Capítulo 28.

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El móvil de Jeremy comenzó a sonar con insistencia durante la cena. Intentó silenciarlo más de una vez, sólo hasta que vio el nombre de Carter sonando en la pantalla, y lo escondió apropiadamente para que nadie más notara que se comunicaba con el renegado de la familia. No era como que el director se llevara mal con todos, solo no podía soportar a su hermano.

─Disculpen─ Se puso de pie, con el móvil en mano─. En seguida regreso.

Nadie prestó demasiada atención, excepto Liam, quien estaba más que interesado en oír la voz de su rival, porque daba por hecho que era él. No habría otra persona que llamara a las once de la noche, aunque bien podría tratarse de Oliver, un mal presentimiento le decía que era muy probable que perdiera a Jeremy si no agilizaba sus métodos de conquista.

─ ¿Estás con él?

─Pensé que ya habíamos hablado de esto. Sabes que estoy con él, no me llames─ Liam, quien se había excusado con ir al baño, oía sólo lo que el rizado contestaba a la persona del otro lado de la línea, escondido tras la pared─. Nos meteremos en problemas.

─Ángel, ¿No te aburre estar ahí metido?

─No. Ya te dije que dejes de intentar persuadirme, ya tenía este compromiso. Iré la próxima semana, o mañana en todo caso.

─Oh, deja de pretender que te interesan las conversaciones de toda esa gente decrépita. No hay nada que sea remotamente divertido de estar ahí, lo digo por experiencia.

─Voy a colgar.

─Seguiré llamando entonces.

─Apagaré el móvil.

─Iré a donde estás.

─No, no lo harás.

─Pruébame, ángel─ Jeremy se mordió el labio inferior, ansioso. Era tentador─. Imagínate estar aquí conmigo, montándome, maniatado y con los ojos vendados, suena interesante, ¿No es así?

─ ¡Basta ya! Pasaré más tarde por ahí, sólo espera que termine la cena. Por Dios, eres molesto.

El silencio se hizo entre ambos, incluido Liam, que dejó de respirar en pos de no ser descubierto.

─ ¿Con quién crees que estás hablando?

─Es que me...

─Cierra la boca y ven aquí en este instante antes de que decida dejarte tres días sin moverte por la manera en que estoy pensando en follarte. Inventarás una excusa, saldrás de esa jodida casa, y me suplicarás perdón de rodillas, ¿Oíste?

─Perdóname, en serio...─ Su respiración se había agitado ante el tono autoritario de Carter─. Iré en seguida, sólo... Sólo dame veinte minutos.

─No, Jeremy. Te quiero aquí, ya.

─... Sí, Daddy.

La llamada terminó sin más, y Liam, quien consideraba haber oído lo suficiente para sentirse enfermo de ira, se retiró pronto para volver a la mesa, intentando disimular su ceño fruncido con una sonrisa sutil.

─ ¿Y Jeremy? Ya vamos a servir el postre.

─Aquí estoy─ visiblemente nervioso, y ligeramente pálido, se acercó a la silla, tomando su abrigo─. Muchas gracias por la cena, realmente debo irme. Y mis felicitaciones a la cocinera.

─Dicen que la que sabe cocinar sabe usar las manos para muchas cosas─ dijo la madre de Carter, quien había hecho la comida y presumido de ello toda la noche.

Cazando al Baby Boy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora