Capitulo 19

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POV Edward.   

Adeline y yo nos quedamos parados en el pasillo escuchan a Elizabeth cantar del otro lado de la puerta. Jamás la había oído cantar, y para ser honesto, tenía una bellísima voz. Cantaba una canción que está seguro de haber escuchado en una parte. Pero no me puse mucho a pensar en eso mientras la escuchaba cantarle a Renesmee.   

— ¿No sabías que Elizabeth cantaba? -. Preguntó Adeline sosteniendo una bolsa con sangre en una mano y en la otra un biberón.  

— No. -. Le dije. -. Nunca la había escuchando cantar antes.  

— Mmm... Hay muchas cosas que no sabes de ella. -. Me dijo reprochándome. -. Será porque nunca te dignaste a preguntarle.  

— Te encanta mortificarme, ¿verdad? -. Le dije. 

— Sí... Definitivamente. -. Dijo mientras se reía. -. Ese es mi trabajo, como tú mejor amiga... Y madrina de tú hija.  

—Su... -. Dije mientras ella me cortaba.

— Sí querido. -. Dijo. -. Yo voy a ser la madrina de Renesmee. No quiero problemas con eso.  

Sonreí mientras meneaba la cabeza de un lado a otro. 

— No discutiré eso. -. Le dije. -. ¿Entramos?  

—¡Obvio! -. Dijo poniendo los ojos en blanco. -. Me van a salir raíces aquí paradas.  

Abrí la puerta y entramos. Elizabeth acurrucaba en sus brazos a Renesmee que estaba profundamente dormida. Levantó la vista y nos miró, mientras la cubría con una manta rosa que Esme le había regalado hace dos día, esperando que fuera una niña. Emmett por otra parte aposto con Jasper y este salió ganando. Yo la verdad no había pensado mucho en que quería que fuera. Lo importante era que estuviera bien.

— Te trajimos un biberón para dárselo a Renesmee. -. Le dijo Adeline. -. Pero veo que ya está dormidita. Hay que recordar darle sangre. No hay que olvidar que es mitad vampiro.  

— Gracias. -. Le dijo Elizabeth. -. Sí lo se. Estaba muy cansada.  

— Tú también tienes que descansar. -. Le dije.   — Edward tiene razón. -. Dijo Adeline concordando conmigo. -. ¿No quieres que me la lleve y la acueste en su cuna?  

— No. -. Dijo ella mientras la acobijaba en sus brazos. -. Quiero tenerla aquí conmigo. 

Algo dentro de mí se revolvió. Como una calidez, al oír lo mucho que amaba a mi hija. A nuestra hija. 

—Bueno, sí quieres puedo pasar la cuna a está habitación. -. Dijo.   

—Sí, gracias. -. Le respondió Elizabeth sonriendo. La maternidad la hacia verse más hermosa que nunca.

—Está bien. -. Dijo Adeline mientras movía las manos al lado de la cama y las agitaba. Una nube de humo apareció y la cuna apareció al instante.  

—Guao... Eso sí me gustaría hacerlo a mi cuando un libro nuevo salga a la venta. -. Le dijo Elizabeth. -. Me ahorraría el ir a la librería.  

— ¿Necesitas algún libro en común? -. Le pregunté. Interesado en cumplir cualquier cosa que quisiera.  

—Eh... Bueno. -. Dijo pensativa. -. Vi uno de Stephenie Meyer. Se llama la química.  

— Se cual es. -. Dijo Adeline. -. No lo eh leído... Aún. Pero no te lo compró. Estoy segura de que Edward estará encantado de hacerlo.   

—No tiene que... -. Estaba por decir Elizabeth. Pero la corte.   

—No es un problema para mí. -. Le dije mientras la miraba a ella y luego a Renesmee. -. Te mereces cualquier cosa.  

Ella me miró mientras se sonrojaba.  

— Bueno... ¿Hace calor o soy yo? -. Dijo Adeline mientras miraba a otro lado y se abanicaba con la mano.  

— ¿Te siente cómoda en está cama? -. Le pregunté mientras me sentaba a su lado.  

— Estoy bien. -. Me dijo. -. No tienes que preocuparte por mí.  

— Sí tengo. -. Le dije mientras le sonreía. -. Eso hacen los esposos responsables. 

Ella me miro frunciendo el ceño y luego miro a Adeline.   —Voy a buscarte algo para comer. -. Dijo Adeline mientras se dirigía a la puerta. -. Algo ligero.   Se fue dejándome sólo con Elizabeth. Notaba que se sentía un poco tensa así que decidí arreglar las cosas entre nosotros. No aguanta su silencio.
— Elizabeth... Necesitó pedirte perdón por como me estuve comportando contigo. -. Le dije. Tomándole la mano, haciéndola estremecerse.   — Edward ahh... -. Trato de decir.   

—No. -. Dije. -. No debí de haberte hablado así... Pero, estaba asustado.  

— ¿Asustado? -. Me preguntó.  

— Tenía miedo de que murieras por mi culpa. -. Dije apretando su mano suavemente. -. No medí lo que decía. Me aterre. Bella falleció y yo no pude hacer nada al respecto. Pero... -. Le dije colocando un mechón de cabello suelto y poniéndolo detrás de su oreja. -. No voy a dejar que nada, ni nadie les haga daño. Ustedes son ahora mi vida.

   Renesmee hizo un suave ruido y abrió sus ojitos mientras nos miraba confundida. 

— Hola princesita. -. Le dije dándole un beso en su frente. -. ¿Ya no tienes sueño?   

—Creo que no nos va a dejar dormir mucho. -. Dijo Elizabeth sonriendo.  

—Bueno eso no es problema. -. Le dije. -. Teniendo una familia que no duerme. No tendrás problema en dormir. 

— Ja,ja,ja. .  Se río. .  Eso  es muy  cierto.  ¿Tienes  hambre bebé?

— Toma.  Le dije  mientras  le pasaba él  biberón  con  sangre.  Debe de tener  sed.

Renesmee se  quejo  haciéndonos  saber que  su  respuesta era  un  rotundo  sí.  Elizabeth le dio  él  biberón,  mientras  los  dos  la mirábamos  embobados. Me acorde de algo  y abrí  el cajón  de  la mesa de noche y  saque  lo  que estaba  buscando.  Tome su  mano, tomándola  tota lmente  desprevenida,  mientras  le colocaba los  anillos.  Allí  era  donde pertenecían  estar.  En  su  mano.  Me miro  con  sorpresa.

— No  te  los  quites. .  Le pedí.  .  Son  tuyos.

Me miro  aun  sorprendida.

Elizabeth  no  me había perdonado  aún.  Pero  por lo  menos  no lo  veía imposible.  En  la guerra y  en el  amor todo  se vale.  Así  que  empezaría  a tratar  de  llegar a  su  corazón  y que llegara a sintiera  lo  mismo  que yo  por  ella.

Sol de Medianoche (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora