Pars XXI

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El de plata escuchó el ruido del remolino chocando contra las hojas, miró aquellas moviéndose y luego el viento lo golpeó en la cara haciéndolo estremecer por completo. Aquel le trajo todo lo que estaba sucediendo en su montaña, desde los cientos de solitarios atacando a sus pulgosos hasta la sangre caliente derramada sobre sus tierras.

Jungkook no quería pensar en lo peor y realmente no anhelaba hacerlo, pero los aullidos desconsolados y los ladridos proviniendo desde Hwangnyeongsan le decían que la cosa era prudente y que no era conquista común y corriente. Los murciélagos en el cielo escaparon del infierno que sumergió desde lo más profundo y su animal interior lloró agitado.

Solo esperaba que su manada se mantuviera estable hasta que él llegara porque si les pasaba algo en su ausencia, jamás se lo perdonaría y entregaría su vida si era posible para salvarlos. Sin embargo, él era un alfa argentum y no vivía si no tenía una colonia a la qué cuidar. Sus pulgosos habían confiado demasiado en él, que decidieron apoyarlo incluso cuando no estaba todos los días con ellos. Y él no los había cuidado como correspondía.

"¡Por favor!" escuchó el último aullido melancólico de su hermana, se giró mirando al aurum quien yacía detrás de él sosteniendo a su cachorro y lo miraba preocupado.

"¡Lleva a Taehyung a la montaña!" le dijo eufórico mientras se giraba a punto de saltar por la ventana y marcharse de allí. Sin embargo, se vio interrumpido cuando el rubio lo sostuvo de la espalda e impidió que se fuera.

—¡Espera! — exclamó — ¡Yo iré contigo! ¡No permitiré que te hagan daño! ¡Te ayudaré!

En medio de la desesperación y el dolor que corría a través de su sangre con las imágenes de su manada siendo atacados por los solitarios reproduciéndose en la cabeza como una película, el argentum observó la agonía reflejándose en los ojos de Jimin y su pecho se hundió mucho más profundo aplastando su corazón por completo cuando Manwol comenzó a sollozar desesperadamente en los brazos de aquel.

"No" le gruñó. "Tú tienes que llevar a Taehyung y regresar con nuestro bebé sanos y salvos". Miró el labio inferior ajeno temblar y a las lágrimas en sus mejillas cayéndose en la cerámica. "Estaré bien."

Nuevamente el viento arrasó contra su cara trayéndole el caos que envolvía a su montaña haciendo balancear a las cortinas. El silencio catastrófico de la madrugada y el llanto de su pequeño cachorro junto a su corazón latiendo con rapidez en su interior lo hizo ahogar.

"Me dijiste que yo era el más fuerte de todos, ¿lo recuerdas?" preguntó. "Ellos son mi familia también y necesito protegerlos."

—¿Y si te sucede algo? Jungkook yo no podría-

"Si podrías" le interrumpió en un gruñido. "Y no me sucederá nada. Te pido por favor que no interfieras en esto" apuntó con su hocico. "Y nadie a parte de ti podrá cuidar bien de Manwol. Regresaré antes del amanecer y todo regresará a la normalidad. ¡No pierdas el tiempo y busca al humano!"

Dicho eso, les dio la última mirada a ambos y salió por la ventana de un sopetón.

Jungkook no podía darse el lujo de detenerse en el cordón de la calle sentándose allí y comenzar a llorar por todo lo que estaba ocurriendo mientras reflexionaba en todas las cosas que había echo mal durante su vida. Quizás había descuidado muchos asuntos, pero él siempre trabajó y dio todo de sí para proteger a los que quería con toda su alma. Su padre y ancestros estarían orgulloso de él mirándolo desde el cielo a la vez que corría sumergiéndose en las oscuras y desoladas carreteras del barrio. Inclusive durante estos últimos meses en los que había regresado, su vida en cuatro patas había ido bien y todo estuvo tranquilo.

Aurum • JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora