Pars XII

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Habían pasado algunas semanas desde que Jungkook recibió su primera caja de mangos por parte de su compañero y desde que se había confirmado el sexo del cachorro.

Sin embargo, durante todos esos días, los sentimientos y hormonas del pelinegro, parecían ser la mejor combinación en este universo. Había estado tan excitado, recordando una y otra vez aquel momento en el que él y Jimin se mostraron en cuerpos y almas sobre la nieve congelada e iniciaron una disputa de deseos carnales por sus lobos allí.

Jungkook sabía que la alteración de sus hormonas y el anhelo constante de querer que el rubio profanara su interior de nuevo, se debía al embarazo y comprendía que había desbloqueado una nueva etapa más de esta. Incluso podía notar las diferencias de su reciente excitación con el celo que tuvo hacía casi tres meses. El celo había sido parte de su animal, quien le hizo nublar la cabeza y entrar en locura. El de su preñez, se trataba de él mismo como individuo racional porque su pulgoso estaba encerrado y durmiendo en su interior, sin mostrar vida alguna; lo cual a él le entristecía porque estaba perdiendo contacto con su argentum y pronto se convertiría en un abandonado, también. Jungkook no quería eso.

Al menos, no había vuelto a vomitar desde la última vez, pero sus antojos seguían en pie. Mentiría si dijera que no tenía tres cajas grandes de mangos en la cocina y que el otro alfa había estado complaciendo sus caprichos constantemente. Pero hoy, sabía que el rubio no podría complacerlo en el sentido sexual. Y se sentía ridículo e iluso en pesar a menudo en sexo cuando no debía, pero no podía evitarlo.

Su pene estaba pulsando debajo de su pijama y golpeaba su barriga hinchada, como si fuera un ladrillo con vida. Decir que su agujero no estaba resbaloso, era como ignorar a su corazón latiendo cada vez más rápido cuando estaba al lado de Jimin, haciéndole sentir sensaciones que no podía comprender.

O que no quería entender, mejor dicho.

Y demonios, nunca había deseado que alguien lo tocara con tanta intensidad. Ni si quiera cuando había visto a las hermosas alfas de la manada vecina. Ahora quería girarse y subirse encima del alfa, agarrarlo del cuello y joderlo. No. Jungkook más bien, no quería joderlo. Anhelaba que Jimin lo jodiera a él, como aquella noche que lo hundió en la nieve y le hizo tocar las puertas del infierno. Deseaba que aquel tocara aquel punto en su interior que lo hacía mirar las estrellas y que acariciara su cuerpo entero, llenándolo de besos por todos sus rincones y... vaya, su corazón en este momento estaba latiendo tan rápido, sumergido en lavas porque todo su ser era un volcán y quemaba como si estuviera ardiendo, como si fuera un hierro hervido. Sentía que en cualquier segundo traspasaría la cama y caería al piso, con su miembro más erecto que nunca y su agujero demasiado lubricado a no más poder.

Gimió y apretó sus ojos cuando Jimin se movió, apretando la mano contra la piel de su cintura, haciendo que una descarga eléctrica recorriera a Jungkook de pies a cabeza y se quedara estallando en su pene. Se corrió en silencio sobre su pijama y las olas de placer lo elevaron por el aire, haciéndolo jadear y tirar su cabeza hacia a atrás.

Maldita sea.

Jungkook se sonrojó minutos después, cuando todo acabó y mordió su labio inferior al darse cuenta que se había venido con tan solo un toque ajeno sobre su cintura. Era estúpido y lucía tan necesitado, peor o igual que hacía unos meses atrás. Olfateó el ambiente y se ahogó con todas sus hormonas sexuales que hacían un concierto en la habitación cerrada, a su olor a menta y almizcle, al chocolate y al café. Incluso comenzó a excitarse de nuevo por su propia fragancia golpeando sus fosas nasales y volviéndolo loco de un sopetón.

Se sentó sin manchar las sábanas y respiró profundo, su corazón haciendo un ruido desenfrenado junto a su caja torácica y su rostro más rojo que nunca. Tragó en seco y se giró mirando a Jimin, con la sensación de que aquel se habría despertado tras olfatear la mezcla de esencia que había en el aire.

Aurum • JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora