Pars XI

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Pasó un mes desde entonces.

Y sus vómitos, habían cesado.

Jungkook se encontraba acostado de espaldas en el gran sofá de la sala, sujetando el teléfono celular de Jimin y moviendo su dedo pulgar sobre la pantalla de arriba abajo, mirando las fotografías que aparecían al inicio de Instagram de personas que él no conocía. El rubio le había dejado su teléfono para que llamara desde
allí a su oficina por si ocurría algún problema. Suspiró y bajó la barra de tareas para ver la hora. Las cuatro de la tarde, todavía faltaba una hora para que el aurum llegara del trabajo.

Y el argentum ya no sabía que hacer con el aburrimiento. Había visto capítulos de una serie por Netflix en el televisor, jugó un juego extraño en el portátil ajeno e incluso se puso a leer un libro que encontró. Pero nada de esas cosas pudo satisfacerlo, todo era solitario y callado cuando el rubio se iba, que echaba de menos discutir un poco con él. Lo único que agradecía era que se levantaba alrededor de las doce del mediodía y no tenía que sufrir de fastidio navegando en su propia mente hecha pedazos durante toda la mañana. Pero su rutina había cambiado tanto desde que le prometió a Myeong que intentaría estar bien, que acostumbrarse a aquellos cambios era un poco tedioso.

Quizás la relación de él mismo con el otro alfa, también había cambiado un poco. Al menos, ya no se odiaban y tampoco se gritaban. Apenas tenían una discusión que no era nada del otro mundo como para alarmarse, que después terminaban riéndose de las tonterías que ambos decían y se acostaban en el suelo a jugar algún juego de mesa que Jimin solía guardar. Jungkook se dijo a sí mismo, que ya no repudiaba al padre del cachorro que llevaba en su vientre. Inclusive, comenzó a gustarle pasar tiempo junto a él.

Y a Jungkook le había bastado un mes entero para darse cuenta que verdaderamente estaba preñado y que una criatura crecía más y más dentro de su vientre. Aceptó entonces, que no había nada para remediarlo y con la cabeza en alto, se dijo que era estúpido seguir enloqueciendo por algo que no podía trocarse. Renegar y enfurecerse con todo lo que lo rodeaba, era una estupidez tanto para él como para el pequeño gusano.

Sin embargo, la realidad seguía golpeándolo duro en la espalda y haciéndolo estremecer. Pero Jungkook ya no quería pensar en eso, decía que cuando las cosas llegaran, pondría en marcha su decisión y comenzaría su vida desde donde la había dejado. Porque él tenía una misión que cumplir, le había prometido a su hermana que regresaría y recuperaría a su manada entera, junto a todo lo que Choi le había robado.

Así que sin más y aburrido, salió de la aplicación de Instagram y entró en otra que era desconocida para él. Le llamó la atención cuando se encontró con montones de chats y entonces recordó a Kakao Talk e hizo una mueca, leyendo los nombres de los contactos que aparecían por la pantalla. Por alguna razón, tuvo curiosidad y se sentó en el sofá con un gemido cansado; le dolía la cintura a horrores cada vez que se sentaba. Pensó que quizás Jimin era uno de esos hombres que coqueteaban con miles de mujeres a través de chats y buscó algún nombre de alguna mujer en particular, pero no encontró nada. Sólo tenía conversaciones con el humano odioso de Taehyung y personas de su trabajo. Tampoco mantenía un chat con su ex novia y le parecía raro que no estuviera ni el contacto de aquella. ¿La había borrado? Jungkook frunció sus cejas, eso era muy tóxico. Salió de Kakao Talk y bloqueó el celular, dejándolo en la mesa de living.

No, Jimin no era esa clase de hombre. ¿Y si lo era? ¿Qué tenía que ver con él? Su compañero podía ligarse con un millón de muchachas humanas si quería, a él no tendría porqué importarle. Incluso le favorecía, porque quizás Jimin terminara enamorándose de alguna mujer y juntos podrían criar al cachorro.

Jungkook se ahogó.

Aquella idea no le gustó para nada y frunció sus labios, bajando la cabeza y encontrándose con el bulto en su estómago.

Aurum • JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora