Fue Emmett el que respondió a mi pregunta retórica.
—Lucharemos —dijo con calma.
—No podemos ganar —gruñó Jasper.
Era capaz de imaginarme ahora el aspecto de su cara, y cómo su cuerpo
se curvaría protectoramente en torno a Alice.
—Bueno, tampoco podemos huir. No con Demetri alrededor. —Emmett
hizo un ruido de disgusto, y supe de forma instintiva que no le molestaba
la idea de enfrentarse al rastreador de los Vulturis, sino la de escapar—.
Y no sé por qué no podemos ganar —insistió—, hay unas cuantas
opciones que considerar. No tenemos por qué luchar solos.
Mi cabeza se alzó con brusquedad al oír aquello.
—¡No tenemos por qué sentenciar a los quileute a muerte, Emmett!
—Cálmate, Elizabeth. —Su expresión no era diferente a cuando
contemplaba la idea de luchar contra las anacondas. Incluso la amenaza
de la aniquilación no cambiaría la perspectiva de Emmett, su capacidad
para enfrentarse a un reto—. No me estaba refiriendo a la manada. Sin
embargo, sé realista, ¿crees que Sam o Jacob ignorarán una invasión de
este calibre, incluso aunque no tuviera que ver con Nessie y los trillizos
maravillas? Por no mencionar que, gracias a Irina, Aro sabe también
ahora lo de nuestra alianza con los lobos. Pero pensaba más bien en otros
amigos.
Carlisle se hizo eco de mis palabras y añadió con otro susurro.
—Otros amigos a los que no tenemos por qué sentenciar a muerte.—Vale, pues dejémosles a ellos que decidan —sugirió Emmett con tono
implacable—. No digo que tengan que luchar con nosotros. —Pude ver
cómo el plan se refinaba en su cerebro conforme hablaba—. Si tan sólo
se mantuvieran a nuestro lado, justo lo suficiente para hacer dudar a los
Vulturis... Elizabeth tiene razón después de todo. Tal vez bastara con que
fuéramos capaces de obligarles a hacer un alto y escucharnos, quizás eso
nos permitiera demostrar que no hay motivo alguno para combatir...
Había ahora un asomo de sonrisa en el rostro de Emmett. Me
sorprendía que nadie le hubiera golpeado a estas alturas. Yo quería
hacerlo.
—Sí —convino Esme con rapidez—. Eso tiene sentido, Emmett. Todo lo
que necesitamos es que los Vulturis se detengan un momento, lo
suficiente para escuchar.
—Lo que necesitamos es algo así como una exposición de testigos —
replicó Rosalie con dureza, la voz tan quebradiza como el cristal.
Esme asintió, de acuerdo con sus palabras, como si no hubiera percibido
el sarcasmo en el tono de voz de Rosalie.
—Eso sí es algo que podamos pedirles a nuestros amigos, sólo que
actúen como testigos.
—Nosotros lo haríamos por ellos —añadió Emmett.
—Deberíamos explicárselo de la manera correcta —murmuró Alice; la
miré y vi cómo se abría en sus ojos un oscuro vacío otra vez—.
Tendríamos que demostrárselo con mucho cuidado.
—¿Demostrárselo? —preguntó Jasper.Ambos, Alice y Edward, miraron a Renesmee y a los niños y los ojos de
Alice se vidriaron de nuevo.
—La familia de Tanya —dijo ella—. El aquelarre de Siobhan y el de
Amun.
Algunos de los nómadas... Garrett y Mary, seguro. Quizá también Alistair.
—¿Y qué te parece Peter y Charlotte? —preguntó Jasper, algo temeroso,
como si esperara que la respuesta fuera «no» y le pudiera ahorrar a su
viejo hermano la carnicería en ciernes.
—Quizás.-. Dijo Adeline.
—¿Y qué me decís de las del Amazonas? —Preguntó Carlisle—.
¿Kachiri, Zafrina y Senna?
Alice parecía estar totalmente sumergida en su visión como para
contestar al principio, pero al final se estremeció y sus ojos se movieron
para volver al presente. Se encontró durante una centésima de segundo
con la mirada de Carlisle y después
la bajó.
—No puedo ver más.
—¿Qué ha sido eso? —Preguntó Edward, su susurro convertido en una
exigencia—. ¿Vamos a ir a buscarlas a esa parte en la jungla?
—No puedo ver más —repitió Alice, sin encontrarse con sus ojos y un
relámpago de confusión recorrió el rostro de Edward—. Debemos
separarnos y apresurarnos antes de que la nieve caiga al suelo. Hay que
dar una vuelta por ahí, encontrar al mayor número posible de aliados y
traerlos para enseñarles —y declaró de nuevo—: Ah, pregunta a Eleazar.
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Sol de Medianoche (Finalizada)
Fiksi PenggemarPrólogo. Elizabeth es la hermana gemela de Bella. Tras recibir una llamada urgente de ella, viaja a un pueblecito al noroeste del Estado de Washington "Forks" cuyo cielo siempre permanece nublado. Allí conoce a Adeline una vieja amiga de Bella qu...