S- Suspiros
Ahí estaba de nuevo, ese sonido que lo estaba poniendo de los nervios desde hacía tiempo, los suspiros de su apesadumbrada esposa. Cada vez que la veía caminando por los pasillos, de manera inconsciente, soltaba esos pequeños sonidos, también cuando miraba por las ventanas al exterior, o cuando estaba leyendo en la biblioteca.... Casi a cada momento suspiraba.
Lo cierto era que no le extrañaba, ella estaba muy apegada a su familia y entendía que la separación se hiciera difícil a principio, pero esperaba que con el transcurso del tiempo esa sensación de vacío desapareciera. Sin embargo no solo no había disminuido, él tenía la sensación de que se había incrementado en los últimos meses.
No pudiendo soportarlo más, se acercó a ella y, tras escucharla suspirar de nuevo, se decidió por fin.
-¿Puedes decirme que te sucede, señora Bennet?- Preguntó con seriedad.
-¿Qué me va a suceder? ¡Que estoy sola desde que nuestras hijas volaron del nido!
-¡Hace casi dos años que se casó Mary, la última de nuestras hijas que faltaba por desposar!- Se quejó- ¿No es momento de que superes esta situación?- La mujer bajó la mirada- ¿Hay algo más que te preocupe?
-Es posible.
-¿Qué sucede?- Preguntó cansado- ¿A que se deben tus quebraderos de cabeza, y por ende, los míos?
-¡Se debe a que nuestras hijas no han tenido ninguna consideración con mis pobres nervios!- El hombre la miró con cara de circunstancias, sin comprender a que se refería- ¡Somos abuelos de 15 nietos! ¡15 nada menos!
-¿Tantos son? Ya he perdido la cuenta- Comentó divertido.
-Claro que si, están Lucy y Harold de nueve y cinco años de nuestra querida Jane, está Henry con 4 años y Harry de dos años por parte de Kitty, luego está las gemelas Amber y Hether de Mary, por parte de Lydia están Roxanne, Hilary, Mallory, Susan y Helen, de los que ya no recuerdo las edades, y por último están William de 10 años, Adrianne de ocho, Maxwell de tres, y la pequeña Evangeline que nació hace unos meses por parte de Lizzy.
-Es cierto, ya son 15- Comentó muy orgulloso de toda la familia que tenía- ¿Y qué ocurre con ellos?
-¿Cómo puedes preguntar eso? ¿No es obvio?- El hombre la miraba realmente entretenido- ¡Me hacen parecer vieja! ¡Yo que estoy en la flor de la vida!
-¿Y qué esperabas cuando solo tenías en mente el desposarlas? Lo normal en los matrimonios es tener descendencia.
-¡Pero no tanta!- Se quejó de nuevo- De Lydia lo entiendo, es la más joven y la que se casó primero, es normal que hayan tenido tantos niños- Dijo con orgullo- La lástima es que ninguno haya sido varón.
-Si, compadezco al señor Wickham si las niñas se parecen a su madre- Dijo muy tranquilo, pensando que la divina providencia estaba haciendo justicia con ese hombre.
-Mary, Kitty y Jane no se han excedido, pero ¿qué me dices de Lizzy? ¿Cómo se le ocurre tener cuatro hijos? ¿Con que derecho?
-Querida, dudo que Lizzy haya decidido el número de hijos que quería tener- Le comentó- Y te recuerdo que aun podría tener alguno más, cualquiera de nuestras hijas podría.
-¡Válgame el señor! ¿No tengo suficiente con las canas que han empezado a aparecer en mi cabello?
-Querida, somos abuelos desde el primer nieto que nos dio nuestra preciosa Lizzy, desde ese momento, ¿qué más da el número de niños que hayan venido detrás?- Preguntó realmente entretenido con aquella conversación.
-¿Cómo crees que me mirarían todos si vinieran a la vez de visita? ¿Rodeada de tantos niños?- Preguntó realmente preocupada- Con un par, tres a lo sumo, podría presumir sin que la gente cuestionara mi edad, pero con 15 eso es imposible- Sacó su abanico y comenzó a darse aire- ¡Mis pobres nervios no pueden soportar tanta presión social!
-Me temo querida, que poco puedes hacer- Comentó queriendo zanjar la conversación- Tenemos los nietos que tenemos, y si vienen más, tampoco podremos evitarlo, así que puedes hacer dos cosas, aceptarlo y disfrutar de ellos, o seguir suspirando y sufriendo por tus nervios, yo por mi parte estoy encantado de que hayan llegado cada uno de esos pequeños- Se dio la vuelta y caminó hacia su despacho.
Desde ese momento, cada vez que la escuchaba suspirar no podía evitar sonreír, porque esos suspiros para él significaban la felicidad de sus queridas hijas.
Nueva viñeta, espero que os guste.
Si me dejáis algún comentario con vuestra opinión os lo agradeceré muchísimo.
Nos leemos pronto.
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De la A a la Z y de la Z a la A
FanficSerie de viñetas de Orgullo y Prejuicio, sin un orden concreto en el tiempo, pero siguiendo el abecedario, y después a la inversa