Capítulo 21

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— No estoy segura de esto. -. Le dije a Adeline mientras ella conducía a las afueras de Forks.

— Tienes que salir un rato de la casa. -. Me dijo. -. Estas siempre con la bebé.
Tranquila... Con Rosalie estará perfectamente. Además hay que comprarte ropa nueva para que luzcas, ese sexy cuerpo de mamá que tienes. Y dos vestidos.

— ¿Vestidos? -. Pregunté.

— Sí... Uno para la fiesta de Edward y otro para tú cumpleaños. -. Me dijo mientras me regalaba una sonrisa. -. ¿Que? ¿Acaso creías que no sabía que tú cumpleaños es en un mes?

— Sí. -. Dije sorprendida de que supiera eso. -. Pero no creo que lo quiera celebrar.

— Claro que hay que celebrar. -. Me dijo mientras miraba donde aparcar. -. Sé que la muerte de Bella nos dejó a todos tristes. Pero el nacimiento de Renesmee cambio todo. Y una cosa que le prometí a Bella era que íbamos a celebrar ese día a lo grande. Por ella y por ti.

— Mmm... No se. -. Dije aún dudando.

— Sin dudas. -. Me dijo mientras detenía el auto. -. Vamos a divertirnos un rato.

Port Angeles era una hermosa trampa para turistas, mucho más elegante y
encantadora que Forks, pero Adeline la conocía bien, por lo que no planeaba
desperdiciar el tiempo en el pintoresco paseo marítimo cerca de la bahía. Adeline me condujo directamente hasta una de las grandes tiendas de la ciudad, situada a unas pocas calles del área turística de la bahía.

La elección de los vestidos no fue larga. Adeline se mostraba indecisa con tres vestidos. Uno era un modelo sencillo, corto y sin tirantes; y él otro era un azul eléctrico que era muy hermoso. Era largo y ajustado, con la espalda descubierta y con unos tirantes finos entrelazados.

Yo obviamente comencé a protestar. Pero ella no me dejó. Lo escogió. Nos dirigimos por los zapatos y otros complementos.
Anduvimos de tienda en tienda, y aproveché para comprarle ropita a Renesmee y otras cositas que cuando más creciera las pudiera usar.

Pasamos por una tienda de ropa de caballero y me detuve.

— Debería comprarle a Edward un obsequió. -. Le dije mientras miraba el mostrador de ropa.

— Sí quieres entramos. -. Me dijo.

Entramos en la tienda y comencé a ver por la repisa y los maniquís de ropa. Nada me llamaba la atención. Vi una camisa azul oscura de vestir que me gusto mucho. La cogí y Adeline me dio una corbata que combinaba y nos dirigimos a pagar.

— Sólo esto por favor. -. Le dije al chico del mostrador. Él se volvió a mirarme y se quedó con la boca abierta. Me lo quedé mirando sin dar crédito.

— ¿Elizabeth? -. Me preguntó sorprendido. -. ¿Eres tú?

No podía con la sorpresa.

— ¿Ian? -. Le dije sorprendida.

— ¡¿Eres tú?! -. Dijo riéndose. -. No puedo creerlo.

— Hola. -. Le dije aún en shock. No esperaba volver a verlo. -. ¿Que haces aquí?

— Bueno me mudé hace dos años con un amigo de la universidad. -. Me dijo. -. No me hubiera imaginado en mi vida, volverte a ver.

— Yo tampoco. -. Le dije con una sonrisa. -. Adeline te presentó a Ian Thomas. Es un ex compañero del colegio.

— Mucho gusto. -. Dijo ella. -. ¿Tu eras él ex-novio de Bella, verdad?

La pregunta lo hizo abrir mucho los ojos y mirarme.

Sol de Medianoche (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora