En lo profundo del alma [RusArg] (En Reescripcion)

Rosas azules 1/2

El reloj no mentía, aún faltaban 2 horas para el amanecer, el tiempo justo para su "obra maestra" finalmente terminaría lo que hace tanto comenzó.

No tardó en llegar al sitio, después de todo aquel auto era veloz. Las luces de aquella mancion resplandecían de un color amarillento, las decoraciones exteriores pomposas y caras, y como no podía faltar, muchísimos guardias en la puerta, era evidente que sabia que experimento estaba realizando la Onu, pero no como había sido el resultado... En fin, guardo su espada y un solo arma, no necesitaba nada más, tal vez se demoraría por los guardias. 

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El país de monóculo se encontraba escribiendo cartas, sellando cosas, sumergido en su mundo básicamente, con esa pluma de condor albino que había robado al ganar esa insignificante guerra. Su escritura fue interrumpida por un repentino apagaron, gritó a sus empleados enojado, tal vez algún descuido de las mucamas.

No recibió ni una respuesta.

Frunció el seño aún en la oscuridad junto con un resoplido, abrió su teléfono para algo de iluminación, eran las 6:20 am, faltaba para el amanecer, maldecia a sus adentros y todos sus empleados.

-¡pum!-

El sonido muy bajo de algo cayendo al suelo en seco fuera del lugar donde estaba llamó su atencion... Otro más, ahora más serca, esto no le estaba gustando nada.

-¿Hello? - preguntó Inglaterra a las sombras con un leve temblor en los labios- where the fuck are the guardsman? -preguntó en bajo tratando saliva-.

Prendió la linterna de su celular, apuntó en cada dirección posible, no había nadie, dio un suspiro de alivio, se sentía estúpido creyendo que alguien pudo entrar... ¿Pero y si había pasado?
"No", se repetía así mismo todo el tiempo, ONU le había jurado que no tocarían su territorio y menos a él, que los tenía controlados a esos asesinos, aunque no tener noticias de él o su hijo hace horas le preocupaba. Intento marcar un número.

(...) su numero solicitado, "ONU", no pudo ser atendido por nadie, intente mas tarde...

Demonios... Intento nuevamente, tal vez no lo escuche, teléfono sono y sono su música de llamada esperando por ser contestada, su frente le sudaba a mares, los ruidos de caídas y ahora lo que parecían platos rotos no paraban, se acercaban y alejaban, sentía que estaban jugando con él; Fue ahí, en el último segundo cuando alguien porfin contestó, una voz áspera, malisiosa y hasta risueña le habló...

-Haben sie dir nicht gesagt, du sollst niemals das telefon einer leiche anrufen? - ¿no te dijeron que nunca llames al teléfono de un cadáver?- rió la voz claramente alemana- deja de llamar a quien no te va a contentar y enfócate en el intruso azul que tienes en tu mansion -una risa sinica se escucho antes de colgar-.

Empezó a temblar, su respiración y pulso aumentó como nunca, sentía miedo, miedo por su vida, su mano perdió fuerza y soltó tu teléfono, chocando contra el suelo y rompiente parte de la pantalla. Le costó entender y asimilar que aquel experimento se había salido de control y jamás pudo ser avisado para interferir, pero... ¿Intruso azul?
Busco desesperado la carta que ONU le había escrito con los nombres de los países, tal vez podría hacer minimamente algo para evitar una catástrofe mundial, ya había podido con esto antes. Sus movimientos erráticos eran torpes, todo cayó al suelo, estaba por agacharse a recogerlas cuando el rechinante sonido de la puerta llamó su atención. Con su teléfono apuntó al ruido, pero estando a un costado la puerta más lo tenue que era ese brillo, apenas distinguió la mano de uno de sus guardias y su rostro, soltó un suspiro de alivio, parece que se habían encargado del problema.