Z- Zalamero
Con sigilo, el pequeño se acercó a la puerta que permanecía entornada, sabía que no debía estar allí, su padre le había avisado varias veces de que no molestara, pero tenía que hacerlo.
Comprobó varias veces que no hubiera nadie cerca antes de abrir la puerta y asomar la cabeza. En el interior divisó a su madre, sentada en un cómodo sillón, arrullando a su pequeña hermana, nacida el día anterior de madrugada.
Lentamente, intentando no hacer ruido, se acercó hacia allí, pero de nada sirvió todo su sigilo, su madre levantó la mirada, descubriéndolo sin remedio. Sin embargo, en lugar de expulsarlo de la habitación, como estaba seguro que habría hecho su padre, la mujer le dedicó la más tierna de sus sonrisas, invitándolo a acercarse.
Cuando estuvo frente a ella, la mujer se puso un dedo en los labios, indicándole que guardara silencio, para después tenderle la mano y ayudarlo a subir a sus rodillas. Una vez allí, le mostró el pequeño bulto que sostenía en su otro brazo, y se quedó maravillado al verla.
-¿Qué te parece tu hermana Adrianne?- Preguntó Lizzy a su hijo Erick susurrando- ¿Verdad que es preciosa?
-Si que lo es- Respondió en el mismo tono- Mamá, ¿por qué hablamos así?
-Para no despertarla, le ha costado mucho dormirse- Le indicó.
-Vale.
Los dos permanecieron de esa manera, observando a la pequeña sin moverse ni decir nada. El pequeño Erick estaba disfrutando de la cercanía de su madre para él solo por primera vez en mucho tiempo.
-¿Vas a decirme que te ha traído hasta aquí?- Preguntó sin cambiar el volumen- Creía que papá no quería que subierais hasta esta tarde, cuando vengáis con él.
-Si... Bueno... Verás...- Bajó la mirada avergonzado de ser descubierto- Tenía que verte mami- Dijo con decisión- Has estado muchos días aquí, y ayer te escuché antes de partir a casa de la tía Jane- Le explicó- Tenías dolor, y quería saber que estabas bien.
-Oh, cariño mío- Le besó la frente, enternecida por la preocupación de su hijo- Estoy bien, no te apures- Apoyó la mejilla en la coronilla de su hijo y el pequeño sonrió- Mamá está muy bien.
Durante unos minutos permanecieron de aquella manera, disfrutando de la cercanía del otro, observando a la pequeña bebita que dormitaba en el regazo de su madre. Del exterior se escucharon pasos acercándose a la habitación, y el niño se puso nervioso.
-Mami, te quiero mucho- Le dijo acariciándole el brazo- Pero mucho mucho- Continuó diciendo mientras miraba de reojo la puerta- Eres la mami más buena, más hermosa, más cariñosa, más atenta, más...
-¿Qué ocurre Erick?
-Mami, ¿verdad que no vas a dejar que papá me castigue por venir a verte?- Le preguntó con voz empalagosa.
-Cariño, si papá os ha prohibido venir tiene sus motivos- Le respondió con ternura- Yo estoy muy feliz de que te hayas preocupado por mí, hasta el punto de desobedecer a papá, pero si tu padre te castiga no puedo hacer nada.
-Porfi mami- La mujer iba a negarse de nuevo, sabiendo que su esposo iba a estar muy disgustado cuando se enterara, pero el pequeño la abrazó con fuerza y restregó su nariz contra el pecho de ella, enterneciéndola- Te quiero tantísimo mami.
Instantes después se abrió la puerta, mostrando a un serio Darcy, que miraba al niño con cierto enfado. El pequeño, al ver como su padre caminaba hacia ellos sin apartar la mirada de él, empezó a ponerse nervioso.
-¿Qué haces aquí Erick?- Preguntó con mucha seriedad- Te he dicho varias veces que no podías subir a ver a tu madre hasta que yo os avisara.
-Lo sé, pero... Pero.. Pero...
-Pero ha sido culpa mía- Intervino Lizzy, saliendo en defensa de su hijo- Yo he pedido que me lo traigan, quería saber como estaba.
-Elizabeth- Suspiró su marido, sabiendo que eso no era cierto.
-No te enfades con él, por favor.
-Está bien- Tomó a su hijo del regazo de su esposa y lo miró fijamente- ¿Qué le has dicho a tu madre para que te defienda, zalamero?
-Solo la verdad, que la quiero mucho.
-Anda, ve con tus hermanos, luego hablaremos- Lo bajó y lo dejó ir, sin poder evitar mostrar una pequeña sonrisa- ¿De donde habrá sacado esa capacidad de persuasión?
-Tiene un buen ejemplo- Le comentó divertida- Tú también eres un experto en salirte con la tuya.
-Es posible, pero no en situaciones como la de hoy- La miró un poco preocupado- Elizabeth, necesitas descansar, el parto de Adrianne fue muy difícil.
-No empieces, por favor.
-Estuve apunto de perderos a las dos, y eso no puedo borrarlo de mi mente- Le recordó- Bastante es que te dejo permanecer en el sillón en lugar de postrada en la cama.
-Es cierto, perdóname.
-¿Verdad que vas a ser una chica buena y no harás nada que me preocupe?- Le preguntó en tono bastante ñoño- ¿Verdad que no te levantarás tu sola? ¿Verdad que no intentarás salir de la habitación? ¿Verdad que dejarás que la nodriza te ayude con la alimentación de la niña hasta que estés recuperada?
-Will, no....
-Por favor Lizzy- Le pidió arrodillándose ante ella, tomándole la mano con cariño- Tú sabes cuanto te quiero- Ella asintió- Sabes que solo busco lo mejor para ti- De nuevo asintió- Porque eres la mujer más buena, maravillosa, considerada, encantadora y perfecta que existe- Ella se ruborizó y él besó su mejilla primero y luego suavemente sus labios- ¿Verdad que vas a comportarte como te ha indicado el doctor para no preocuparme?
-Verdad- Dijo al fin, y él, satisfecho, volvió a besarla, para después ponerse en pie y caminar hacia la puerta- ¡No sé quien es peor, si Erick o tú!- Se quejó, haciendo que la pequeña renegara un poco, comenzando a mecerla para calmarla- ¡Con menudo par de zalameros he ido a parar!
Hola a todos,
Aquí tengo la última letra del alfabeto, y en principio, era la última de esta serie de viñetas, pero varias personas me han pedido que continúe, así que ahora haré el alfabeto al revés.
¿Queréis que lo suba en esta misma historia o hago nueva portada y empiezo de cero?
Espero que os haya gustado, y si no os importa, darme alguna idea para empezar por la Z, Y y X, os estaré muy agradecida.
Espero vuestros comentarios con muchas ganas.
Nos leemos pronto.
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De la A a la Z y de la Z a la A
FanfictionSerie de viñetas de Orgullo y Prejuicio, sin un orden concreto en el tiempo, pero siguiendo el abecedario, y después a la inversa