Prólogo 1.

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Para nuevos lectores, bienvenidos ♡ Reitero las advertencias del principio; Esta es una historia LGBT, se tocan temas sensibles y está dirigida a una audiencia mayor de edad, lean bajo su propia responsabilidad.

Para reinicidentes ahre, por favor nos limitemos a no hacer spoilers, porque si no me voy a ver obligada a borrar comentarios ♡ Y sobre todo bienvenidos de nuevo




Abril 18, 2016.

─ ¿Cómo llevas el trabajo?─ preguntó Clarice, echándose hacia atrás sobre la silla─. Debe ser agotador.

─Lo es, pero estoy aprendiendo mucho─ contestó Jeremy, inmerso en las páginas de un libro sobre el funcionamiento de motores─. ¿Piensas poner atención? No dejas de desviar el tema.

─No puedo, tengo hambre─ Ella se incorporó, caminando por el departamento de Jeremy como perro por su casa, se metió a la cocina, en busca de algo comestible─. ¿Leche de almendras?

Jeremy se asomó un poco, para contemplarla sujetar el cartón de leche entre sus manos, con las cejas arqueadas. Soltó un suspiro.

─Sí, leche de almendras, Clarice. Ven aquí.

─ ¿Eres vegano?

─No. A mi mejor amigo le fascina esa leche y siempre que viene se queja de que no tengo nada que él pueda comer, así que empecé a comprarla.

─Ya veo─ Volvió a la mesa, recostando la cabeza sobre la madera─. ¿Y no has sabido nada de Carter?

─Ya han pasado dos meses─ suspiró, llevándose una mano al rostro─. Y lo he estado haciendo bien sin él, puede que esté un poco más estresado, pero es normal. Al final creo que nunca le necesité realmente.

─Pero disfrutabas estar con él, creo que le querías en algún punto.

─Sí, eso creo─ ''Pero de lo que estoy seguro, es que amaba como me follaba'' pensó, provocándose una sonrisa boba a sí mismo─. Una pena que él no sintiera lo mismo.

─Creí que estarías más afectado... Cuando hiciste la primera prueba práctica no le quitabas los ojos de encima, y luego le comiste la boca como si fuera lo último que harías─ Soltó un suspiro, oyendo las palabras de Clarice─. Pero no dejas de sonreír aunque toda esta mierda debería resultarte abrumadoramente triste, ¿Qué es lo que te pone tan contento?

─Deberías estar agradecida de que no estoy depresivo, ¿No? Es difícil lidiar con un amigo con el corazón roto.

─Contesta mi pregunta, no te hagas pendejo.

─Hay cosas que... Me han hecho más feliz que tener a un hombre guapo y con dinero al lado.

─Dame un ejemplo, porque si yo tuviera eso me iría de casa y no volvería hasta navidad.

─Bueno...─ Se llevó la base del bolígrafo a la boca, mirando a la nada mientras pensaba en todo lo que había pasado en ese poquísimo periodo de tiempo─. Digamos que todo empezó con una advertencia.

─ ¿Una advertencia? ¿De qué hablas?

Así era, tarde o temprano tenía que saber que el consejo de un Baby Boy veterano iba a ser más útil de lo que imaginó. No se había hecho ilusiones, no había idealizado a su Daddy, había mantenido todo en un ámbito estrictamente profesional, y de paso, había encontrado un amigo.

Realmente no creía poder sacar las palabras de Carter de su cabeza, no sin un poco de ayuda al menos. Ciertamente había sido muy chocante escuchar que nadie le quería, que Daddy era todo lo que tenía, sin embargo, con el pasar de los días, las contradicciones a esa oración comenzaron. La relación con sus compañeros de la academia había mejorado mucho, ellos fueron muy considerados al enterarse de la ruptura, y no traían el tema a colación, al contrario, le ofrecían salir más. Acabó conociendo tres bares y dos discotecas en una noche, olvidando, por esa vez, que todo lo que estaba viviendo, en un principio, se lo debió a Carter.

Cazando al Baby Boy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora