C- Catarro
-¡Aaaaachú!- Escuchó de nuevo desde su despacho.
Preocupado por la cantidad de estornudos y toses que llevaba escuchando desde hacía rato, se levantó y se dirigió sin esperar un momento a la habitación que compartía con su esposa, donde ella permanecía en cama desde la tarde anterior.
Como era común en ella, Elizabeth decía que él era un exagerado, que se estaba preocupando por nada, pero él no lo veía del mismo modo.
Exagerado hubiera sido incomunicarla y llamar al párroco para que le diera la extrema unción, eso si hubiera sido exagerado, pero mandarla a la cama porque estornudaba sin cesar, y apenas podía respirar por la congestión no era ser exagerado.
Había hecho llamar al doctor y estaba a la espera de su llegada, hasta entonces, y solo después de que él estuviera de acuerdo, ella no se levantaría del lecho.
Era cierto que solía ser muy sobreprotector con Lizzy, en especial en esos momentos tan delicados en los que albergaba a su primogénito en el vientre; pero no podía evitarlo, el temor a que algo pudiera sucederles a cualquiera de los dos era más fuerte que él.
Impaciente por verla, se apresuró en llegar a su alcoba, al abrir la puerta fue recibido por un gran estornudo, seguido del sonido de su esposa sonándose la nariz. Caminó hasta la cama, y al ver el terrible aspecto que ella presentaba, se asustó, empezando a pensar que ella quizá había contraído la gripe.
Su rostro mostraba unos ojos muy congestionados, la nariz totalmente roja, y el pelo todo revuelto a pesar de la trenza que llevaba.
-¿Cómo te sientes?
-¡Estoy harta de estar en cama! ¡No hay motivo!- Le replicó al instante.
-Mi vida, estás enferma.
-¡No lo estoy! ¡No es más que un resfriado!- Lizzy empezó a llorar- Ya no me quieres, es eso, ¿verdad?
-¿Por qué dices eso?
-Porque ahora estoy fea y gorda, ya no te gusto- Replicó en pleno llanto- Por eso me mantienes aquí encerrada.
Darcy se asustó al escucharla, incapaz de comprender que era lo que la había llevado a esas conclusiones. Entonces recordó los consejos que le había dado su buen amigo y cuñado Charles Bingley cuando le había comunicado la feliz noticia de que en Pemberley muy pronto habría un nuevo Darcy.
Bingley, que ya había pasado por ello con Jane, le aconsejó que se armara de paciencia y que se preparara para bruscos cambios de humor o de estados de ánimo. Comprendiendo que aquel llanto era fruto de esos cambios, tomó aire y, con todo el cariño del mundo, se sentó a su lado en la cama y la arrastró hasta su pecho. Una vez de esa manera, la abrazó y meció lentamente, al tiempo que colocaba una de sus manos sobre el abultado vientre de su esposa.
-Claro que te quiero, eres lo que más amo en el mundo- Le susurró con ternura- Y no estás fea y gorda, estás embarazada y estás más hermosa que nunca.
-¿Cómo puedes decir eso? ¡Estoy horrible!
-Aunque fuera cierto, que no lo es, para mí siempre serás lo más bonito que existe- Dijo besando sus cabellos- Y si te mantengo aquí es por tu bien, porque me preocupo por ti- Ella fue cesando el llanto ante sus palabras- ¿Me crees?
-Si, te creo- Le respondió levantando la mirada para encontrarse con los ojos de su amado, que la observaban con adoración- Gracias- De pronto ella sonrió, tomando la mano de él y colocándola en un punto concreto de su vientre- ¿Lo notas?
-¿El qué?- Preguntó nervioso cuando, de pronto, algo golpeó su mano a través del vientre de su esposa, haciendo que en su rostro se dibujara una inmensa sonrisa- ¿Ese es nuestro bebé?
-Si- Ella volvió a romper en llanto, pero esta vez de felicidad al ver esa reacción en su marido.
-Podría quedarme así todo el día, contigo en mis brazos y sintiendo a nuestro hijo en tu vientre.
Unos golpes en la puerta los interrumpieron, el ama de llaves se adentró en la estancia junto al doctor, que de inmediato hizo salir al señor Darcy. Cuando hubo terminado su examen médico, el galeno fue al encuentro del caballero en su despacho.
-Su esposa tan solo tiene un leve resfriado, nada alarmante.
-¿Está seguro?- Preguntó no muy convencido.
-Completamente- Le aseguró- Por lo demás está estupendamente, el embarazo avanza como es debido, y he podido comprobar que ya han comenzado los cambios de humor.
-¿Lo ha notado?
-¡Desde luego!- Se rió el hombre- De estar feliz por poder levantarse ha pasado a estar colérica porque he dado orden de que no salga al exterior durante un par de días, y de ahí al llanto por ser una molestia, y todo eso en cuestión de segundos.
-¡Dios me ampare! ¡Menos mal que solo tiene un catarro!
Ambos se miraron y empezaron a reír debido a aquella cómica ocurrencia.
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Bueno, pues aquí tenéis el siguiente capítulo de esta serie de viñetas. Siento el retraso, pero he vuelto a trabajar y tengo poco tiempo, espero esta tarde subir un capítulo de las otras dos que tengo a medias. Acepto sugerencias sobre posibles viñetas, si se os ocurre alguna para una letra del abecedario, da igual que letra sea, con cualquiera de los personajes, por favor, no dudéis en decirmelo, que nunca está de más tener ideas. Como no siguen ningún orden cronológico, todas son posibles. Gracias de antemano.
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De la A a la Z y de la Z a la A
FanficSerie de viñetas de Orgullo y Prejuicio, sin un orden concreto en el tiempo, pero siguiendo el abecedario, y después a la inversa