En lo profundo del alma [RusArg] (En Reescripcion)

Aliados rápidos

El país con parche de estrella entró a su casa luego de hacer unas cosas fuera.
Nadie contestó a su grito de saludo, que raro, pensaba que Santiago y Valparaíso estaban despiertos... Talvez solo se durmieron de nuevo.
Dejó las compras en la mesa y se dispuso a cocinar, era casi la hora del almuerzo y no había nada preparado, pero unos ruidos como corridas en el segundo piso llamaron su atención.

- ¿Eh? ¿Santiago? -nadie contestó solo los ruidos- ¿Val?... - fue rumbo a la escalera y las subió hasta el segundo piso- espero que no hallai roto nada, weones, que después el que limpia soy...

Miro ese largo pasillo que conducía a las habitaciones de sus escuincles, cosas rotas, adornos tirados y vio como la ventana del cuarto de Antofagasta estaba rota desde afuera. Alguien había entrado a la fuerza. Se alteró, al no ver a ninguna de sus provincias pero giro rápido al escuchar quejidos y ruidos desde la sala común de ese piso, parecía un grito del mayor de todos. Corrió hacia allí con un trozo de vidrio partido en la mano, quien sea que entró se podía dar por muerto.

-¡¡Santiago!!.... - quedó en shock-

Era Catamarca... El hijo que tenía con Argentina, tenía extrañas rosas con sus espinas cubriendo su cabeza, sus ojos totalmente abiertos con la pupila contraída pero su expresión no era más que neutralidad, sin vida, ni siquiera parecía estar en sí.
Tenía la cabeza de Santiago entre sus manos mientras el azul y amarillo estaba arrodillado tratando de safarce, y en la otra mano un cuchillo. Ambos lo miraron con diferentes expresiones.

- ¡Papá! Atr-... Aghhh... -el catamarqueño le había rajado su garganta tan profunda que apenas cayó en el charco que formó su sangre, ya estaba muerto.

El chileno no hizo nada, no podía ni moverse, estaba shockeado y hasta traumatizado de lo que vio, los mares de lágrimas salieron de sus ojos pero de su garganta nada. Allí los vio, aunque no a todos, sus provincias muertas de distintas formas y a 2 más de los malditos engendros del argentino, con rosas en la cabeza.
Los mataría, tomó impulso para correr hacia ellos, pero unas manos lo tomaron detrás suyo, cubrieron su boca con un pañuelo y con su otro antebrazo su cuello.

-¡MMM! ¡Pmmm! ¡Soltame sapo culiao! - logró sacar el pañuelo unos segundos de su boca-.

-как ты говоришь -Cómo tu digas- -lo soltó.

Chile volteo rápido para descubrir quién era esa voz.

-Rusia... -se sentía mareado y con sueño- pero tu... Las provincias... - se tropezó y cayó al suelo casi totalmente dormido.

-Прощай чили -Adiós, Chile-.

Y todo se volvió negro...

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Despertó muy lentamente, con su vista borrosa y el oído aturdido. 

Logró incorporarse unos segundos después, estaba dentro de un salón a decir verdad, muy decorado. Intentó moverse pero estaba atado de pies a cabeza a una silla, no había nadie más en la habitación.

-¿Eh? ¿Donde estoy? - pregunto a la nada.

-En la mancion del inglés, total él ya no la va a usar -respondió una voz atrás suyo con ese acento inconfundible.