La mañana del domingo era espléndida. Los pájaros cantaban en las grandes copas de los árboles y las mariposas volaban alrededor de las hermosas flores de tulipanes en el jardín. El sol brillaba fuerte y podía escucharse uno que otro grillo cantando en la tierra. A pesar de que era verano, no hacía mucho calor o quizás Jungkook no lo estaba sintiendo porque el aire acondicionado estaba congelándolo dentro de la sala de estar. Sin embargo, podía apreciar la naturaleza a través de la ventana de cristal sin necesidad de salir afuera y morir de calor.La nueva casa que Jimin había rentado era muchísimo mejor que el departamento en el que estuvieron viviendo anteriormente. Una de las razones por la cual el argentum prefería mil veces este sitio, era porque estaba un poco alejado de la ciudad y el barrio tradicional era muy tranquilo. También, estaba cerca del bosque y podía ver a la montaña de Hwangnyeongsan en su máximo esplendor desde la ventana de la habitación que compartía con el aurum. No había ruidos molestos ni vehículos andando las veinticuatro horas del día, mucho menos humanos ruidosos; pero si vecinos chismosos.
Jungkook había perdido la cuenta de las veces que se sentó por la noche en el patio delantero y escuchó a los vecinos hablando que fulanito de tal hizo aquello con otro fulanito, que fulano esto y lo otro, bla, bla. No le molestaba, pero si era un poco agotador. Por lo menos, aquí tenía más espacio para hacer sus ejercicios y no aburrirse, él podía correr y se divertía peleando con los perros que pasaban por la vereda. Tal vez eso era lo más lindo de este lugar. Ese de gruñirle a los gatos callejeros y observar a los insectos de cerca, jugar con las hormigas y hacerles casitas de barros a los horneros en las ramas de los árboles del jardín.
Jungkook apagó la máquina de correr y se bajó de la cinta, jadeó con fuerza y llevó sus manos a la cintura. Hizo todo el esfuerzo para no pensar que un cachorro seguía creciendo entre medio de sus tripas e ignorar que ya estaba de cinco meses y que faltaba un mes para dar a la luz. Pero como siempre, los resultados eran nulos. Su barriga era enorme y estaba a punto de explotar, parecía un globo gigante de esos que se utilizaban para los cumpleaños y sus pies estaban muy hinchados. Los calambres aparecían con más frecuencia y se hacían insoportables. Cuando se sentaba, no había manera que pudiera pararse sin ayuda del otro alfa. Sin duda alguna, su vientre estaba gigante y parecía que tenía dos cachorros en vez de uno, estaba harto.
Desde que se enteró que estaba preñado, supo que su estómago estallaría cuando estuviera cerca del parto. Si estaba así de enorme, entonces no quería ni pensar cómo iba a lucir dentro de un mes. Y el gusano pesaba, pesaba un montón y por esa razón le dolía la espalda a mares.
Se limpió el rostro lleno de sudor y suspiró cayendo encima de la pelota de pilates, comenzó a hacer los ejercicios que memorizó cuando miró un video de Youtube hacía una semana atrás. Pero luego de hacer una rutina completa, se sentó en el suelo cansado y abrazó la pelota con un puchero en sus labios. Todo esto era inútil. Ahora se cansaba con más facilidad y realizar los ejercicios estaba costándole un montón.
Tomó aire y luego lo soltó, descansó un poco para después volver a intentarlo, pero la imagen del aurum en frente suyo lo distrajo y se quedó quieto observándolo. Jimin estaba en el patio cortando el césped con su torso desnudo y un corto short deportivo que mostraba sus piernas formadas, el flequillo atado a una coleta hacia atrás. A Jungkook se le hizo agua la boca cuando miró como las gotas de sudor caían por la espalda descubierta de su compañero y apretó sus labios cuando aquel se agachó a cortar las malezas, haciendo que su cintura luciera como si fuera una guitarra y su trasero se resaltara ante esa posición. Gimió y negó con la cabeza, no era momento para pensar en sexo en una situación así.
Porque el argentum se sentía avergonzado y demasiado hinchado como para desnudarse en frente de Jimin, rogándole que se hundiera en él. Lo más seguro era que el rubio se iba a espantar en cuando viera las estrías debajo de su vientre y notara sus piernas más gordas que antes. No sabía si estaría preparado para su rechazo, sería como volver a herirlo junto con su lobo que ya había perdido toda la dignidad. Así que hizo un puchero e intentó levantarse del suelo, pero un dolor horripilante lo sacudió en la espalda y cayó sentado de nuevo, bufando.
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Aurum • Jikook
FanfictionPark Jimin es un alfa abandonado que renunció a su naturaleza y decidió vivir en la gran ciudad junto a los humanos, comenzando una vida normal. Sin embargo, la ruptura de una relación lo deja devastado y queriendo huir de todos los recuerdos, empre...