Capítulo 10.

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─Voy a ir al baño un segundo─ dijo Liam, poniéndose de pie. Jeremy se aferró a su billetera en el bolsillo del pantalón─. No tardo. 

Cuando ingresó al local en busca del cuarto de baño, el rizado sintió que se iba a ir todo a la mierda, y efectivamente eso sucedió, al sentir la mirada del director, reprochante, sobre él. No tuvo que mostrarse débil, ya no más, le haría saber que las cosas habían cambiado desde su ausencia. 

─ ¿Liam? ¿En serio?

─Lo siento, debo irme. 

─Vuelve aquí, Jeremy. 

─Mira, Carter, apreciaría que no le dijeras nada sobre todo lo que pasó. Por el momento la estamos pasando muy bien, y... ─ ¿Y qué más? No tenía nada para decir─. Yo me tengo que ir. 

─No te he dado permiso para que te marches. 

─ ¡El punto bueno es que no necesito tu permiso!─ Le contestó, alegre, casi afable, mientras sacaba el dinero de la billetera para cubrir la totalidad de la cuenta─. Dile a la camarera que conserve el cambio. 

─ ¿Te sientes poderoso ahora que eres económicamente independiente?

─Totalmente─ contestó, en dirección a su auto. 

Sabía que no estaba bien irse como si nada, mucho menos porque Liam no tenía ni idea de lo que sucedía, ni la culpa de que ellos hubiesen tenido una historia melodramática en algún momento. Sintió las piernas temblarle al percibir unos pasos detrás de él. Cualquiera fuese de los primos Rutherford le ocasionaba problemas, estaba a punto de cruzar la calle, cuando tuvo que voltearse.

Aunque esperaba ver a Liam, para excusarse y disculparse, Carter estaba frente a él, parecía tener bastante claro el hecho de que aún tenía cierto control sobre el rizado, y aprovecharía eso a su favor. 

─Déjame ver tu cuello. 

Jeremy soltó una risa burlona entre diente, sonriéndole soberbio, antes de volver a voltearse, cruzando la calle con cuidado de que no le atropellaran, porque eso sería lo suficientemente vergonzoso como para preferir morirse antes que dejar que le llevaran al hospital. 

Se subió al auto, poniéndolo en marcha al mismo tiempo en que Liam salía de la cafetería, buscándoles en la mesa, al no encontrarles, miró hacia las escalinatas, donde Carter permanecía de pie, haciendo que la situación se volviese cada vez más confusa. Casi en pánico, quitó el freno de mano, largándose del lugar. 

Luego inventaría alguna excusa relativamente creíble.





─ ¿Jeremy se fue?

─Sí, tenía algo que hacer─ contestó Carter, volviendo en dirección a la mesa. Se sentó con tranquilidad, notando en Liam el desconcierto─. ¿Te gusta el muchacho?

─ ¿Qué?

─Parece buen chico, pero no me imaginé que él fuera tu tipo. 

─Carter, sabes que el hecho de que sea gay no significa que me gustarán todos mis amigos─ bufó, sentándose frente a él, sin saber que lo sabía bastante bien─. Y si te lo he dicho a ti, es porque eres la única persona en la familia en la que puedo confiar. 

─Está bien, no te estoy juzgando, Liam. Sólo quiero decirte que es bastante evidente la relación que tienen, sobre todo si se esfuerzan tanto en negarlo─ Se llevó la taza a los labios, intentando ocultar su frustración. Jeremy había sido suyo con tanta disposición, que tener que asumir el hecho de que ahora compartía la cama con alguien más, le ofuscaba─. Pero tal vez prefieras reconsiderar con quién inicias una relación. 

Cazando al Baby Boy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora