Nunca había pensado en lo lejos que podía estar un lugar, jamás había pensado en lo que se tarda en recorrer dicha distancia, hasta ahora jamás había tenido la necesidad de ir a ningún sitio que necesitará dormir fuera de su casa, hasta ahora.
A él siempre le había gustado la vida hogareña, la vida tranquila en el campo, con su casa, sus pequeños terrenos, sus libros, su mujer y sus hijas, y no pensó que eso fuera a cambiar hasta que se casó su querida Lizzy.
No por el hecho de que se hubiera casado, no porque viviera en otra casa, sino por la cantidad de kilómetros que separaban Longbourn de Pemberley.
1609 kilómetros de distancia había entre él y su hija predilecta, 1609 kilómetros que se habían convertido en un suplicio para él.
Cuando accedió a la boda, sabía que ella sería feliz pues ambos se amaban y eso era lo único importante, pero no pensó en la añoranza que iba a sentir y en lo que le iba a costar visitarla.
Los primeros meses era ella quien hacía las visitas, una vez al mes la pareja se acerca a Merytown y los visitaba durante unos días, pero eso había cambiado con el anuncio del embarazo de Lizzy.
Tras la gran noticia, ellos habían viajado un par de veces, pero llegó el invierno y Darcy consideró poco oportuno realizar el trayecto por si enfermaba, consideración que él compartía, y tras acabar el frío y fundirse la nieve, el embarazo estaba tan avanzado que ninguno de ellos quería viajar por si llegaba el momento del alumbramiento estando lejos de casa.
Así que lo único que podía hacer era esperar ansioso la carta en la que le avisaran de que ya era abuelo para poder emprender el viaje hacia Pemberley, y no porque no pudiera ir cuando quisiera, sabía que siempre sería bien recibido, pero si él viajaba, la señora Bennet lo acompañaría, y no quería agobiar a su Lizzy en esos momentos tan delicados.
-¡Señor Bennet! ¡Señor Bennet! - Entró su mujer gritando eufórica al despacho.
-¿Que sucede querida?
-¡Por fin! ¡Nuestra Lizzy nos ha hecho abuelos! - Informó emocionada - ¡Ha sido un niño! ¡Estoy tan feliz!
-Es una gran noticia- Sonrió conteniendo las lágrimas.
-¡Hay que preparar el viaje a Pemberley y salir cuanto antes!
-¿Es que no lo tenías ya preparado?- Preguntó sorprendido.
-¡No del todo! ¡El niño no ha tenido en cuenta mis pobres nervios y se ha adelantado dos semanas! - Comentó acelerada- ¡Hay mucho que hacer! ¡Kitty! ¡Mary! - Salió a gritos, dejándolo solo de nuevo.
Y por fin había llegado el momento de emprender la marcha y ver a su hija y a su nieto, por fin iba a recorrer esos 1609 kilómetros que lo separaban de su adorada Elizabeth.
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Hola a todos, aquí os dejo una nueva viñeta, espero que os guste, a mi esta en particular me ha encantado.Siempre he pensado que el señor Bennet llevaría muy mal la distancia entre Lizzy y él y me alegro de haber podido plasmarlo.
Se aceptan sugerencias para otras letras, y recuerdo que esto no sigue un orden cronológico.
Gracias a los que leéis y votais, y sobretodo a los que comentáis, me gusta saber que pensáis.
Nos leemos pronto
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De la A a la Z y de la Z a la A
FanfictionSerie de viñetas de Orgullo y Prejuicio, sin un orden concreto en el tiempo, pero siguiendo el abecedario, y después a la inversa