentía curioso y alerta-

En lo profundo del alma [RusArg] (En Reescripcion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora