T- Travieso

412 41 4
                                    


T- Travieso

¿Cómo era posible? ¿Cómo podía ser? No había explicación posible, y sin embargo así era, y ella empezaba a asustarse de verdad.

-Señora, intente serenarse, lo encontraremos- Le indicó la señora Reynolds, intentando apaciguar a su señora, que parecía apunto de desmayarse- No puede haber ido muy lejos.

-¿Cómo ha podido desaparecer?

-Los niños son muy astutos señora, su esposo puede contarle muchas anécdotas suyas de cuando era pequeño- La mujer quiso distraerla un poco, pero sabía que nada de lo que dijera la calmaría, para su patrona, los pequeños eran toda su vida. Al levantar la vista vio que alguien se acercaba corriendo- Ha llegado el señor- Le indicó.

Lizzy levantó la mirada en dirección a donde le señalaba la anciana mujer, allí lo vio aproximarse con el rostro cargado de preocupación, y tan solo pudo correr hasta él y empezar a llorar desconsolada.

-¿Qué ha ocurrido? ¿Dónde está Erick?

-No lo sé, Will, no lo sé- Dijo desesperada.

-Cuéntame que ha sucedido.

-Estábamos sentados bajo aquel árbol de allí, Erick quería ir a nadar al lago pero le dije que no podíamos porque había empezado a refrescar, y le dije que si se portaba bien, esta tarde le leería su historia favorita- Le narró, intentando serenarse- Él se enfadó y sentó en mitad del claro enfurruñado- Tomó aire, notando como le costaba hablar- Georgiana y yo nos pusimos a recoger las cosas para volver, y cuando me giré para llamarlo, había desaparecido- Miró a su marido a los ojos- ¿Y si le ha sucedido algo? ¿Y si le han hecho daño?

-Intentemos mantener la calma, ¿de acuerdo?- Le dijo, queriendo transmitirle calma, pues su mujer estaba apunto de tener una crisis nerviosa- Has dicho que quería ir a nadar, ¿habéis mirado allí?

-Si, varios hombres han peinado varias veces el lago, no hay rastro de él, ni de que se haya acercado.

-Bien, ¿y donde están Claire y William?

-Los he mandado con Georgiana a casa- Le indicó- Ambas hemos intentado mantener la calma ante ellos, y no quería que estuvieran aquí.

-De acuerdo, seguro que está escondido en algún rincón- Le dijo, queriendo mantener él la calma también- Entre todos lo encontraremos.

Durante el resto de la tarde continuaron buscando al pequeño, sin encontrar nada que les indicara su paradero. Desesperados porque alguien hubiera podido llevárselo, decidieron regresar a la casa para pedir ayuda a la gente de la zona, mientras el resto del servicio continuaba buscándolo por los terrenos de Pemberley.

Nada más llegar, Darcy condujo a su esposa a su habitación, queriendo que se serenara un poco, porque estaba histérica de pensar que había desaparecido su pequeño ante sus ojos. Rodeándola con sus brazos, la condujo al interior, y tras cerrar la puerta y mirar al interior, ambos se quedaron inmóviles.

Allí, tumbado en el centro de la cama de la habitación principal, con su libro favorito entre sus brazos, se encontraba el pequeño Erick, que se había quedado dormido esperando la llegada de su madre para leerle su cuento.

-No puede ser verdad- Dijo Darcy, debatiéndose entre la furia y la alegría- ¿Ha estado ahí todo el tiempo?

-Eso parece...- Respondió ella, colocándose la mano a la altura del pecho- ¡Dios mío!

Sin poder evitarlo, se dejó caer de rodillas al suelo, incapaz de controlar las lágrimas que caían por sus mejillas.

-¡Elizabeth!- La llamó su marido mientras se arrodillaba junto a ella y la abrazaba- ¿Estás bien?

-Ahora si- Se apoyó en su hombro- ¿Cómo puede hacernos sufrir tanto un acto tan inocente como este?

-¿Inocente? ¿Cómo que inocente?

-Erick no ha hecho esto con mala intención, ¿no lo ves?- Le indicó, levantándose y acercándose con Darcy tomado de la mano, a donde estaba su hijo- Yo le he dicho que si se portaba bien después le leería su cuento favorito, y lo que ha hecho ha sido venir y esperarme aquí- Se secó las lágrimas y acarició la mejilla del pequeño- Él no podía saber el revuelo que se armaría por no haberme avisado de que venía a casa.

-Supongo que tienes razón- Suspiró resignado- Pero cuando despierte voy a tener una seria charla con él, casi nos da un infarto por esta travesura.

-Tu hijo es travieso por naturaleza- Apoyó la cabeza en su hombro mientras ambos observaban al pequeño- Y por lo que me han dicho, se parece a alguien que yo me sé.

-Espero que no, porque si se parece a mí en cuanto a lo de ser travieso, esto va a ser lo más suave que vamos a ver.

Ambos se miraron y sonrieron, abrazándose el uno al otro mientras respiraban tranquilos por fin, tras todo un día con el alma en vilo, por culpa de un pequeño niño travieso.


Hola a todos,

He tardado en actualizar esta historia porque no se me ocurría nada con esta letra que me gustara, hasta que esta mañana me ha venido la inspiración y esto es lo que ha salido. Espero que os haya gustado.

Se aceptan sugerencias para otras letras.

Gracias por vuestra paciencia, y gracias en especial a los que comentáis, vuestra opinión siempre me resulta de mucha ayuda.

Nos leemos pronto

De la A a la Z y de la Z a la ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora