Plata y metal

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Ambas espadas chocaban sus filos furiosamente, arrojando algunas chispa al aire.
Una batalla se estaba librando en un terreno deforestado, con un gran árboleda por detrás de todos los soldados y granaderos que luchaban a balasos y espadas.

Un nuevo golpe de las espadas tras otro. Aquellos que antes eran amigos se enfrentaban nuevamente luego de tanto años.
Aquel de rosas en la cabeza quito su hoja de plata y retrocedió unos metros, ambos de miraron cara a cara.

-¿Otra vez queriendo pelear por Uruguay, Brasil?- dijo el argentino sonriendo-. Ya se que te re calienta mi hermano, pero pensé que ONU había dicho de no pelearnos entre nosotros. -En su cara tenía una cortadura pequeña sobre su mejilla. Con las cejas cruzadas le sonreía sarcásticamente al apuntar su sable directo a su rostro.

-Você vai ouvir um homem morto? -¿Vas a hacerle caso a un muerto?- dijo seriamente y con tono grave, detuvo la espada con el filo de la suya.

-¡Ja! no -rió-. Pero fue chistoso recordar esa pelotudez.

Argentina había recibido alertas sobre las tropas del brasileño acercándose al territorio de Uruguay, le pareció chistoso el que intentara recuperarlo luego de tantos años y más ahora que era obvio que estaba bajo el mando de Dictadura ¿lo estaba haciendo adrede?

El celeste alzó el arma para cortarlo, más el contrario fue más rápido al esquivar y dar una patada directo a su vientre con enojo y fuerza, derribandolo y dejándolo boca arriba.
Brasil, con ambas manos, toma su espada y la baja hasta la garganta del argentino, dispuesto a cortarla; el choque de ambos filos vuelve a sacar chispas, lo había frenado.

-¿Qué pasó, Brasil?- dijo con los dientes apretados, estaba usando todas sus fuerzas para tratar de evitar su muerte, el de bandera verte tenía más fuerza- creí que antes éramos amigos- ambos se miraron directo a los ojos-. Se ve que el que traiciona una vez, siempre lo hace.

-Gruñe y entre cierra sus ojos molesto- Te traicionaría una y mil veces si se repitiera esa estúpida guerra, parece ser a única coisa que te move, suor -parece que es lo único que te mueve, sudaca.

Alza la espada en el aire con fuerza unos segundos, pero antes que pudiera hacer su siguiente movimiento...

-¡QUÍTATE PERRA! -grito el mexicano-.

México había volado en picada hasta ellos dos y propiciado una patada directa sobre el pecho del brazilero que lo mandó unos cuantos metros lejos, levantando polvo y dejándolo boca abajo, casi desmayado.
Se apresuró a ayudar al celeste que había caído también, tendiéndole la mano y levantándolo del suelo. Argentina se limpió la tierra y juntó su espada.

-Se tardaron -dijo algo molesto y dándole un leve golpe en el hombro-.

-Oye cabrón, no es nuestra culpa que nos avisaras tan tarde que el macaco quería "conquistar a tu hermano"- se reía mientras decía eso-.

-Eu, el de los chistes malo acá soy yo- se apuntó a sí mismo-.

Escucharon la tierra moverse detrás suyo, fijaron sus ojos sobre el bandera verde, ambos con expresiones diferentes, México con su sonrisa afilada y Argentina serio, lo último que escuchó salir de su boca no le gustó nada.

Brasil se levantaba con dificultad, sus ojos entrecerrados, apretando los dientes y sobandandose el estómago, realmente le había dolido el golpe. Resopló y los miró fijamente.

-filhos da puta -hijos de puta- sonó adolorido-

-Sopa do macaco- sé burló México, riéndose-.

-Respondiendo a tu pregunta.... ja -sonrió ampliamente-. Claro que todo lo que hice fue por resentimiento. No soy como vos que le chupo la pija al alemán por plata, ¿o me equivoco?- levantó una ceja aún con al sonrisa-.

En lo profundo del alma [RusArg] (En Reescripcion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora