De la A a la Z y de la Z a la A

J- Juicio

J- Juicio

El mayordomo salió del salón tras haberle dejado el periódico a su ama junto al juego de té, como hacía cada tarde. Lady Catherine, con urgencia, lo tomó y miró el titular de la portada, mostrando una gran disconformidad.

En letras bien grandes decía "El apellido Darcy ya tiene un heredero", y a continuación ponía un extenso artículo en el que contaba toda la historia de su sobrino Fitzwilliam Darcy con esa pueblerina llamada Elizabeth Bennet.

Aun no era capaz de comprender como había podido suceder algo parecido, después de todo, ella era una persona muy observadora, decidida y con todos los recursos a su alcance. Conocía a su sobrino, siempre había sabido que él haría lo que fuera para preservar el apellido Darcy y todo lo que ello conlleva, y por ello estaba convencida de que cuando sentara cabeza él seguiría sus designios, como todos los que tenía alrededor, y se casaría con su hija Anne.

Sin embargo, nada había salido como ella había planeado, nada desde que Elizabeth Bennet apareció en sus vidas. Ella era la causante de que su sobrino la hubiera contrariado, y también la causante de su desasosiego.

¿Cómo era posible que un hombre de buena posición y tan inteligente como era su sobrino se hubiera desposado con una mujer de campo, que además desafiaba a todos los que se atrevían a llevarle la contraria? ¿Como había preferido desposarse con una mujer emparentada con alguien tan ruin como George Wickham, al que despreciaban todos los Darcy?

Solo había una posible respuesta para eso, Fitzwilliam había perdido el juicio cuando conoció a esa condenada mujer.

Aunque ella esperaba que se hubiera desposado con su hija, hubiera aceptado que su elección recayera en alguna joven dama de alta cuna, que le diera prestigio al apellido Darcy y además pudiera asegurar una pureza de sangre en la descendencia. Pero jamás podría aceptar a alguien como esa mujer.

De nuevo volvió a leer el titular y no pudo evitarlo, arrugó el periódico y lo lanzó lejos de ella con rabia.

-¿Otra vez igual, madre?- Preguntó Anne con pesadez- Cada vez que sale algo del primo Fitzwilliam haces lo mismo, ¿por qué sigues enfadada con él?

-¿Cómo que por qué? ¡Por que te negó el lugar que te pertenece desde que naciste! ¡Por que esa mujer es una cualquiera y no es digna de llevar el apellido Darcy! ¡Y porque ambos se atrevieron a desafiarme sin miramientos!

-Madre, han pasado ya cinco años- Señaló Anne, cansada de la misma historia una y otra vez- Y por mucho que te pese, ese matrimonio es estable y feliz- Le indicó- Además, ya tienen dos hijas maravillosas, que si te molestaras en conocerlas verías lo bien educadas que están- Dijo en tono acusador- Y por lo que he podido deducir, el tercer vástago habrá sido niño, ¿verdad?- Un gruñido de su madre le dio la razón- No tienes nada que hacer, salvo amargarte como estás haciendo, o hacer como yo y conocer bien a Elizabeth, te aseguro que te gustaría.

-¡No digas tonterías!

-No digo tonterías, llevo un par de años carteándome con ella y disfruto mucho de nuestras conversaciones- Confesó, indignando a su madre.

-¡Maldita sea!- Se puso en pie y con mucho enfado se encaminó a la salida- ¡Definitivamente, todos habéis perdido el juicio!- Gritó al salir, dando un sonoro portazo.
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Buenas, aquí os traigo la siguiente viñeta, espero que os guste.

En breve subiré el de la historia larga, que no he podido por trabajo.
Gracias por comentar y por leer.
Nos leemos pronto