what is love? [skz au]

36

-Changbin, ven a mi casa. Mí mamá me mandó dulces -. El menor sonaba demasiado entusiasmado.

-Qué mierda Felix -masculló Changbin mientras se envolvía entre sus sábanas con su celular.

Escuchó un silencio que le puso los pelos de punta y miró el nombre agendado en su celular.
Se dio una facepalm mentalmente y suspiró.

-Lo siento, no quería hablarte así, pero es que también me llamas a estas horas.

-Changbin, mira la hora.

-Cinco de la madrugada -leyó en su celular y rodó los ojos. No podía creer que Felix realmente lo haya llamado para invitarlo a su casa tan temprano en la mañana.

-Cinco de la tarde imbécil. Bueno, ¿vas a venir o no?

Changbin se levantó a regañadientes y cortó la llamada luego de confirmarle. Felix seguía siendo una rayo de sol pero solía ser muy... hiperactivo. Era como un niño que quería jugar y quería explorar todo mientras Changbin era un anciano que no soportaba levantarse en las mañana y se la pasaba jugando videojuegos hasta la madrugada.

Se miró al espejo y tenía baba seca en la comisura de su labio, se la limpió con su mano e hizo cara de galán. No funcionaba. Fue al baño y luego de una larga ducha de 30 minutos cantando Antología de Shakira en repetición se volvió a mirar al espejo. Galán.

Se puso un polo negro, unos skinny jeans negros y su gorra negra porque le daba flojera acomodar su cabello y que luzca decente. Estaba teniendo un buen día o tarde, lo que sea, hasta que recordó que su adorado padre se encontraba en casa.

"Ugh"

-¿A dónde vas? -preguntó con su voz apagada de siempre.

-A casa de un amigo.

-¿Qué amigo? -. El hombre se dio la vuelta y lo miró directo a los ojos. Era como si quisiera discutir con su hijo cada que se le presentaba la oportunidad. Claro, después de todo, era lo único que le quedaba.

-No es Chan, tampoco es Minho -se limitó a responder rodándole los ojos a su padre quien no parecía de muy buenos ánimos, bueno, al igual que siempre.

-Entonces ¿Quién? -insistió y dejó lo que estaba haciendo para encarar por completo a su hijo.

-Un amigo y ya.

Changbin salió de la casa y el hombre se quedó en la puerta gritándole lo mismo de siempre, porque ya no tenía más estúpidas excusas ni más insultos, simplemente ya los había usado todos diciéndole que era la peor basura que podía existir en el mundo.

No le dolía, ya se había acostumbrado, no había forma de que le doliera ¿Verdad? Esas frías palabras de la persona en la que alguna vez confió.

Una ráfaga de viento hizo que se estremeciera y recordó que no saco alguna chaqueta (negra) por si le hacía frío. No pensaba regresar a su casa para verle la cara a su padre así que prefería dirigirse a la del menor y pedirle prestado algo para abrigarse o muy bien podía morir de hipotermia. Si, era buena idea.

-¡Bin! -escuchó su nombre y sonrió al ver un rostro familiar.

-¡Wooyoung! -le gritó de regreso y fue por un amistoso abrazo. Casi nunca se veían en el colegio y la última vez que hablaron fue durante la fiesta. ¿Quien dijo que los exs no pueden ser amigos? Charlaron por un rato y luego ambos siguieron su camino.

Changbin llegó a la puerta de la casa del australiano y tocó. No respondía.

"Este niño me dice que venga y luego no me abre la puerta. Harto de que me ilusionen"

Ya en ese punto de su corta vida, Changbin había aceptado orgullosamente estar enamorado de Felix pero no pensaba hacer mucho, se había rendido en intentar algo porque encontraba tan inalcanzable al menor que ya prefería no hacer nada. Era mejor solo ser su amigo, seguir disfrutando su compañía. No quería arruinar lo que le había costado construir, a pesar de que fue más mérito del menor que suyo.

Además era un enamoramiento cualquiera. Ya se le pasaría, eso esperaba. Se dedicaría a ignorar agresivamente esa pequeña parte de su vida hasta que se esfume. Si, así es.

Volvió a tocar la puerta y un Felix sonriente lo recibió.

-Pasa, pasa.

-¿Por qué te demoraste tanto?

-Hm por nada -. Changbin ingresó y Felix le dio un último vistazo a la calle antes de cerrar la puerta tras de él.

Sí, era una mala idea. Confesarse a Changbin. Inicialmente iba a esperar a que el mayor lo hiciera pero terminó cayendo en cuenta que quizás nunca lo haría y aquello no le traía más que inseguridad al pecoso.

-Aquí están -sacó varias bolsas y empaques de todo tipo de dulces. Habían chocolates y galletitas hasta cajas de jugo. Felix lucía muy contento de compartirlos con el mayor sin embargo éste no parecía tener el mismo entusiasmo.

No parecía ser el momento adecuado para Changbin. Entristecía a Felix cuando la mayoría de las veces Changbin llegaba a su casa decaído y distraido. Casi siempre llegaba así, no solía verlo alegre como en la escuela junto con los demás y comenzaba a pensar que quizás era por su culpa.

-¿Bin?

El menor lo miró tratando de descifrar la expresión que estaba haciendo en esos momentos. Changbin solo pensaba en una forma de irse de su casa pero aún si contaba con el dinero suficiente para alquilar alguna habitación por unos meses no podría hacerlo, aún le faltaban sus estudios y aquello quizás era otro problema. Había estado pensando en esperar a terminar la escuela y buscar algún trabajo pero hasta eso le parecía agotador mentalmente y él solo quería olvidarse de todo por un momento.

Ni siquiera sabía porque se afligía tanto por eso. El único problema era que no podía vivir en la misma casa que su padre y el remordimiento que tenía hacia él. Cualquiera diría que exageraba pero si le preguntaban él respondería en voz baja que si iba caminando por la calle y alguien se chocaba con él lo más probable era que se disculpara con una sonrisa fingida para después romper en un llanto silencioso.

El peso que le oprimía en el pecho se hacía más molesto, a veces no lo dejaba respirar y reaccionaba mal ante varias cosas. Cosas tan pequeñas le afectaban, solo quería disculparse hasta llorar y que las lágrimas le hagan falta, porque esa podría ser la única forma en la que se sentiría más aliviado.

Abrió los ojos y estaba ese pecoso que le robaba el aliento una y otra vez extendiéndole la mano.

-Ven, bailemos -. Felix era malísimo para consolar personas, aquello se le era imposible ya que nunca había tenido la necesidad de hacerlo. Cuando él se sentía mal o triste recurría a lo que más disfrutaba, bailar, y esperaba con ansias que al menos le suba un poco el ánimo a Changbin.

-Lix... yo no sé bailar -se quejó el mayor mientras era levantado por el menor. Se quedaron frente a frente (bueno masomenos porque Changbin es unos centímetros más bajo) y Felix le dedicó una sonrisa brillante.

Desde su celular puso alguna canción al azar y empezó a mover la cabeza, balanceaba su cuerpo despacio de un lado a otro. Caminaba sobre pequeñas nubes y sentía que volaba viendo todo desde arriba. Changbin quiso reprimir una risa y terminó imitando al menor. Era como si se olvidara del mundo por unos segundos y solo estén ambos juntos, bailando en el medio de la nada sin preocuparse por tonterías. Solo ellos dos, por una vez en sus vidas.

Estaban tomados de las manos mientras bailaban. Felix tenía los ojos cerrados y una sonrisa risueña, Changbin no podía evitar pensar en lo agradecido que estaba de haber conocido a tal ángel.

Lo acercó hacia él con sus manos entrelazadas y lo rodeó por la cintura apoyando su mentón sobre el hombro del menor.

Have you ever been in love
Been in love so bad
You'd do anything to make them understand Have you ever had someone steal your heart away

No añadió más y le robó un beso.

🤡🤡🤡
gracias por leer